Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de abril de 2021.- Mal están los pueblos, cuando viven pensando que un milagro los sacará de su pobreza y marginación. Peor aún, cuando creen que las promesas de sus políticos algún día se harán realidad.
América Latina y Centroamérica en particular, están plagados de ejemplos donde sus dirigentes prometieron futuros luminosos y terminaron en dictaduras. El caso Nicaragua es el más reciente y lamentable.
La manipulación es el signo distintivo, y descansa en la profunda ignorancia, la fe, el fanatismo, el hartazgo y la corrupción. Hoy, a la luz de las campañas político-electorales, podemos ver claramente estos fenómenos de descomposición.
Las necesidades de la población les importa poco. Eso se ve en la nula calidad de los spots de campaña que ahora nos recetan diariamente: van desde las ovejas trasquiladas, el pasito pa delante y otro para atrás, hasta el uso inmoral de las vacunas contra el Covid19.
Impúdicos, los partidos compiten por la mediocridad; tratan a la población como si fuese una masa estúpida, que cree ciegamente esa sarta de sandeces, con promesas de hace 30 años, que ninguno ha cumplido.
Analizados uno a uno, la mayoría son una sucesión de imágenes y conceptos que constituyen una auténtica mentada de madre a los mexicanos. Las palabras fuerza del mensaje son, como hace medio siglo: inseguridad, corrupción, violencia, cambio, seguiremos avanzando.
Empezamos por el PT, partido dirigido desde hace 30 años por Alberto Anaya, personaje de dudosa calidad moral, que ha dado cobijo a saltimbanquis de la política como Manuel Bartlett Díaz, o al mismísimo Mario Delgado.
Su spot más destacado es el de una oveja pastando en el campo, regordeta, sana; y una voz en off que dice “nos vieron como borregos… por eso, hoy en México unos pocos tienen muchísima lana y la mayoría no tiene casi nada”.
Para apuntalar esa grandiosa reflexión, utilizan el cuerpo de esa misma oveja: la mitad trasquilada y la otra mitad felpuda y lanosa. Así, para reforzar la idea, en medio de la carcajada que suena a burla porque nos ven como pendejos.
“Se han eliminado los privilegios, los lujos y se ha frenado en seco a la corrupción”. ¿Sí? Bastaría revisar en datos e imágenes las posesiones del propio Alberto Anaya, o de Manuel Bartlett, para saber si tal afirmación es cierta o falsa.
Hay otro del PT, que también pasa de lo chusco a lo patético. Una pareja en primer cuadro, en un cuarto de hospital, esperando a que con un ultrasonido les informen el sexo del bebé. ¿Qué va a ser doctora? -preguntan aquellos-. “Pobre”, les responde, sin más.
El PRI no se queda atrás, y quizá es doblemente nefasto. Aparece en primer cuadro su líder nacional, Alejandro Moreno, como artista de telenovela, camisa arremangada, pasando lista en una fila de hombres y mujeres, entre los que se encuentra un charro y una indígena.
“Que dé un paso atrás quien conozca a alguien que no le alcance el dinero para nada… que dé un paso adelante quien conozca a alguien que vive con miedo por la inseguridad”. El mensaje culmina con el puño apretado y la sonrisa conquistadora de Moreno Cárdenas.
Sin embargo, el más vergonzoso, por las mentiras y mensajes falsos que proyecta, es uno de Morena. Cínicamente utiliza la propaganda de vacunación. Quieren reforzar la idea de que ellos reparten las vacunas y por su bondad, donan parte de su “presupuesto”. FALSO.
El spot abre con la afirmación: “cada día son más las doctoras, enfermeros y adultos mayores que ya se protegieron contra el Covid-19…” luego afirman que ellos donarán “la mitad de nuestro presupuesto”. FALSO.
Para empezar, se llaman PRERROGATIVAS, y son intransferibles, al igual que lo son las partidas presupuestales. Si declinan al uso de cierta cantidad de dinero, deben informarlo al INE y éste, a su vez, devolverlo a Hacienda.
Pero ellos, además afirman que van a comprar “más vacunas” con esas donaciones. FALSO. Las partidas presupuestales precisan el uso de los recursos y la mayoría provienen del pago de impuestos. Es decir, del dinero de todos nosotros.
Todo esto ocurre y se puede ver en la televisión abierta. Si los mexicanos no se sientan un momento y analizan los mensajes, pronto despertarán en medio de una pesadilla, con un gobierno que no se toca el corazón para militarizar todo el país y emprender la persecución.
México es de los pocos en el continente que se ha librado de tener una dictadura militar. Sin embargo, pasamos por lo que Vargas Llosa llamó la “dicta blanda”, donde el PRI impuso su voluntad durante más de 50 años.
Ahora, que parecía que se abría un futuro maravilloso, volvemos a las andadas, con un presidencialismo feroz y un partido de Estado que, sin rubor ni empacho alguno, sigue al pie de la letra los dictados de un Ejecutivo, que más bien se comporta como un ejecutor.
Hoy vemos como la Fiscalía General de la República (FGR) y la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), dependiente de Hacienda, han emprendido una feroz campaña, curiosamente en el arranque de las campañas, contra aspirantes a diputados federales.
Obviamente, se sirven del hecho de que nadie metería un dedo por personajes que, como el 99.9% de nuestra clase política, han vivido del erario público, y se han servido de sus cargos para enriquecerse, a través de negocios oscuros, incluso relacionados con el lavado de dinero.
Es una poda desigual, porque frente a la persecución política, no se ve ninguna acción contra el enriquecimiento de la propia secretaria de la Función Pública y su familia; o el nepotismo del mismísimo titular de la UIF, Santiago Nieto y Octavio Romero, de Pemex.
Así, hoy a los ojos del mundo, México va en ruta a uno de los procesos electorales más violento de su historia; 145 aspirantes y servidores públicos han sido asesinados del 7 de septiembre al 31 de marzo.
El actual proceso electoral ya se convirtió en el segundo más violento desde el 2018, de acuerdo con el Tercer Informe de Violencia Política en México 2021 de Etellekt Consultores.
Las pasadas elecciones presidenciales han sido, hasta el momento, las más violentas de la historia, con 152 políticos asesinados, entre ellos, 48 aspirantes a puestos de elección popular.
Para el 6 de junio, el fantasma del crimen organizado se extiende nuevamente. En 14 de los 15 estados donde habrá elecciones para renovar gobernador operan siete cárteles y 26 células delictivas.
La Fiscalía General de la República (FGR) tiene identificadas a 37 agrupaciones delictivas en el país, de las cuales el 70% opera en estados donde habrá elecciones.
Entre estos, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cártel del Pacífico, los Arellano Félix, la familia michoacana, el cártel de los Carrillo Fuentes, los Beltrán Leyva y los caballeros templarios.
Ese clima de violencia no lo han resuelto… y difícilmente lo podrán resolver. López Obrador miente, o no le habla claro a la población. Para combatir al crimen organizado, tendrá que iniciar una guerra, peor de la que criticó a Felipe Calderón.
Y en ese intento, podría asentarse la militarización del país. Pero, fiel a su estirpe, oculta la verdad y juega al bueno y el malo, blanco y gris, liberales y conservadores. En una danza patética que seguirá hasta la tumba, porque hay plantas que ni transplantándolas.
Ese es el verdadero doble rostro de López Obrador.