Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 18 de abril de 2021.- Cuando López Obrador dijo que en el 2024 dejaría “todo arreglado”, no mintió. De hecho, es la expresión más cínica de cuantas ha externado.
Se refería, ni más ni menos, a esto: tendrá un Congreso y Suprema Corte totalmente doblegados al Ejecutivo; habrá nula división de Poderes; dejará un país en franco e irreversible proceso de militarización.
Ese es su proyecto de nación y de Cuarta Transformación. Finalmente, López Obrador mostró su verdadero rostro. La reforma al poder judicial y la artera embestida contra el Instituto Nacional Electoral así lo reflejan.
Extender por dos años más el mandato de Arturo Zaldívar como presidente de la Suprema Corte implican no sólo una violación constitucional, sino un afán reeleccionista sujeto sólo a su voluntad.
Porque “cree” o “siente” que así está bien, que es lo mejor para el país, toma decisiones a contrapelo de las leyes, de la historia y de la lógica. Su voluntad es lo que mueve el devenir de México.
¿División de poderes?
Con la reciente reforma, aprobada en el Senado de la República, López Obrador intenta eliminar la división de Poderes de la manera más burda y ofensiva, no sólo para el país y el sistema legal en su conjunto, sino para los actuales magistrados de la Corte.
Con esta reforma, se prolongarán por dos años, extralegalmente, los mandatos del Presidente de la SCJN, Arturo Saldívar y de los 6 miembros del Consejo de la Judicatura. Cinco de ellos, afines a la 4T. Éstos permanecerán en el cargo hasta el 2026.
De un manotazo, se viola el artículo 97 de la constitución, que establece:
“Cada cuatro años, el pleno elegirá entre sus miembros, al Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el cual no podrá ser reelecto para el periodo inmediato posterior”.
Pero la enmienda viene de la manera más sucia y burda: a través de un artículo transitorio en la iniciativa de reforma al Poder Judicial. Lo que parecía un excelente proyecto, se convirtió en un bodrio monstruoso.
De madrugada, y oculto en una propuesta del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), se introduce esa prolongación de mandato para los magistrados. Es decir: un transitorio, modifica un artículo constitucional.
Pese a ser uno de los intentos más aberrantes de la historia jurídica del país, López Obrador se pronunció a favor y dijo confiar totalmente en la honorabilidad de Arturo Saldívar. Es decir, pone por encima de la Constitución sus apreciaciones personales.
Tramposo, mentiroso y mal perdedor
Fiel a su práctica maniqueísta, dijo que “los conservadores” se pusieron furiosos por esta enmienda y avaló la prórroga de 2 años al presidente de la Suprema Corte, lo que enciende los focos de alerta para la nación.
Si con un artículo transitorio están por violar el artículo 97 de la Constitución, ¿qué nos garantiza que López Obrador no se prorrogue a sí mismo otros dos años en la Presidencia de la República?
Si esta reforma es aprobada por la Suprema Corte, por encima de la ola de controversias constitucionales que se avecinan, entonces ya sabemos qué rumbo lleva México: la dictadura.
Hoy quizá entienda por qué se ha convertido en el presidente que más insultos y calificativos ha recibido en tan poco tiempo.
Pero, al margen de los calificativos, hoy por hoy no se entiende cómo logró aprobar en la UNAM las clases de Derecho y Teoría de Estado.
A la luz de esta pretendida reforma al Poder Judicial y la polémica sobre el caso Salgado Macedonio, el señor Mandatario sigue reprobado. La Ley y la justicia no tienen nada qué ver con percepciones personales.
Sale sobrando su opinión de si confía o no en el ministro Arturo Saldívar. ¿De cuándo acá un artículo constitucional puede ser reformado por el transitorio de una ley reglamentaria?
Los magistrados ante el espejo
Pero lo más grave: ¿Cómo deberán enfrentar los ministros de la Corte las controversias constitucionales que se avecinan? ¿Se da cuenta López Obrador de la tremenda incongruencia en que los pone?
¿Cómo podrán discutir la pertinencia o no de prolongarse a sí mismos sus mandatos hasta el 2024 en el caso del Presidente de la Corte y el 2026 los miembros del Consejo de la Judicatura?
¿Tendrán el cinismo de hacerlo? Ahora resulta que los ministros de la Corte serán peleles de López Obrador. Eso es en lo que quedarán reducidos si se atreven a hacerlo.
Pero López Obrador está empeñado en dejar instaurados sus renglones torcidos de Dios. Cree que todo lo que está en el ámbito de su voluntad es lo que debe hacerse.
Amenaza de muerte al INE y consejeros
Esa es la misma tesitura con la que aborda la controversia legal por la candidatura de Félix Salgado Macedonio.
Quiere que se respeten derechos a un partido y a un hombre que se negaron a presentar un informe mínimo de gastos de precampaña.
Era lo único que requerían para registrar a su candidato, aunque los datos fuesen erróneos. Era simplemente un punto de partida para que el INE pudiera investigar y corregir posibles errores, pero sin cancelar derechos.
Eso era lo único que necesitaban Salgado y Morón: un informe que permitiera hacer una corrección, aunque fuese mínima.
Pero AMLO, MORENA y sus correligionarios, ahora creen que ya no deben rendir cuentas a nadie.
Ese es, en resumen, el respeto que muestran por la ley. Pero no es todo: además amenazan de muerte al INE y a dos de sus consejeros. Actúan como auténticos cárteles del crimen organizado.
De hecho, el líder de los diputados de Morena en San Lázaro, Ignacio Mier Velazco, anunció este fin de semana que su bancada se sumará a la iniciativa ¡del PT! para iniciar juicio político a Lorenzo Córdova y Ciro Murayama.
Tomando en cuenta esta declaración, pues ya podemos avizorar cuál será el sentido de la votación en torno a la prolongación del mandato de los ministros de la Corte.
Verdades y mentiras
Es cierto que el Instituto Nacional Electoral (INE) es uno de los organismos en su tipo, más costosos del mundo. Entre prerrogativas a partidos, gastos administrativos y sueldos de consejeros, sí es necesario hacer una revisión completa para determinar posibles recortes en su gasto.
Pero, de ahí a decir que es una institución con nula credibilidad, es una mentira.
Dos casos emblemáticos echan abajo esa falsedad: el Pemexgate y Amigos de Fox. Ambos pusieron al descubierto la forma en que los partidos desvían cantidades ingentes de dinero.
Los fallos del IFE involucraron sanciones históricas, incluso una de ellas, la más elevada en la historia electoral del mundo. Al PRI se le sancionó con mil millones de pesos; al PAN, con la mitad.
Curiosamente, uno de los partidos involucrados en aquel penoso caso de Los Amigos de Fox es el PVEM, entonces aliado del PAN. Es el mismo partido que propone la prolongación de mandato a los ministros de la Suprema Corte.
Eso para que se note la moralidad de PVEM y PT, partiditos rémora.
Ambos hechos marcaron el inicio de un cambio profundo, que hoy no quiere reconocer el actual Presidente de México, pero que desde entonces pusieron en la mira a los partidos como lo más detestable y poco confiable que puede tener el país.
Curiosamente, fue Pablo Gómez, entonces representante del Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien presentó el 23 de enero de 2002 la queja ante ese IFE, contra el que hoy denuesta López Obrador.
El Pemexgate se abrió a partir de una denuncia del hoy morenista… la Comisión de Fiscalización del IFE siguió las investigaciones que culminaron en la sanción histórica de mil millones.
¿Qué cambió de entonces a ahora en el IFE, hoy INE? Lo único que cambió, fue la forma en que percibe el mundo López Obrador. Si no se hace su voluntad, no se da el reino de los cielos a los aliados, no se les perdona, como ya lo hizo con el PVEM, PT y Elba Esther.
Hoy, Félix Salgado dice que Carlos Salinas está detrás de los ataques a su candidatura, ese mismo Salinas de Gortari que estuvo detrás del empoderamiento del PT. Curioso, muy curioso.
Sea como sea, ese hoy vilipendiado INE se apegó a la ley en el Pemexgate y Amigos de Fox, y empezó a forjar desde entonces una merecida confianza que hoy le demuestran los electores, con más de un 68 por ciento de credibilidad.
Hoy, el partido del presidente, Morena, pretende dinamitar al INE por no haberle permitido a Salgado Macedonio iniciar campaña a través de una amañada contienda interna que publicitó esa figura por encima de otros aspirantes, para después colocarlo en la palestra de los candidatos oficiales. ¡Jugadón!
Con todo respeto señor López Obrador: sí son iguales, son muy tramposos y muy mentirosos.