Ignacio Ovalle: ningún cargo público, pero sí protección
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de enero de 2021.- La emergencia por Covid vive su peor momento. Está en fase de crecimiento descontrolado.
Desde el 30 de diciembre ha habido cuatro días con más de mil fallecimientos. Este miércoles y jueves la cifra de nuevos contagios no bajó de 13 mil.
En ocho estados de la República los hospitales están a reventar; la ocupación oscila entre 74 y 88 por ciento.
La cifra de muertos ya rebasó 131 mil.
La llegada de vacunas genera esperanza, sí, pero su aplicación será un proceso largo y lento.
Mientras, la economía de millones está en terapia intensiva, al borde del colapso mortal.
Va un solo ejemplo entre muchos…
Restaurantes, merenderos, fondas y comederos, mueren de hambre. Confinamiento y semáforos rojos los ahorcan. La Cámara Nacional del gremio acusa la quiebra de 122 mil establecimientos en todo el país; 450 mil empleos directos se han esfumado; se temen más. Sólo en el Valle de México han cerrado 13 mil 500 negocios. Son datos del INEGI.
Los restauranteros lloran desesperados las consecuencias de la pandemia: “¡Nos estamos extinguiendo; ¡Ya no podemos más!”; ¡Abrimos o morimos!”. Ruegan ayuda urgente. Piden pan y no les dan. Están entre la espada y la pared… como todos.