Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de julio de 2020.- El diario Reforma reveló testimonios rotundos del ex director de Pemex, a modo de negociación para librar acusaciones por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho.
Emilio Lozoya afirma que la empresa brasileña Odebrecht pagó 4 millones de dólares utilizados en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, en 2012, administrados por Luis Videgaray para el pago de asesores electorales.
Declara además el pago de otros 6 millones de dólares por el beneficio de contratos de obra en la refinería de Tula, Hidalgo, y sobornos a legisladores priistas, panistas y perredistas, entregados por el senador David Penchyna, presidente de la Comisión de Energía, para garantizar la aprobación de la Reforma Energética, en 2014.
También revela haber untado con 6.8 millones de pesos a Ricardo Anaya, entonces diputado, y 52.4 millones a otros legisladores panistas. Se mencionan los nombres de Ernesto Cordero, Salvador Vega Casillas y de los hoy gobernadores Francisco Domínguez, de Querétaro y Francisco Javier Cabeza de Vaca, de Tamaulipas.
La huella del dinero sucio apunta también a cajas fuertes escondidas en departamentos de Polanco y a toda una red de involucrados con las transas de la multinacional brasileña Odebrecht.
Enterado, el presidente López Obrador exhorta a los involucrados a comparecer y declarar, incluidos los expresidentes Calderón y Peña Nieto. Niega que se vaya a fabricar delito alguno contra nadie; que su fuerte no es la venganza; que el país debe quedar limpio de corrupción, pero queda claro que el “Pacto por México” terminó en “Pacto contra México”.
El expediente Lozoya le viene como “anillo al dedo”.
Inmediatamente el PAN, Ricardo Anaya y el gobernador de Tamaulipas y legisladores del PRD, se deslindan y acusan a López Obrador de usar el caso Lozoya con fines de propaganda política; como cortina de humo ante el fracaso de la 4T, de violar la secrecía del proceso y darle al acusado un trato privilegiado para salvarle “el pellejo”.
…y el PRI guarda sospechoso silencio.