Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 26 de octubre de 2020.- Para documentar el pesimismo, la pandemia en México ha matado no a 90 mil sino, por lo menos, a 139 mil. Es decir, hay un subregistro de 50 mil muertos.
El dato es un golpazo.
El doctor Ruy López Ridaura, director del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades, órgano desconcentrado de la secretaría de Salud, reconoce un exceso de mortalidad inusual. De los 193 mil decesos ocurridos este año a nivel nacional, 72 por ciento, es decir, 139 mil, son atribuibles a causas asociadas al Covid-19.
El exceso de muertos es mucho más doloroso que el pronóstico fúnebre del doctor López-Gatell, quien hace meses hablaba de 60 mil decesos en el escenario más catastrófico.
Por cierto, la cifra de casi 900 mil contagios también es dudosa si consideramos que nuestro sistema de salud realiza pocas pruebas de detección en relación con otros países.
Por donde se mire, el informe del doctor López Ridaura, revela que el manejo de la pandemia ha sido errático, confuso e incontenible, lo cual genera desconfianza y provoca contracción económica. Revela también la fragilidad del sistema de salud y, a fin de cuentas, la retórica burocrática de López-Gatell, quien presume eficacia epidemiológica guardando cadáveres en el clóset.