Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de diciembre de 2020.- Tienen razón los del partido en el poder; la alianza electoral pactada entre PAN, PRI y PRD es un “tumor”. Sí, porque “TUMOR” también quiere decir “Todos Unidos contra Morena”, para contener el poder avasallador del presidente López Obrador.
Panistas, priistas y perredistas se quitan las máscaras; pretenden demostrar que, en política, agua y aceite si se mezclan. Por cierto, Movimiento Ciudadano no juega en esa estrategia.
Los tres partidos adversarios de Morena, matrimoniados a conveniencia urgentísima, coinciden: o se juntan o los barre la alianza de chile, mole, dulce y manteca, entre de verdes, evangélicos, petistas y trásfugas panistas, priistas y perredistas, acogidos por el “partidazo” al servicio del presidencial. Si nadie para a Morena el “cuatroteísmo” gobernará más estados y será mayoría calificada, aún más aplastante, en la Cámara de Diputados, para hacer y deshacer todo lo que ordene el inquilino de Palacio.
Cierto, la visión épica de la 4T contempla herir de muerte a la oposición y, si puede, borrarla del mapa; desaparecerla. Por eso, en la alianza PAN, PRI y PRD, por amorfa que parezca, no caben vergüenzas pasadas. No es tiempo de amasiatos culposos. Azules, amarillos y tricolores tienen cola larga que les pisen; no rechinan de limpios, al contrario, pero el tiempo apremia, aunque las ideologías sucumban en aras del pragmatismo rotundo.
En la guerra por el poder todo se vale.