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Periodismo bajo asedio
OAXACA, Oax., 19 de abril de 2021.- Las campañas para el proceso electoral federal ya arrancó. ¿Se dieron cuenta? Las disposiciones legales para este proceso electoral establecen que las campañas para elegir 500 diputados a la Cámara Baja del Honorable Congreso de la Unión inició a las cero horas del día 4 de abril de este año; es decir, jurídicamente el periodo de campañas lleva al día de hoy, 16 días de curso. El efecto de la pandemia ya generó que toda la basura producto de campañas electorales esté disminuida, tal vez por eso no se vean tantos movimientos para promocionar a los candidatos a Diputados Federales.
Una probabilidad más para que no exista tanta propaganda contaminante puede ser, el cuidado de cada candidato y partido para no rebasar los topes de campaña, esto desde luego es una utopía. Sin embargo, al momento de la judicialización tener documentados los excesos de los gastos de campaña, aunado a que, no existan datos fidedignos del origen de los recursos utilizados por partidos y candidatos, llevaría a resultados en sentencias de los Tribunales, a seguir el ejemplo del Instituto Nacional Electoral (INE) en los casos de las candidaturas a Gobernador en los Estados de Guerrero y Michoacán. Donde a los candidatos les fueron retirados dicha calidad por no haber rendido los informes respectivos a los orígenes de los recursos que invirtieron en sus precampañas. Duro ejemplo que, puede tener distintas aristas e interpretaciones pero que, deja una enseñanza, es urgente trasparentar los recursos que se invierten en los procesos electorales para evitar cualquier financiamiento de dudoso y avieso origen.
La cuenta final de la batalla legal en Michoacán y Guerrero, aun no tiene saldo, pero en todo caso, la moraleja, a los candidatos en esta justa electoral es, no confiar en que los excesos van a dejar de ser observados; algo que difícilmente va a ocurrir porque muchos candidatos van a sucumbir ante la demanda de los votantes y frente a la oportunidad de recibir en casa una buena cantidad de víveres en campaña o aún peor, por no ir a votar, empeñar su credencial de elector. Entre otras prácticas que ya están en marcha con el único fin de ganar el poder.