Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
La portada de El Heraldo de México del fin de semana pasado, donde se consigna de
manera destacada en su primera plana la imagen de un agradecido Evo Morales
expresando al Canciller Marcelo Ebrard que “México (AMLO) le salvó la vida”, resultó ser
una impronta que dejó en claro que la posición de nuestro país, tanto en América Latina,
como en el seno de organismos multilaterales de gran importancia en el plano
internacional como el G-20, sigue siendo la de un país respetado por su condición de tener
una vocación diplomática de observancia sin reservas de los preceptos que marca desde
hace años la Doctrina Estrada.
Por su ubicación geográfica como vecino de los Estados Unidos y ser su principal puerta de
acceso; por tener salida a los océanos Pacífico y Atlántico; por el tamaño de su economía;
por el tamaño de su población; por su peso histórico y político; y principalmente por el
reconocimiento entre las naciones del continente, México está llamado a ser punto de
encuentro y facilitador de las relaciones entre estos países y más importante aún, factor
que unifique posturas frente al mundo.
Se avecinan dos momentos claves para exhibir unidad, fortaleza y banderas comunes
como bloque sólido entre países, es la única forma de dialogar y negociar, en una
condición de pares, con las grandes potencias mundiales.
El llamado de nuestra nación para consolidar la unidad entre los países de América Latina
es de una pertinencia, tanto por el momento de reacomodo internacional que se vive,
tanto económica, como social y culturalmente, que está llamado a convertirse en la
creación de varios frentes para hacer frente y estar acorde con las acciones de todos los
países del orbe, para dar una respuesta coordinada a los efectos del fenómeno de la
pandemia del Covid-19.
Un logro verdaderamente plausible y revelador de la eficiencia diplomática de México
ante el G-20, fue el hecho de que, en la reunión de la semana pasada en Roma sobre
cultura, este organismo incluyó de manera importante el renglón de la misma en su
agenda de prioridades.
Para nuestro país fue todo un éxito: reuniones bilaterales muy estratégicas, como la del
nuevo Ministro de Cultura, Miquel Iceta con quien suscribimos acuerdos para afianzar la
relación entre nuestros países.
Un gran trabajo el realizado por encargo del Canciller Ebrard, del Doctor Enrique
Márquez.
En medio de la gran problemática mundial que vivimos, nuestro país conserva el respeto
en todos los foros internacionales.