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OAXACA, Oax., 28 de febrero de 2021.- José Vasconcelos nació en Oaxaca en 1882, en una fecha discutida entre el 27 y el 28 de febrero, aunque el legado del maestro de la juventud de América en la educación mexicana no deja lugar a dudas.
El maestro Vasconcelos pasó su primera infancia en la frontera norte y realizó sus estudios elementales en Estados Unidos, hecho que lo marcó profundamente para convertirse en uno de los educadores más grandes de México y ejemplo para América Latina.
De acuerdo con el Archivo General de la Nación, en 1909, Vasconcelos fue miembro fundador del Ateneo de la Juventud, grupo formado por un puñado de intelectuales, entre los que se encontraban Alfonso Reyes, Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña y Julio Torri. Ese mismo año Vasconcelos se sumó a la campaña de Francisco I. Madero y dirigió el periódico El Antirreeleccionista. A partir de esta fecha, Vasconcelos expresó una honda preocupación por la educación de las clases populares.
Al ser asesinado Madero, se unió a Venustiano Carranza para derrocar el gobierno ilegítimo de Victoriano Huerta. Al apoderarse de la Ciudad de México (1914), Carranza lo nombró director interino de la Escuela Nacional Preparatoria. Sin embargo, al no mostrar su adhesión incondicional al Primer Jefe, fue cesado y encarcelado; logró escapar y partió hacia Aguascalientes, para participar en la convención de jefes revolucionarios allí reunida.
La Soberana Convención de Aguascalientes —como la llamó el joven Vasconcelos en uno de sus escritos—, nombró presidente interino a Eulalio Gutiérrez, quien designó a Vasconcelos como ministro de Instrucción Pública. Desde ese puesto planeó la federalización de la educación pública y la autonomía de la Universidad Nacional, como defensa ante la inestabilidad política. Dos proyectos frustrados por el vendaval revolucionario.
La guerra de facciones motivó a Vasconcelos a buscar refugio en Estados Unidos y después de un largo exilio regresó a la Ciudad de México para engrosar las filas triunfantes del grupo sonorense.
En la presidencia interina de Adolfo de la Huerta fue nombrado Rector de la Universidad Nacional en 1920 y, desde ese puesto, trabajó intensamente en la campaña para federalizar la educación pública. En 1921 se logró establecer la Secretaría de Educación Pública (SEP) y Vasconcelos asumió su titularidad.
En 1924 Vasconcelos renunció a la SEP y aspiró a la gubernatura de Oaxaca, pero perdió la contienda, debido a la oposición de Obregón. Se exilió en Europa y publicó en Barcelona una de sus obras más conocidas: La raza cósmica (1925), donde pugna por el mestizaje. Refiere Christian Paredes que “curiosamente su libro salió de la imprenta mientras Hitler escribía Mein Kampf (Mi lucha), que defendía la pureza de la raza aria y veía en el mestizaje el pecado supremo contra la voluntad racista del Creador”.
Vasconcelos se adhirió al Partido Nacional Antirreeleccionista y en 1929 se postuló por la presidencia de la república. Al darse a conocer los resultados y al perder las elecciones, Vasconcelos objetó por fraude y en diciembre lanzó el Plan de Guaymas. Su campaña presidencial versó sobre la democracia, la educación, el ideal bolivariano y otros temas.
En los agitados años 30 y 40, en medio de la reñida campaña electoral por la sucesión presidencial en México y el inicio de la II Guerra Mundial, Vasconcelos se puso al frente de la revista germanófila Timón.
El maestro de la juventud de América, como se le llamó a Vasconcelos, falleció en 1959, dejando su impronta en la historia de México.