Yucatán y el país
CIUDAD DE MÉXICO, 3 de mayo de 2018.- No me da gusto afirmarlo así.
Pero lo sostuve en 2016:
-La peor decisión priísta de Enrique Peña Nieto es mandar a Enrique Ochoa Reza a presidir el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ahora que Manlio Fabio Beltrones ha rechazado quedarse.
El sonorense no aceptó, justificó ante la cúpula del poder, porque sufrió una embestida desde el gobierno y de quienes querían posesionarse tanto del partido como de la sucesión presidencial.
Al frente colocó, dijo sin mencionar al tótem del presidente de la república, a Luis Videgaray.
Justo el día de la designación de Ochoa Reza, en junio de 2016, comí y jugué dominó con dos cercanos colaboradores de Peña Nieto y, en diálogos separados, recibí respuestas distintas.
-Es el desprecio de la política y del partido por parte del presidente –me dijo uno de ellos, para sorpresa mía.
Y añadió:
-Ya no hay nada qué hacer.
Por el contrario, el otro colaborador –todavía en Los Pinos- tuvo un enfoque distinto:
-Lo que le presidente necesita es alguien que le plante cara a Ricardo Anaya. Ese muchachito falaz necesita quién lo frente y no hay nadie mejor como Enrique Ochoa.
Hasta ahí esta historia, recordada ayer con ellos.
Dos años y media campaña perdidos
La duda es qué hará René Juárez Cisneros.
No mucho: organizar al priísmo, recuperar el diálogo con distintos sectores con quienes hablaba como subsecretario de Gobierno, intentar poner orden en el equipo de campaña y hacer cuanto no hizo Enrique Ochoa.
Operación política, pues.
¿Le bastará?
Conozco a Juárez Cisneros desde hace más de 30 años, observé su campaña para alcalde de Acapulco, su conquista de la gubernatura de Guerrero y otras acciones.
Pero encuentra al peor PRI de todos los tiempos.
El sinaloense Francisco Labastida asegura haber sido derrotado por Ernesto Zedillo y no por Vicente Fox en 2000.
Disiento.
Con todo su antipriísmo, Zedillo no postuló a Labastida en el primer lugar en las encuestas y si luego cayó al segundo fue porque el sinaloense tuvo miedo de hacer actos públicos abiertos por temor a ser asesinado como Luis Donaldo Colosio.
José Antonio Meade, en cambio, fue lanzado en tercer lugar, con todo en contra: la peor aceptación histórica del presidente, el partido más desprestigiado y rechazado, dirigente aborrecido, candidato sin identidad ni militancia partidista…
Juárez Cisneros llega casi dos años tarde.
Dos años perdidos con Enrique Ochoa y la mitad de la campaña desperdiciada.
Los éxitos de Infonavit y Infonacot
1.- ¿Dónde hay funcionarios como David Penchyna Grub?
A su mando el Instituto Nacional del Fondo de Vivienda de los Trabajadores (Infonavit) vive su mayor esplendor: tres millones de créditos, 317 mil millones de pesos devueltos a asegurados y un programa revolucionario a la vista.
Como adelantamos aquí hace dos meses, en el futuro cercano la casa no atará a los derechohabientes, pues podrán emigrar a donde gusten, vender su vivienda y comprar otra gracias a la política de movilidad.
Mientras tanto, otros organismos vegetan.
Y 2.- Otra buena noticia para el sector obrero es lo hecho por el Instituto del Fondo Nacional para el Consumo de los Trabajadores (Infonacot).
El organismo dirigido por César Alberto Martínez tiene las tasas crediticias más bajas de la historia gracias a su solidez financiera, destacó ayer el secretario del Trabajo, Roberto Campa, en el aniversario del Infonacot.