Economía en sentido contrario: Banamex
¡Buen fin de año y gracias a Quadratín Oaxaca por su hospitalidad!
OAXACA, Oax. 31 de diciembre de 2019.- Menudean los balances y evaluaciones sobre el desempeño del gobierno del presidente López Obrador y su propuesta en torno a la Cuarta Transformación (4T) durante 2019.
Los hay radicales a favor y en contra y con más o.menos respaldo empírico y buenas y no tan buenas justificaciones.
Me atrevo a presentar cinco apuntes sobre los que parece haber cierto consenso:
1. Insuficiencia económica con estabilidad.
Los esfuerzos de los sectores de la economía siguen siendo insuficientes para propiciar condiciones favorables para el crecimiento y el empleo digno y bien remunerado. En particular, inversión y construcción se han detenido.
La economía no creció suficiente y más bien decrece en relación con el primer año de los últimos dos sexenios, al punto que sus contracciones provocaron un índice cercano al 0 para el año que concluye.
En el mercado laboral se registran 10.6 millones de personas con empleos precarios o menos de 3 mil pesos mensuales; la desocupación está en 3 5% y la subocupación pasó de 7.0 a 8.2% o 945 mil personas que necesitan más horas para cubrir sus necesidades y 466,330 personas están compitiendo por un empleo. Se requieren más empleos y de mejor calidad.
Ahora bien, el peso se ha revaluado frente al dólar y la inflación no rebasó los 5 puntos porcentuales, esto no obstante el incremento histórico del salario mínimo, lo que ayuda a mejorar el poder adquisitivo, el consumo y la producción pero sigue siendo poco.
Consecuentemente, el 42% estima que en materia económica la situación está igual, 34% peor y 23% que mejoró.
Asimismo, en la percepción ciudadana, el 45% cree que la corrupción en el gobierno ha disminuido.
2. Paliativos contra la desigualdad y la pobreza.
Aunque existen divergencias en torno al método utilizado por el gobierno de la 4T para la política social, sobre todo por el uso de transferencias directas a niños, jóvenes y ancianos, el cambio de prioridades para fortalecer el papel compensador del Estado merece crédito, salvo en los enfoques dogmáticos más radicales.
Estos suelen descalificar dicha estrategia bajo consideraciones racionales y de eficiencia, pero omiten considerar las condiciones graves de desventaja en que se halla la gente de a pie, a merced de la desfortuna y el crimen.
Es verdad que en el largo plazo ninguna economía sería sostenible si no es rentable, pero cuando las economías de la informalidad y el crimen superan a la formalidad y amenazan la viabilidad del estado y la nación entonces hay que arriesgarse a usar opciones alternas de corto y mediano plazos que al menos ofrezcan algún incentivo y esperanza para el porvenir.
Además, habría que incorporar al análisis la eficiencia de la estrategia y políticas precedentes, en buena medida capturada por grupos específicos de interés.
3. Deterioro en seguridad.
El crimen aumentó, sin duda. Todos los índices muestran que 2019 ha sido el año más violento de la última década con casi 40 mil asesinatos y elevado número de feminicidios. Más de la mitad de los mexicanos cree que la seguridad es la máxima prioridad, un tercio piensa que es la corrupción y un cuarto que lo es la economía familiar.
Se trata de un claro déficit que el propio Presidente ha admitido y en el que se observan deberes incumplidos por los diversos ámbitos y sectores de gobierno y sociedad.
4. Avances en el marco legislativo y los arreglos institucionales del nuevo proyecto de gobierno y de nación.
En la lógica de la 4T, la agenda legislativa muestra avances con 8 reformas constitucionales: educación, Guardia Nacional, extinción de dominio, delitos graves y prisión oficiosa, paridad total, afrodescendientes, y consultas ciudadanas y revocación de mandato.
Además, se han reformado diversas leyes y normatividad secundaria.
Sumado a ello, habrá que considerar la reestructuración de los pactos políticos y arreglos institucionales con actores y sectores para alinearlos a los objetivos y políticas del nuevo gobierno.
Así, por ejemplo, parece haber avanzado bastante con actores históricos poderosos en el sector educativo. Lo mismo en gobierno, trabajo, justicia y comercio exterior. Pero no se nota tal claridad en seguridad y salud, y tampoco en la relación con algunos gobernadores y otros ámbitos locales y regionales.
5. Aprobación presidencial aceptable.
Con toda la complejidad referida, el Presidente continúa gozando de un apreciable grado de aprobación, sobre todo entre los jóvenes.
Entre los que tienen entre 18 a 29 años incluso ha aumentado de 59.6 a 69.9 en el último año, en tanto que entre los de 30 a 49 años y los de 50 años y más ha descendido casi 10 puntos y se sitúa por debajo del 60%.
En general, bajo del 62.6 al 58.6% en un año o 4 puntos, menos que los 3 últimos presidentes pues Fox perdió 20.8 unidades, Calderón 5.2 y Peña Nieto 6.7%.
Por lo que hace a los gobernadores, según mediciones en el entorno digital que mide el sentido de las conversaciones (El Economista 05.12.19), la reputación del Presidente es menor que la de 25 de aquellos.
Esto en el entendido de que los 3 mejores calificados (Pavlovich en Sonora, Riquelme en Coahuila, Aysa en Campeche y Tello en Zacatecas) han ejercido su cargo durante más de dos años y gobiernan poca población comparada frente a los tres peores (Aureoles en Michoacán, Del Mazo en EDOMEX y Sheinbaum en Ciudad de México).
En general, los gobernadores priistas y panistas están en mejor posición del ranking digital que los de MORENA, y entre estos destaca el Chiapas, Rutilio Escandón.
En general, es posible concluir que la situación del país no es peor que al inicio del gobierno federal en curso, después de su primer año, pero tampoco ha sido de lo mejor en varios aspectos en comparación con el inicio de los dos gobiernos anteriores.
Desde luego, cada cual en su contexto.
(Para los datos y estadísticas véase: INEGI, Reforma, El Economista y Mitofsky).