Día 28. PIB: crisis por modelo desarrollo y neoliberalismo
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de diciembre de 2017.- Las palabras en los mensajes de los políticos pareciera que pierden valor cada vez más. Ahora lo que vale son las pifias, las que se viralizan. Hace varios ayeres que no escuchamos que alguien diga, qué te pareció tal discurso. Eso incrementa el reto de los personajes públicos.
El discurso no es el único mensaje que emiten, a veces ellos, los personajes se vuelven el mensaje en sí, y sólo hay una manera de saber si va a funcionar: probándolo. Y esta semana tuvimos un caso, el de Ricardo Anaya, precandidato a la Presidencia de México por la Coalición PAN-PRD-MC quien subió a redes sociales (con publicidad para mayor difusión) un video donde se le vio echando “un palomazo” con quien fuera candidato perdedor del PRD en el Estado de México, Juan Zepeda.
Pese al llamado de “Somos de la misma banda”, se notó que a fuerza ni los zapatos entran; él mismo lo dijo en su mensaje del lunes con liderazgos en la Ciudad de México: “Querer los fines sin querer los medios es un grave error”.
Hay batallas que de entrada se saben perdidas, por eso se deben elegir bien, es mejor que se mueva en la brecha donde corre con mejor fortuna. Como cuando habla de sus puntos a favor de la igualdad, erradicar la pobreza, reducir costos burocráticos, eliminar el abuso de las políticas clientelares, apoyar a los jóvenes a ser emprendedores, remunerar el trabajo a las amas de casa, a quien cuida a un enfermo, aunque sean populistas algunas.
No quiere decir esto que evite nuevas actividades, hay que atreverse para saber si van a funcionar. Hoy en día pareciera que lo que los políticos deben hacer es no parecer político, pero la verdad es que la gente quiere ver a alguien que conecte con ellos.
Entendiendo por eso el escuchar, ser empático, hablar y conocer de sus temas. Claro que no es un trabajo fácil, pero para eso se debe tener un equipo sensible con estas necesidades, pero sobre todo, la visión para adaptarse a la realidad que le tocó vivir.
El reto de los discursos tiene que ver con el mensaje, con la coherencia, con el mejor momento para emitirlo, con el público que no acepta cualquier cosa, con factores diversos, pero cada quien debe hacer su intento y su papel, de eso se trata el mundo de la comunicación, de saber elegir las batallas, para salir ganador en la mayoría de ellas.
@rvargaspasaye