Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de octubre de 2018.- La boda es una actividad privada y por lo tanto cada quien puede casarse con quien elija y tener la fiesta que desee de acuerdo a sus posibilidades. En ese punto hay acuerdo unánime. Si quien se casa es alguien que ha acompañado el discurso del líder que diario en sus discursos enarbola el tema de la austeridad y similares, entonces hay un corto circuito que comienza a gestarse.
El caso de la boda de César Yáñez y Dulce María Silva, a quienes se les nota en las imágenes por demás contentos y enamorados, da de qué hablar de la clase política contemporánea de nuestro país, así como de sus analistas, críticos, opinadores y demás.
Empecemos por lo obvio, la boda fue el evento más relevante mediáticamente hablando desde la elección, pues más allá de medida o estrategia de gobierno, este evento involucró el tema de sentimientos, de ideales, de un grupo de moda amenizando el convite, y la cereza del pastel: la portada en la revista preferida por los críticos de que quienes aparecen en ella son el mejor ejemplo de la mafia del poder: “¡HOLA!”.
El tema como era de esperarse alcanzó al Presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien en una gira por el estado de Morelos, con el recién estrenado gobernador Cuauhtémoc Blanco (inolvidable frase en su toma de protesta: “no les voy a fallar, los voy a defender como defendía a la camiseta de la Selección Mexicana,”), al preguntársele por el tema de la boda respondió: “no me casé yo, yo fui invitado, asistí; cada quien es responsable de sus actos. No fue una acción de gobierno. Se trata de un evento social privado, yo asistí a eso. Desde luego que están cuestionando nuestros adversarios, porque andan buscando cualquier posible error para hacernos la crítica, se me hace que tienen derecho a hacerlo nada más que nosotros no vamos a cambiar”.
El error de cálculo del Presidente electo es que no sólo los que él califica como “adversarios” han salido a criticar, sino muchos de los que enarbolan la bandera de Morena también han hecho notorio su malestar, como Rafael Barajas @fisgonmonero “¿En qué está pensando César Yáñez? Yo creía que sus críticos exageraban. Debo confesar que yo no había captado la magnitud del dislate y la frivolidad hasta que vi la portada de el ¡Hola!”.
El también caricaturista Hernández @monerohernandez: “Tantos años de trabajo leal y discreto tirados a la portada del Hola”; o el columnista de moda de ese grupo, Hernán Gomez @HernanGomezB: “Es un grave error de César Yáñez y como alguien que votó por AMLO me siento muy incómodo con esto”.
Sin embargo hay algunos que no entienden la magnitud, y por eso retomo lo escrito por Peniley Ramírez en ElHeraldo de México, para tratar de entender que “un evento de esta naturaleza contrasta con el de una clase social mayoritaria oprimida por la pobreza, que encontró en López Obrador una promesa de movilidad social, igualdad de oportunidades y combate a los privilegios. Importa porque Yáñez es el hombre más cercano del próximo presidente, pero también a la clase política a la que, presuntamente, va a desplazar la Cuarta Transformación”.
En suma, no es un asunto menor, y la respuesta del Presidente electo también dibuja de cuerpo entero la situación. Quizá la falta de cálculo vino, y sólo es quizá pues César Yáñez es un experto en manejo de medios, en comprender que los canales de comunicación, las redes sociales y los mass media en general, han cambiado y ya no son lo que eran hace seis o doce o dieciocho años.
@rvargaspasaye