Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
MÉRIDA, Yuc. 01 de agosto de 2016.- En ella habitan tres grupos. El número 1, conformado por unos pocos señores que, pese a no tener los papeles del registro público de propiedad, se creen los dueños legítimos del lugar, por eso, además de cobrar renta, han establecido reglas de usos y costumbres basadas en su conveniencia, por ejemplo, tener siempre cerradas las cortinas.
El grupo número 2 es una multitud quejosa que agita el puño al aire y vocifera en la oscuridad cada que se golpea el dedo meñique del pie derecho en la mesita de la sala que no ve, atribuye su desgracia al primer grupo (que aborrece) pero no duda en sonreírle y llenar de zalamerías cada que se lo cruza en los corredores del patio, no sea cosa que le corten el agua o el gas por no estar al corriente en el pago de la renta.
Harto de escuchar lloriqueos y de vivir a tientas, el grupo número 3 (minoría apabullante que paga la renta con puntualidad), de a poco se ha animado a correr las cortinas de la casa.
—He dicho que está prohibido abrirlas— dice el grupo número 1 y manda a tapiar las ventanas para que nadie vea su habitación.
Demasiado tarde, el grupo número 2 se ha quedado con la boca abierta ante tanta extravagancia. En sus adentros más que coraje siente envidia, por eso en vez de reclamar corre despavorido cual Nosferatu a sellar sus propias ventanas, no sea la de malas y el grupo No. 1 descubra en su habitación todos los cachivaches que han desaparecido de la casa.