Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de diciembre de 2017.- La advertencia de que la Ciudad de México, una de las más grandes del mundo, puede entrar en una situación de quiebra no sorprende si se tiene presente el estira y afloja que mantiene el gobierno federal sobre el presupuesto de la ciudad, las inclemencias que han caído sobre ella, ante todo por los sismos y la fallida administración que encabeza Miguel Ángel Mancera. Ya en otras ocasiones éste ha dicho que la situación de las arcas es precaria y trata de tranquilizar sobre todo a sectores vulnerables -ancianos y enfermos-, con el monto de recursos a salvo. No explica por qué, como ejemplo, hay pensiones de adulto mayor, creadas por ley, que se han retenido hasta tres años. ¿Se las están jineteando? El mensaje del responsable de las finanzas capitalinas, Edgar Amador Zamora, es desde luego para los legisladores de la Asamblea Legislativa, bandas traficantes muchos de ellos, que tiran para su rancho y en este caso, tienen en sus manos la posibilidad de desviar recursos para sus campañas electorales. Sería grotesco e inhumano que miles y miles de capitalinos que resultaron afectados por los sismos, resultaran afectados de nuevo solo para satisfacer las ansias de poder de grupúsculos que han anidado en ese cuerpo legislativo y que tienen como fin principal enfrentar a la oposición con más simpatías. Tras la advertencia de Zamora, la comisión de gobierno del cuerpo legislativo ha tratado de calmar los ánimos, pero no desmiente que habrá recortes presupuestales. Las reyertas y agresiones ya se están dando como ocurrió en Coyoacán hace unos días y la virulencia va en aumento porque lo que está en juego son los dineros de la ciudad. No es nada nuevo que una ciudad quiebre, Estados Unidos tenía -y tiene- ciudades sometidas a leyes de bancarrota exhibidas en varios estados, después de la caída estrepitosa de Detroit en 2014. Los Ángeles, Atlantic City y New Jersey, se bamboleaban en 2014 y actualmente se agudiza el problema de quiebra en Puerto Rico, marginado por la administración Trump. En Europa no es novedad saber por ejemplo, que Roma, la antigua, a veces se ladea en la insolvencia y varias comunidades autónomas de España se mantienen apenas a flote. Al nivel de entidades, aquí dio un buen susto Jalisco en 2013. Y en cuanto a países, la lista de malas pagas es enorme y España, quien lo dijera con las ínfulas de Rajoy, encabeza la lista, seguida por Grecia ( ha estado en la cuerda floja el 50 por ciento de las últimas décadas) y Portugal, entre otros. Los que se libran son aquellos países que hacen préstamos y que muy contentos viven de los intereses que generan sus atribulados deudores. Hace tres años, por aquello de los fondos buitres, Argentina dio la nota mundial, por su negativa a pagar ante las presiones que ejercían sobre ella los leoninos acreedores gringos. Pocos se han salvado en América Latina, México ha estado en esas circunstancias 9 veces y otro tanto lo han estado Venezuela, Ecuador, Perú, Costa Rica, Chile et al. El sistema capitalista que se ceba en los países del tercer mundo, convierte en agobiante las deudas y si a ello se agregan malas administraciones, pocos recursos presupuestales y corrupción, las ciudadanía es la que resulta afectada.
Ciudad del alba
El título de esta crónica lo agrego a las muchas que le he dedicado a la gran concentración del centro: La ciudad sitiada, La ciudad robada, La ciudad multiplicada, La ciudad incinerada y la ciudad recobrada, entre otras. Pero ahora quiero recordar una mención que hice con gran nostalgia al título que Manuel Blanco el gran periodista cultural le puso a la Ciudad de México, Ciudad del Alba, basado en la línea de un poema de Efraín Huerta. La mención se repetía periódicamente en El Nacional donde Manuel dirigía la página cultural, pero se enfatiza en el libro que le dedicaron algunos de sus amigos: Raíces en el tiempo o Manuel Blanco en la mira (Grupo Editorial Planeta 1995). Uno de los méritos de ese libro es haber publicado muchos de los relatos y crónicas inéditos del comunicador de izquierda y miembro destacado de Unión de Periodistas Democráticos fallecido en junio de 1998. Su mención a la ciudad es permanente, es uno de sus temas de trabajo. La presenta con los miles de ojos que tienen las ciudades, ojos que en este caso, miraban desde el alba, el acontecer cotidiano de este maremágnum humano y de edificaciones, Desde ahí, en este momento, ya sin Manuel, estará observando contrita la amenaza que se levanta contra ella: la bancarrota.