Economía en sentido contrario: Banamex
La corrieron. Con elegancia rebuscada, porque el boletín oficial, un poema de comunicación, aseguró que la señora simplemente estaba trabajando temporalmente.
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de febrero de 2019.- Cuando le preguntaron por la modista nombrada en CONACYT el presidente López Obrador demostró una inocencia conmovedora.
Tal vez alguno de sus antecesoras la tuvo, pero al no estar en contacto diario con los medios de comunicación no la descubrimos.
El primer mandatario pensó que el reportero estaba cuestionando el nombramiento de la doctora Elena Álvarez-Buylla Roces como directora, y de inmediato contestó que no es modista, que tiene el Premio Nacional de Ciencias.
Es obvio que no es su cuata. Que no la nombró por amiguismo, lo cual hay que ponderar positivamente.
La doctora Álvarez-Buylla es una científica dedicada a asuntos de genética molecular que difícilmente podría entender un ciudadano. Tiene doctorados en el extranjero y ha descubierto 20 especies nuevas en la biodiversidad de las selvas mexicanas.
O sea, una de las científicas mexicanas más completas. Que, supongo, sabe poco de temas burocráticos. Y menos de algunos nombramientos internos en el CONACYT que, quisiera imaginar, tuvieron recomendaciones partidarias. Lo cierto es que, en un área complicada, la de la Bioseguridad de los Organismos Genéticamente Modificados, que tampoco cualquier ciudadano puede entender a qué se dedican, nombraron a una señora que en sus estudios tenía, únicamente, la especialidad de diseño de modas.
A esa modista, Edith Arrieta Meza, se refería la pregunta al primer mandatario.
Una vez que ésta fue entendida, López Obrador sentenció que, de ser verdad, la modista perdería su nombramiento el mismo día. Y así fue. La corrieron. Con elegancia rebuscada, porque el boletín oficial, un poema de comunicación, aseguró que la señora modista simplemente estaba trabajando temporalmente.
Y que a Edith la habían contratado en esa área de la Bioseguridad por sus grandes conocimientos sobre el maíz. Así textual: “… posee profundos conocimientos tradicionales sobre los maíces nativos mexicanos, ya que proviene de una familia campesina de Milpa Alta y los fue adquiriendo a lo largo de su vida”.
Al mismo tiempo que era candidata a diputada…
Insisto, es un poema de boletín oficial, que además informa que la señora “modista” fue contratada para hacer un diagnostico sobre el estado de la agricultura campesina y su agrobiodiversidad en la CDMX. Para lo que, creo yo, sus conocimientos en corte y confección deben haber sido muy útiles.
En su lugar, dice el citado boletín, fue nombrada la maestra en Ciencias Eva Bermúdez por los requerimientos técnicos que se precisan a futuro. O sea, en el pasado del mes de enero de 2019 bastaba con ser modista, a partir del 14 de febrero de 2019, el futuro, tienes que ser maestro en Ciencia.
Y a todo esto la señora, ella sí con varios doctorados en el extranjero, Elena Álvarez-Buylla, no ha abierto la boca.
¿Cuál es la lección? La verdadera lección es que López Obrador no está enviando cuates ni recomendados a puestos para los que no están, ni siquiera mínimamente calificados. Y que cuando se entera, los pone en la calle de inmediato.
La pregunta es de parte de quién llegó la modista a CONACYT…
@isabelarvide
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