Cortinas de humo
Café para Todos
* Una Constitución Nacional centenaria, que todavía le sirve al país; una Carta Magna capitalina, alejada de la realidad
* El senador Luis Armando Melgar ya comenzó a ser objetivo de la guerra sucia en Chiapas
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de febrero de 2017.- De forma reiterada se dice que la Constitución ha permitido que México avance a grandes pasos hacia la modernidad. Sin embargo, como los mexicanos estamos muy dados a sobrevalorar nuestros símbolos y rendirles tributo en forma irreflexiva, el centenario de su promulgación permite realizar algunos apuntes concretos sobre su papel rector, cuyo texto ha sido objeto de 699 enmiendas a lo largo de su historia y hoy es 7 veces más extenso que su antecesor.
En la celebración oficial del centenario, encabezada por el presidente Enrique Peña, el mandatario dijo que la Carta Magna debe ser la brújula y el faro al igual que hace cien años, en unidad y soberanía y llamó a honrar la obra de los constituyentes y a escribir juntos una página de unidad y orgullo nacional, una página de valor y dignidad.
La efeméride fue aprovechada para hacer llamados al patriotismo y a la unidad nacional ante las embestidas de Donald Trump y a no perder el impulso buscando soluciones falsas o simplistas, como se dijo.
Peña exaltó los valores de la Constitución, como “soberanía, libertad, justicia, democracia e igualdad”, que parece que sólo están en el papel, pues distan mucho de hacerse realidad en México. Es cierto, como asegura el presidente, que México ha cambiado de 100 años a la fecha, y actualmente es un país con un creciente desarrollo humano y un claro perfil urbano contando con una población joven que se prepara para triunfar y contribuir al desarrollo nacional.
Pero por eso mismo, porque estamos inmersos en una economía abierta, moderna y competitiva que participa en los mercados globales con bienes y servicios de la más alta calidad –como se ha dicho-, es necesario que la Constitución verdaderamente refleje lo que somos y se garantice su cumplimiento.
Al comparársele con las de naciones vecinas, nuestra carta magna es muy distinta a la de Estados Unidos, por ejemplo, que aunque de corto texto, cuenta con los suficientes lineamientos para ser funcional y se aplica cotidianamente de manera formal, no de forma interpretativa como generalmente se acostumbra en México
Al hacer una referencia al documento rector que le antecedió en 1857 -una Constitución liberal promulgada bajo la presidencia de don Ignacio Comonfort, no por Benito Juárez ni Andrés Manuel López Obrador (je, je)-, hay expertos que consideran que la Constitución de 1917 fue una versión deficiente e inferior a la de 1857, a pesar de que los tiempos eran más difíciles. Empero, aunque no todos están de acuerdo en este sentido, el fin supremo, las propuestas de fondo, siguen y seguirán siendo las mismas.
La Constitución de 1917 no ha concluido su vida útil, aseguran expertos constitucionalistas
Los destacados constitucionalistas e investigadores del Instituto de Investigaciones Jurídica de la Universidad Nacional Autónoma de México, Diego Valadés Ríos, Sergio García Ramírez y Roberto Duque -en un trabajo elaborado por Salvador Martínez Pavón de “El Sol de México”-, coincidieron en señalar que pese a casi un millar de modificaciones a 114 de sus 136 Artículos -una transformación de más del 80 por ciento de la versión original promulgada en 1917-, no ha concluido su vida útil.
Aún está vigente y sin la sombra de una propuesta formal que convoque a su remplazo”, aseguraron, aunque Valadés Ríos estima que la parte más rezagada es lo concerniente a su régimen de gobierno, pese a que periódicamente ha estado sometida a diversas adecuaciones que en la práctica le ha permitido romper con la inmovilidad y la obsolescencia, pero paradójicamente también ha sido objeto de manipulaciones que han ocasionado hiperreformismo, reglamentarismo, abusos, deformaciones, y contradicciones.
Duque Roquero –señala el documento periodístico-, manifiesta su aval a las reformas a la Constitución, “ya que el México de 1917 no es el mismo de 2017”, pero se inconforma ante los “malos cambios, con excesos, errores técnicos y abusos. La mayoría de estas reformas han sido innecesarias y superfluas, esencialmente en la apoca del PRI hegemónico, cuando veíamos que el Presidente en turno reflejaba en el Texto Constitucional su plan sexenal, con el control que tenía del Poder Legislativo federal y local”.
Actualmente muchos consideran que la pobreza y desigualdad que existe en el país podría deberse a que las leyes actuales no permiten generar la riqueza suficiente y bien distribuida. La principal norma es la Constitución y quizá en el fondo contradictoriamente se haya convertido en un freno que impide el progreso.
Por ejemplo, aunque no se cumpla plenamente, la Carta Magna establece numerosas restricciones a la inversión extranjera o en materia de explotación de las tierras agrícolas que quizá explica por qué 100 años después de su promulgación, México continúe enfrentando serios problemas en este rubro, si se le compara con otras naciones similares.
En realidad, en las últimas décadas el país ha registrado un crecimiento mediocre y las garantías individuales plasmadas en este texto elevado a veces a la categoría de “sagrado” se incumplen una y otra vez.
Así también, el concepto expuesto en el Artículo Tercero Constitucional y que contempla desde hace poco tiempo la detractada Reforma Educativa, en teoría está encaminado a “asegurar una educación obligatoria de calidad al alcance de todos los niños y jóvenes del país”.
“La educación gratuita, laica e incluyente permitirá avanzar seriamente en el propósito de abatir el rezago y proporcionar a los alumnos una educación integral, para la convivencia armónica y el desarrollo personal y social, así como con las herramientas que les permitan competir en un mundo globalizado que hace uso del conocimiento y la tecnología”, subraya el texto.
La bondad del arquetipo teórico, sin embargo, no ha sido suficiente para que se formen en las escuelas públicas a los mexicanos que se requieren para impulsar al país hacia el siglo 21, bajo los parámetros de una educación gratuita laica y de calidad.
En realidad, la calidad de la enseñanza todavía deja mucho que desear y los gremios de profesores siguen tomando las calles para reivindicar sus privilegios, mientras los alumnos en algunas zonas del país pierden parte de las clases a lo largo del ciclo lectivo.
El infierno está lleno de buenos propósitos. Y en ese tenor al parecer se inscribe la novel Constitución de la Ciudad de México, que justamente en estas fechas conmemorativas ha visto la luz primera, luego de intensos jaloneos entre quienes quisieron convertirla en una especie de documento demagógico, que egoístamente buscaba plasmar los idearios de Morena y el Partido de la Revolución Democrática.
Jesús Silva-Herzog aseguró que la Constitución de la Ciudad de México ha sido el fruto de una grotesca maquinación que negó representatividad al constituyente y careció de respaldo directo. Y tiene mucha razón, porque la Constitución de la Ciudad de México no fue sometida a un referendo. “No se pidió la ratificación popular para una ley que han querido vender como refundación de la ciudad”, afirmó.
Se nos ha pretendido hacer pasar este documento como el más avanzado y el más democrático pero sin el sello de la aprobación popular, no se puede otorgar legitimidad a este cuerpo normativo. Ciertamente, se trata de otra carta de buenas intenciones pero además es muy desordenado y terriblemente reiterativo, como aseguró el analista.
Parece ser más bien un compendio de demagogia y cursilería, de falta de técnica legislativa, plagado de frases hechas y ardorosas consignas de la vieja izquierda y no coincide más que en algunos aspectos mínimos, con las verdaderas aspiraciones de los habitantes de la ciudad de México.
La nueva Constitución capitalina habrá quedado hermosísima; todo un derroche en promesas y exaltaciones, pero ni siquiera es un instrumento conceptual y tampoco práctico, porque ciertamente la mayoría de los capitalinos la ve como algo ajeno a sus ideas, principios y valores y como siempre, como un pretexto para pagar altísimos sueldos y compensaciones a un grupo de constituyentes, que se la pasó muy bien mientras elaboraba un documento, que al final resultó mal diseñado y poco funcional.
Y es muy triste que eso ocurriera justo cuando se festejaba el centenario de la Constitución de 1917. Una vieja Constitución nacional y una nueva Constitución para la ciudad de México. Ganas de tirar el dinero y perder el tiempo. No cabe duda que el infierno está lleno de buenos propósitos.
Granos de Café
Los aspirantes a suceder en el cargo al gobernador Manuel Velasco Cuello han iniciado desde ahora sus campañas que -si ciertamente en la mayoría de los casos son todavía de bajo perfil-, ya han dado pie a que se desate la guerra sucia, lo que puede corroborarse con los ataques de los que ya fue objeto en los medios electrónicos y algunas columnas el senador Luis Armando Melgar, del Partido Verde, quien acosado por manifestantes de Mapastepec en la zona Costa -que le reclamaban con aspavientos e insultos por el aumento a las gasolinas-, les respondió abiertamente, con ese lenguaje coloquial que prácticamente todos utilizan cotidianamente en esa región, y por el que las “buenas conciencias” casi le han crucificado, no sin que una mano oculta haya puesto los clavos.
Como en toda guerra, la desatada por la presunción de que incluso Manuel Velasco Cuello deje anticipadamente el cargo y se nombre un interino, ha aumentado en intensidad hasta convertirla en lodazal, principalmente por quienes o aspiran a ser los interinos o quienes pretenden formalmente la candidatura en 2018, en el caso de que los rumores de que el gobernador dejará el cargo sean falsos y provengan de gente cercana a su propio equipo.
Como sea, el clima político en Chiapas es crispante, tanto, que al fuego enemigo ahora se ha sumado quizá también el fuego amigo, en una campaña soterrada por descalificar al contrincante y asegurarse de su baja anticipada en la pretendida contienda.
Si bien para muchos y con justa razón sea censurable el que un legislador utilice términos considerados poco usuales –como si quienes les increpan pertenecieran a la Cámara de los Lores-, tampoco puede esperarse que frente a una turba exaltada y vociferante, alguien salga a dictar una cátedra de economía o siquiera a dar una explicación razonable de cómo se procesó y aprobó la reforma energética y su relación con el gasolinazo.
Por supuesto que poco o nada importa el contexto del encuentro con manifestantes que finalmente rindieron sus armas ante el legislador. El objetivo había sido cumplido y, seguramente muchos de los que increpaban, aparentemente desconocían que eran usados con un fin distinto a la reunión que tenía que ver con las gestiones para el mejoramiento de un mercado.
Sin hacer una defensa a priori, sabemos, sobradamente, que hay maquinaciones que sólo buscan irritar a los aspirantes, como es el caso del senador Melgar. Sus adversarios omiten el contexto o la conclusión de los reclamos, como es el caso que nos ocupa y del que podemos dar cuenta de que, finalmente, quienes cuestionaron al legislador, terminaron por agradecerle su intervención…
…..Entre la mar de malas noticias que nos agobian desde la llegada de Trump a la Casa Blanca, hay una buena, muy buena, de la UNAM, al anunciar que la Secretaría General, la Oficina de la Abogada General y la Dirección General de Incorporación y Revalidación de Estudios (DGIRE) propondrán al Consejo Universitario mecanismos y medidas para facilitar la revalidación de materias a los estudiantes mexicanos que pudieran ser deportados de Estados Unidos y con ello interrumpir su formación, lo que implicaría desperdiciar un gran activo nacional.
Precisamente por el valor que representan estos estudiantes es que el mismo rector de la UNAM, Enrique Graue, ha convocado a todas las universidades públicas del país a sumarse a este rescate de los universitarios mexicanos, para que prosigan sus estudios, además de crear el reconocimiento “Alfonso García Robles” para motivar a alcaldes, gobernadores, agrupaciones e instituciones de educación superior que se opongan a la xenofobia e intolerancia del actual gobierno estadounidense.
Además se anunció que se convocará el 24 de este mes a autoridades de las sedes que tiene la UNAM en el marco del Programa para el Apoyo de los Mexicanos en el Extranjero (PAME-UNAM) -Los Angeles, Tucson, San Antonio, Chicago y Seatle-, a una reunión para articular medidas que apoyen a quienes pudieran ser afectados por deportación.
No menos importante es el anuncio hecho por el propio rector Graue de que la UNAM se unirá a la concentración pacífica en defensa de nuestra soberanía y dignidad que se realizará el 12 de febrero…
…Como dijeran los argentinos, vaya que el baja californiano Ernesto Ruffo Appel es un cara dura, ya que el hoy senador se destapó para contender a la presidencia de la República con carácter de “independiente” ¿Será?
Por lo pronto habría que recordarle al ex primer gobernador panista que tuvo México en 1989, que su magistratura nunca devino del voto electoral, sino de la “generosidad” del expresidente Carlos Salinas, quien de esta manera le pagó facturas al PAN por los favores recibidos. Y ya han pasado más de 30 años de esa mala experiencia como para imaginar siquiera que las nuevas generaciones tuviesen alguna idea de que este émulo del Cid Campeador existe o tenga la mínima posibilidad.
Se comenta que en la historia política del país, Ruffo Appel es la muestra más patética de la ilegal concertacesión y el chantaje político que se estableció en México, en detrimento de los auténticos votantes.
Todavía circula por ahí, en las redes, el audio de la llamada que le hizo al exgobernador de Sonora Guillermo Padres, en agosto del 2015, con el fin de obtener recursos para la campaña de Ricardo Anaya, a cambio de “protección” política para cuando Padrés dejara el gobierno. Lo que a muchos preocupa es que ante la “avasallante” candidatura del panista, Andrés Manuel López Obrador decida retirarse de la próxima contienda presidencial…Sus comentarios envíelos al correo [email protected]