Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
La Cuarta Transformación | Cipriano Flores Cruz
OAXACA, Oax., 29 de julio de 2018.- Ni duda cabe, la historia de los pueblos, de las naciones o de los Estados, sólo se puede comprender a grandes trozos, en períodos de tiempo suficientes, al inicio y término de características que lo pueden definir, caracterizar, que tenga un inicio, un desarrollo y muerte o extinción.
Lo que nos dice nuestra historia patria de los últimos 38 años fue comenzamos por negar a los objetivos y valores de nuestra Revolución, nuestro desarrollo en los marcos de la Revolución tuvo una referencia muy clara: lograr la sociedad justa respetando libertades pero con relaciones en condiciones de igualdad, este objetivo lo lograríamos a partir de los valores revolucionarios tales como la independencia económica de los centros imperiales, de nuestra capacidad como país para crear riqueza para todos, lograr buenos niveles de educación, salud, empleo, seguridad social, paz social, todo esto se conoció como Nacionalismo Revolucionario.
Este objetivo tenía un camino exclusivo para irlo alcanzando: la Democracia Social, es decir, las acciones de los gobiernos de la Revolución se sometían al escrutinio ciudadano en cada período electoral, no era elección sobre individuos o partidos, sino un refrendo de la obra revolucionaria.
El medio exclusivo del refrendo ciudadano, no precisamente elecciones, fue el poderoso Partido de la Revolución, sea PNR, PRM o PRI.
Nacionalismo Revolucionario y Democracia Social fueron de la mano con el Estado de la Revolución, Estado Popular, conductor de la economía con la participación del sector privado pero subordinado al interés público, con la organización de los trabajadores del campo y de la ciudad, con el respaldo de una naciente clase media.
El cuadro se completaba con un conjunto de ideas, principios y valores que se agruparon en la llamada Ideología de la Revolución Mexicana.
Era evidente que se tenía rumbo, idea, principios y normas para la acción, desde luego el avance no era homogéneo, hubo pasos hacia delante, pero también pasos hacia atrás, se estableció el péndulo como referencia para ubicar a los gobiernos revolucionarios, en síntesis, la democracia social con un gran contenido autóctono marcaba el rumbo de la nación mexicana.
La gran pregunta es qué fue lo que pasó. En dónde perdimos el rumbo, por qué nos desviamos, qué proyecto sustituyó al proyecto revolucionario, cómo fue que lo permitimos, consentimos, incluso votamos, si es posible levantarnos de la grave situación en que estamos, si es posible una Regeneración de lo perdido, si requerimos de un nuevo proyecto, si Andrés Manuel López Obrador y el Movimiento de Regeneración Nacional tendrán el tiempo suficiente para implantar su proyecto o será vano el intento porque los poderosos no están mancos e inútiles.
El primer problema que tuvo el Proyecto Revolucionario, fue sin duda alguna, la maldita vecindad.
Los americanos no permitieron que en sus narices se desarrollara un país bajo una lógica que no sea la ideología liberal, que el individuo fuese el centro de cualquier tipo de desarrollo social, que la iniciativa privada debe prevalecer sobre la iniciativa pública, que lo individual está por encima de lo colectivo, que el Estado sólo tiene que ocuparse de lo que la iniciativa privada no pueda hacer.
Comenzaron por introducir las ideas llamadas neoliberales, porque van más allá que las ideas liberales, desde las postrimerías del gobierno de Cárdenas, prepararon los futuros cuadros desde las universidades privadas extranjeras y nacionales, como el ITAM y el Tecnológico de Monterrey, lanzan el proyecto de la modernización con la resistencia de los nacionalistas mexicanos, trajeron a los ideólogos del neoliberalismo, con las organizaciones empresariales vinculadas al gobierno americano combaten a los gobiernos de Echeverría y de López Portillo, originan la crisis de la deuda, la crisis económica, la crisis política y la crisis social.
Vencido el proyecto Revolucionario, matan y entierran a la Revolución Mexicana e inician el proyecto neoliberal a partir del gobierno de Miguel de la Madrid, lo acuerdan con el derechista Partido Acción Nacional y con los americanos bajo las reglas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional.
Los resultados de este proyecto son catastróficos, incluso para los propios americanos que no aguantan las oleadas de migrantes pobres en su territorios, el neoliberalismo tuvo y tiene consecuencias muy graves para la viabilidad de la República mexicana.
Con la llegada de un presidente proteccionista en el gobierno americano, se necesita un cambio de rumbo de la Nación mexicana, cercana a los valores de la Revolución, ahora entendida como la suma de la Independencia, como Nación independiente y viable; de la Reforma, con defensa de la laicidad y de oposición a las corporaciones; de la Revolución de 1910 con hambre de justicia.
El nuevo proyecto es la construcción de la República Democrática Plurinacional con un gran sentido de civismo y de moralidad pública, la coyuntura americana nos está permitiendo enderezar el rumbo, así son las cosas, la oportunidad se toma o se deja, tenemos Morena para rato.