Día 22. Palacio perdió dominio de la agenda de la crisis
Las cifras de AMLO serán juzgadas mejor con el tiempo, pero es evidente que no entregará a su sucesor buenas cuentas y que recomponer tanto el tejido social como las instituciones agraviadas desde las mañaneras…
Con el inicio de octubre al reloj del “gobierno” de López Obrador y su desafortunada (por decir lo menos), cuarta transformación, le queda menos de 12 meses de cuerda. La cuenta regresiva está en marcha.
La esperanza que impulsó su triunfo en 2018 se diluyó en medio de la improvisación, la corrupción, la opacidad, el centralismo autoritario, el mal manejo de la pandemia, los escándalos de sus hijos, pero sobre todo por la inseguridad que lejos de disminuir creció por encima de la que se presentaba con Peña o con Calderón.
Antes siquiera de iniciar la desastrosa administración de López Obrador ya había dado muestras del enorme engaño que representa al jugar con la idea de que serían los expertos los que definirían si se continuaba con el aeropuerto de Texcoco para que en cuanto juró cumplir y hacer cumplir la Constitución ordenar la cancelación del proyecto con costos nunca aclarados incluso por la Auditoría Superior de la Federación, que después de un regaño mañanero hizo mutis y se desdijo de un primer cálculo. Lo cierto es que quienes usan el aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México siguen y seguirán pagando por muchos años, a través de una tarifa por uso de aeropuerto carísima, por una obra que no se hizo.
Las cifras de AMLO serán juzgadas mejor con el tiempo, pero es evidente que no entregará a su sucesor buenas cuentas y que recomponer tanto el tejido social como las instituciones agraviadas desde las mañaneras, será una de las tareas que deberá atender el nuevo gobierno si queremos rescatar al país.
Desde luego lo que más preocupa a los mexicanos es la inseguridad generalizada por todo el país propiciada por una equivocada política de “abrazos, no balazos”, por la penetración de la delincuencia en los procesos políticos y más recientemente en los gobiernos de los tres órdenes, que se traduce en impunidad y hasta en protección hacia los grupos delincuenciales.
Que poco menos de un año para que termine la pesadilla, pero también quedan nueve meses para que el electorado asista a las urnas para decidir sobre los siguientes seis años. Las opciones no son dos o tres como tratan de hacernos ver, los partidos de siempre no pudieron cambiar para bien a México y MORENA en vez de mejorarlo lo hundió más.
Por eso decidí buscar la candidatura independiente y a eso dedico mi tiempo en estos días. La Ley señala que se ha de reunir el uno por ciento del padrón electoral en firmas de apoyo, requisito posible, pero al que la rigidez de un INE que en lugar de ayudar a quienes pretendan optar por esa vía, les complican la ruta con una aplicación infame que requiere de equipos y habilidades que no todos tenemos.
Parece que en el INE se preocupan más por tener contentos a los partidos políticos ahí representados que por cumplir con las disposiciones de Ley que dan lugar a las candidaturas independientes.
En estos primeros días hemos venido conformando una estructura de familiares y amigos que creen que es posible tener un mejor país, que no confían en la desgastada clase política representada hoy por alito y Moreira en el PRI, por Marko Cortés en el PAN, por los Chuchos en el PRD y menos creen en la seriedad y el compromiso de quienes conforman MORENA, la mayor parte de ellos surgidos de las cenizas de los partidos de antaño.
Con ellos venceremos los obstáculos del INE y cumpliremos los requisitos que la Ley señala y con ellos habremos de llegar al primer domingo de junio de 2024 para darle una nueva paz y un nuevo rumbo al país.