Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de mayo de 2019.- Existe un viejo dicho entre los abogados: “Si tu asunto no tiene solución, vuélvelo penal”.
Lamentablemente en la actualidad, ha cobrado más vigencia, cada vez con mayor notoriedad y trascendencia en el Foro Oaxaqueño, entre los juzgados y tribunales.
Así vemos, que asuntos de naturaleza civil, familiar, mercantil, fiscal, administrativo, o de cualquiera otra índole, se vuelven penales; aun con la entrada en vigor de los llamados coloquialmente juicios orales.
El espíritu que motivó la implementación de los juicios adversariales u orales, tuvo su justificación precisamente para acabar con esa práctica, de trasmutar en penal todo asunto que en su propia vía, o no tenía solución, o era demasiado complicado o había prescrito, o el abogado no sabía o conocía el tipo de acción procedente y como ejercitarla.
El Ministerio Público es una Institución de buena fe, ello conlleva a interpretar que no tiene facultades para juzgar, al ser de buena fe, debe creer la versión de la víctima u ofendido y encausar sus actos de investigación para probar los hechos puestos en su conocimiento, hasta el grado de obtener un sentencia condenatoria. Sin embargo, a sabiendas o no se ha abusado de esa buena fe.
Es más sencillo, integrar una carpeta de investigación, que tramitar un juicio ordinario reivindicatorio, o plenario de posesión, o de jactancia, o la acción negatoria o confesoria, la hipotecaria, la petición de herencia, o la de nulidad, juicio sumario de arrendamiento, etc.
Es cierto que en muchos y muy diversos casos existe una muy delgada línea de horizonte entre un asunto civil y un asunto penal, que incluso puede confundir al abogado o Juez más experto, más calificado, pero no en miles de casos, pues la nociva práctica, se ha vuelto ominosa, y lo que es más grave, se le ve como algo natural, accesible, redituable.
Es enorme el esfuerzo realizado por la Fiscalía General de Oaxaca para paulatinamente ir terminando con dichas prácticas, y el esfuerzo se ha manifestado en todos los ámbitos y espacios de la misma, desde proporcionar a sus funcionarios espacios dignos de trabajo, como en mejoras salariales y de consumibles, lo que es loable y de reconocimiento notorio para el señor fiscal.
Así las cosas, ese esfuerzo, que no es cosa menor, porque implica acabar con una práctica consuetudinaria, y conlleva a culminar con un radical cambio de mentalidad, y arribar al comportamiento dentro de la legalidad, dentro de la ley estrictamente, debe comprender absolutamente en apoyo y colaboración de los jueces y tribunales, quienes finalmente tienen la facultad constitucional de pronunciarse acerca de la delgada línea que existe entre un asunto penal y un asunto civil.
Cambio de mentalidad que debería robustecerse desde las escuelas y facultades de derecho, pues es una cuestión de formación profesional, el abogado actual, ahora más que nunca, debido a la grave crisis social existente, debe ser formado en la axiología del derecho. En fin a cada quien.