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Finalmente, los estudios de opinión pública se imponen como el mecanismo para seleccionar candidatos. No deja de sorprender que el líder político más importante de las últimas décadas y ahora presidente de la República, que siempre reivindicó el voto popular para las definiciones políticas más relevantes, sea el promotor de las encuestas como instrumento decisorio, recurso que no reemplaza a los procesos democráticos.
El régimen seleccionó a su candidata presidencial mediante una encuesta. No hubo contienda, debate, campaña ni sufragios. Por eso las intenciones de voto no se modificaron y el resultado favoreció a quien contaba con el favor presidencial desde el inicio de la gestión gubernamental. La encuesta sirvió para formalizar una decisión tomada con anticipación y a los ojos de todo el mundo. Al parecer, Marcelo Ebrard fue el único que no lo vio y ahora recurre al tribunal a impugnar un proceso que formalmente no fue para seleccionar candidato; en otras palabras, no hay elementos para invocar la protección del derecho de ser votado, por lo que es infundada su acción legal.
La encuesta se ha replicado para que Morena seleccione candidatos en las 9 entidades con elección de ejecutivo local. Al igual que sucedió con los procesos previos, el INE está ausente, aunque ha amagado con anular registros por eventuales actos anticipados de campaña.
Utilizar la encuesta ha sido emulado por la oposición. Para efectos prácticos la candidatura opositora fue resuelta no por el pretendido ejercicio democrático o ciudadanizado, sino por el acuerdo de las cúpulas de los partidos y ante la imposibilidad de doblar a Beatriz Paredes, una encuesta resolvió anticipada y accidentadamente la competencia.
Interesante y trascendente el desenlace de Morena en la Ciudad de México. Omar García Harfuch, ex secretario de seguridad ciudadana del gobierno de la entidad, adelantado de Claudia Sheinbaum, competirá con Clara Brugada, eficaz alcaldesa de Iztapalapa. Uno tiene las adhesiones del conjunto de la población y la otra la identidad y representatividad de los militantes y simpatizantes de Morena. Los demás son escenografía en búsqueda de un cargo alterno; con apremio Hugo López-Gatell, sobre quien pesa su gestión criminal durante la pandemia, además de la fracasada política de salud del gobierno. Un tema que no puede pasar inadvertido es que quien gobierna la ciudad está en la antesala a la candidatura presidencial, como ocurrió con todos los gobernantes de Cárdenas a Sheinbaum, con excepción de Miguel Ángel Mancera.
De la misma manera que la encuesta nacional favoreció a la jefa de gobierno de la Ciudad, sucederá con García Harfuch para ser el candidato en la entidad, a pesar de la feroz embestida en su contra desde muchos frentes, incluso el fuego amigo.
La renuncia del senador priista Jorge Carlos Ramírez Marín para buscar la candidatura del PVEM en Yucatán es una llamada de atención al Frente. Una y otra vez deben tener presente que Alejandro Moreno y Rubén Moreira, apuntados para encabezar la lista de senadores dirigen, pero no representan al PRI, además de ser elementos de fractura. Ante la indolencia o el descuido del Frente los tricolores está migrando a Morena. Aunque para la elección en Yucatán no tendrá mayor consecuencia, la circunstancia complica el triunfo en la elección presidencial y la mayoría opositora en el Congreso. La pasividad en la oposición más que temeraria es suicida.
En la perspectiva de 2021 y el humor social en el entorno urbano, se presenta un escenario con cuatro entidades competidas: Ciudad de México, Jalisco, Puebla y Morelos. Dos muy perfiladas para el PAN, Yucatán y Guanajuato. Tres más para Morena, Tabasco, Veracruz y Chiapas. El Frente ha perdido la iniciativa mediática, no el sentido local, al perfilar candidatos sin la visibilidad del centro, pero competitivos y con arraigo: Renán Barrera en Yucatán, Eduardo Rivera en Puebla y en Guanajuato, vía encuesta en breve habrá de seleccionarse a la candidata entre Libbia Denise García, secretaria de Desarrollo Social, Alejandra Gutiérrez, alcaldesa de León y la senadora Alejandra Reynoso.
La ciudad de México será la madre de todas las batallas. Muchos asumen con error que Claudia es marginal en las definiciones políticas. El balance en noviembre de la selección de candidatos mostrará que sí hubo cesión de mando y que se vislumbra una forma distinta y mejor de hacer política, al tiempo que el Frente duerme en sus laureles.