Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de diciembre de 2018.- Martha Erika Alonso compartió en sus redes sociales el 24 de diciembre un mensaje tradicional de felicitación navideña:
“Mis mejores deseos en estas fiestas decembrinas a todas las familias poblanas. Sé que el 2019 nos esperan grandes retos, pero juntos podremos lograr que sea un año de prosperidad y paz para el Estado. ¡Felicidades!”.
Pocas horas después fallecería al lado de su esposo el exgobernador y senador de la República, Rafael Moreno Valle, y tres personas más.
Ella pasará a la historia por ser la primera gobernadora emanada bajo las siglas del Partido Acción Nacional, luego de diversos intentos en entidades como Nayarit, Tlaxcala, Estado de México, Hidalgo y Michoacán.
Sólo 10 días tuvo ese cargo luego del desgastante camino que vino antes, durante y después de la elección, que incluso la hizo tomar protesta para el cargo en las instalaciones de Poder Judicial pues en el Congreso local se cuenta con la mayoría de MORENA y no se tenían con las condiciones para hacerlo allí.
Por primera vez México contaba con tres Gobernadoras al mismo tiempo y con mujeres encabezando ciudades capitales como Chihuahua, y la misma Puebla.
La noticia causó un hueco en el estómago de propios y extraños, enmarcado en la fecha tan especial que es el 24 de diciembre, pero en lugar de que la tragedia uniera al pueblo mexicano, maximizó las diferencias.
Esa es la segunda tragedia, la de los insultos y los gritos, la de las acusaciones y las evasivas.
Todo comenzó con la pifia de comunicación del Presidente Andrés Manuel López Obrador, al ser el emisario en redes sociales de la noticia preventiva: “Estoy recibiendo información de un accidente en Puebla por desplome de un helicóptero. Por confirmar que iban la gobernadora Martha Erika Alonso y el ex gobernador Rafael Moreno Valle. He ordenado a todo el gobierno actuar de inmediato”.
Acostumbrado a los reflectores todos los días se le hizo fácil ser una vez más quien se llevara la exclusiva, pero tienenque hacerle ver en su equipo que no todas las noticias deben ser comunicadas por el personaje, para eso existen las instituciones.
(Esta práctica de ser los personajes los emisores se replica por ejemplo en la Secretaría de Turismo, donde quien brinda las cifras es el secretario Miguel Torruco desde sus perfiles sociales y los medios los toman como fuente a falta de comunicado oficial.)
La investigación que se llevará a cabo no dejará satisfechos a todos, pero se tiene que hacer, y es que las malas coincidencias se juntaron justo en Puebla, con el desdén demostrado por el mismo Presidente al reconocer públicamente sus diferencias y/o deseos, luego con el candidato perdedor de MORENA autonombrándose “Gobernador Legítimo” pese a que esa película ya la habíamos visto; sumado al llamado de la Presidenta nacional de la misma fuerza política indicando a los alcaldes llegados bajo sus siglas al poder que no se reunieran con la Gobernadora, y como cereza del pastel un congreso también con mayoría obradorista.
Una verdad de Perogrullo es que el Presidente no es culpable de sus muertes, pero ha seguido un mal guion, que incluye la respuesta a la pregunta de por qué no se presentó a losfunerales de la pareja poblana:
“había un ambiente ex profeso que crearon los conservadores de siempre, no todos, pero una minoría, que actúan de manera muy mezquina (…) Sí hay un grupo muy mezquino que en redes sociales empezaron ayer a hablar de la responsabilidad del Gobierno que represento”, contestación que dista mucho de un estadista, o de un Presidente en funciones salvo claro para sus seguidores.
Preocupa la polarización en la política, preocupa el cómo se toman estos temas no en el debate en redes, sino en la vida real, en la Realpolitik que es la arena donde sus decisiones tienen consecuencias en el desarrollo del país.
En tiempos que se requiere no sólo un llamado sino acciones de unidad, se extrañan la sobriedad, la reflexión, y hasta los silencios que conllevan las tragedias.