Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de abril de 2018.- Para algunos analistas políticos, pero principalmente para los seguidores e incondicionales de Andrés Manuel López Obrador, los resultados de las encuestas indican que el triunfo del candidato de la alianza “Juntos haremos historia” (Morena-Partido del Trabajo y Partido Encuentro Social), a la presidencia de la República, está asegurado con el 39 por ciento de la intención del voto.
Sin embargo, en el terreno de los hechos, esta posibilidad aún es incierta dado que todavía faltan 86 días para las votaciones, aunque hay que subrayar que formal e “informalmente” el tabasqueño lleva ya 18 años -más de 6 mil 500 días-, en esta cruzada rumbo a Palacio Nacional, lo cual le ha permitido que aproximadamente el 100 por ciento de los mexicanos sepa quién es.
A José Antonio Meade Kuribreña el candidato de la coalición “Todos por México” (Partido Revolucionario Institucional, Partido Verde Ecologista de México y Partido Nueva Alianza) -a quien hoy se le concede solo el 25 por ciento de la intención del voto-, le han bastado apenas 123 días para obtener el 85 por ciento de conocimiento a nivel nacional.
Esta cifra está incluso por arriba de la de Ricardo Anaya Cortés, candidato de la coalición “Por México al Frente” (Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano), quien apenas cumplió 110 días de participar en la contienda.
Al panista las empresas encuestadoras le contabilizan el 19 por ciento de la intención del voto, mientras que a Margarita Zavala Gómez del Campo -quien contenderá como independiente-, solo el 6.
Si nos apegásemos a lo que teóricamente indican las encuestas, prácticamente López Obrador sería ya el presidente de México, pero dado que la proporción de quienes han respondido constituye realmente menos del 60 por ciento de quienes efectivamente sí acudirán a las urnas, existe entonces un amplio espectro de sufragantes -muchos de ellos que emitirán su voto “útil” y que todavía no se deciden a ciencia cierta por quien votar-, y que finalmente modificarán la balanza final en razón de su ideología, simpatía o género.
El PRI está plenamente consciente de que la comunicación política de su candidato José Antonio Meade y el planteamiento de sus propuestas, serán fundamentales para poder alcanzar y superar al candidato de Morena.
Daniel Eskibel -psicólogo y estratega político fundador de Maquiavelo & Freud, referencia mundial en español en psicología política, miembro de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos y de la American Association of Political Constultants-, asegura que “la comunicación política durante el período electoral es decisiva”.
Si hay un porcentaje del electorado que permanece indeciso en plena campaña electoral, y si a ese segmento se suma el de aquellos que cambian su voto durante la campaña -que en Estados Unidos algunas investigaciones situaron entre el 7 y el 11 por ciento-, entonces la comunicación política resulta primordial y pasa a jugar un rol absolutamente relevante, pero faltaría aún profundizar cómo es que opera sobre el cerebro del votante.
En un ensayo publicado en la Revista Cahiers de Psychologie Politique de la Association française de psychologie politique en la Université de Caen, Francia, Daniel Eskibel -autor de más de 400 artículos y 23 libros, entre ellos Maquiavelo & Freud: Psicología Política para Ganar Elecciones-, asegura también que cada individuo toma decisiones políticas en torno a una elección racional, que está dirigida a satisfacer sus objetivos individuales.
“Pueden ser decisiones, por ejemplo, para evitar el triunfo de determinados partidos o candidatos o para lograr el triunfo de un candidato con determinadas cualidades o con determinadas metas, o para acercarse al perfil del candidato ideal o para lograr determinados efectos sociales, culturales o políticos”.
Yolanda Morales Castro, investigadora de la Universidad Simón Bolívar de Colombia, en su trabajo doctoral denominado Comportamiento electoral; influencia determinante de los factores a corto plazo en la decisión del voto, asegura que “las características emocionales van en relación con el carácter, carisma y personalidad”.
Menciona también que “las campañas electorales representan el momento clímax de la decisión, por cuanto se aprovecha la elección para pasar revista a la vida política y en particular, al desempeño de los gobernantes y a las cualidades de los aspirantes a gobernarlas”.
Agrega que factores como la imagen de los candidatos pesan mucho al momento del voto, y en referencia al modelo base analizado en su tesis doctoral, pudo comprobar que 26 de cada 100 de los votantes opinaron que lo habían hecho a favor de determinado candidato “porque tenían una imagen favorable”, condición definitiva al momento de votar.
De acuerdo a los grandes analistas del comportamiento político, un votante puede depositar su voto sin basarse en sus preferencias ideológicas ni las propuestas partidistas, sino en la simpatía que le pueden despertar los rasgos personales y la imagen física, intelectual y emocional de un candidato.
La investigadora Morales Castro expone que las características físicas se refieren a la apariencia del candidato y a su lenguaje corporal; tienen que ver con su forma de vestir, de peinarse, las facciones de la cara, sus medidas corporales, sus gestos, la sonrisa, la postura y la forma de caminar. Las características intelectuales tienen relación con su grado de cultura y conocimientos y se liga a su actividad profesional, en tanto que las características emocionales van en relación con el carácter, carisma y personalidad –dice.
Si el electorado mexicano siguiera esta lógica, las preferencias en torno a Andrés Manuel López Obrador irían a la baja.
Su medianía intelectual y cultural, además de su preparación y apariencia física, están muy por debajo de sus tres adversarios, que sí poseen juventud y un bagaje educacional y cultural muy por encima del candidato de Morena que hoy -previo a los 3 debates que se realizarán y muchos consideran serán su Waterloo-, se halla en ostensible desventaja en este terreno, ante un padrón electoral estimado en casi 86 millones de votantes conformado por el 48 por ciento de hombres, y el 52 restante, por mujeres.
Sin duda, los debates presidenciales -que serán transmitidos por televisión abierta y a través de las redes sociales-, representan la gran vitrina que expondrá a los aspirantes presidenciales ante las grandes audiencias del país. Incluso, algunos consideran que sus resultados serán decisivos para promover el voto de los electores indecisos, quienes pudieran inclinar la balanza electoral.
El próximo 22 de abril, en el Palacio de Minería de la Ciudad de México, se llevará a cabo el primero de los debates. Los aspirantes abordarán los temas política y gobierno; combate a corrupción e impunidad; seguridad pública y violencia, democracia, pluralismo y derechos de grupos en situación de vulnerabilidad.
El 20 de mayo, en el campus Tijuana de la Universidad de Baja California, se realizará el segundo encuentro. Los asuntos a tratar serán México en el mundo; comercio exterior e inversión; seguridad fronteriza y combate al crimen trasnacional y derechos de los migrantes.
El 12 de junio, en el Gran Museo del Mundo Maya, de Mérida, Yucatán, se efectuará el tercer debate, con los temas economía y desarrollo; crecimiento económico, pobreza y desigualdad; educación, ciencia y tecnología; y desarrollo sustentable y cambio climático.
Con el título Indecisos: ¿qué influye más en la decisión de voto durante la campaña electoral?, la analista Marga Castillo, de la revista española “Expansión” presentó sobre el particular un catálogo de 11 puntos, en el que asegura que los políticos saben que la televisión sigue siendo el principal medio de comunicación para convencer a una gran parte del electorado.
“Desde la indumentaria hasta el lenguaje no verbal de los candidatos al gobierno, su capacidad de improvisación, chistes y capacidad para conectar con el ciudadano de a pie, las asistencias o las ausencias… todo se mide, mientras los televidentes hacen porras sobre el ganador y toman posiciones. La actuación de los políticos en estos encuentros es clave y los titulares de los medios al día siguiente también son cantera para los indecisos”.
¿Realmente López Obrador podrá ratificar en las urnas su nivel registrado en las encuestas? El reto será llevar a las urnas a esa población joven, hoy animosa respondedora de encuestas a favor de AMLO y presta a debatir a su favor en las redes sociales.
Tampoco habrá que olvidar el peso del denominado “voto duro”, ni el voto de la gente mayor de 40 años y al sufragio “de última hora”, que no tiene rango de edad ni sexo, y que generalmente es producto de la emoción del momento.
“Parece que la estabilidad del voto y la identificación partidista son los que determinan nuestro voto político. La ideología apenas parece ser importante si comparamos su influencia con la de estos dos factores”, indica Alejandro Sanfeliciano, psicólogo español, doctorado en Investigación en Psicología Educativa.
Autor del texto ¿Qué factores influyen en nuestro voto político? comenta que “podemos observar que cuando una persona ha votado por un partido político, vuelve a hacerlo por el mismo partido en las próximas elecciones. Esta estabilidad suele mantenerse con independencia de la tendencia política del partido, el candidato y el tipo de elecciones”.
Refiere que las personas de derecha cambian menos su voto. “Siguiendo con la división entre personas de derecha y personas de izquierda, se puede observar que es más fácil un cambio de voto hacia partidos que se encuentran más próximos en ideología a los últimos votados. De cambiar, lo más probable es que las personas que votaron en las últimas elecciones por un partido de derecha sigan votando por este partido o a otro de derecha”. En la izquierda ocurre lo mismo.
Sanfeliciano agrega que lo que realmente hay detrás de la estabilidad del voto, es un proceso de socialización política por el cual los partidos consiguen socios leales a pesar de los cambios. “Pesa más la tradición de la ideología política del partido, que el programa concreto que presenten a unas determinadas elecciones. En esta socialización política entra un concepto muy importante llamado identificación partidista, que consigue crear en sus votantes una sensación de unión tan fuerte, que sobrepasa las diferencias ideológicas intragrupales”.
¿Cuán importante es la identificación partidista frente a la ideología del individuo a la hora de determinar su voto? -se pregunta el especialista-. La respuesta está en los fuertes mecanismos de propaganda de los partidos, que buscan empatía con la gente para lograr en ellos un sentimiento de pertenencia a su grupo, para obtener el voto -puntualiza Sanfeliciano.
Ante lo avasallador que para muchos resultan los resultados de la encuestas, recientemente explicamos en este mismo espacio que estas son únicamente una fotografía del momento y que valdría la pena recordar que aunque los sondeos arrojen resultados probablemente correctos, la realidad ha demostrado que ninguna encuesta es infalible y que en incontables ocasiones las previsiones fracasaron estrepitosamente.
Y para exponer esta eventualidad, ejemplificamos que durante la pasada contienda electoral en Estados Unidos, a sólo 90 días de la elección -como ocurre precisamente ya en México-, Hillary Clinton, la candidata demócrata tenía 15 puntos de ventaja sobre su oponente republicano, Donald Trump, quien finalmente obtuvo el triunfo, gracias a que el electorado, que no necesariamente “vota” en las encuestas, lo hizo en las urnas, cautivado también por las propuestas y la personalidad del candidato.
Habrá que repetir también que muchas veces los ganadores de las encuestas podrían ser los perdedores en las elecciones.
Granos de café
… Nuestro reto es obtener más de 600 mil votos a favor de José Antonio Meade y Roberto Albores, en Chiapas y vamos a luchar por ello, aseguró Eduardo Zenteno Núñez, secretario general del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), quien con Nueva Alianza y el PRI, conforman la coalición “Todos por México”.
Las previsiones se realizaron sobre la base de 500 mil militantes del PVEM que han sido empadronados. “Considero que podemos superar esta cifra y alcanzar los 600 mil votos en todo el estado, que sumados a los 350 mil que estima obtener el PRI y los otros partidos que forman parte del acuerdo, representarán casi un millón de votos a favor de la coalición”.
Indicó que a pesar de que su partido tiene el tiempo encima, se han logrado importantes avances “apoyándonos en los mejores cuadros con que contamos, y con pleno respeto a la equidad de género y sobre todo sumando a los jóvenes. Estamos trabajando arduamente para poder alcanzar nuestras metas, a fin de que en Chiapas el Partido Verde se mantenga como la primera fuerza política”, indicó.
El dirigente estatal agregó que “nuestra relación con el PRI es muy respetuosa. Hemos decidido impulsar y apoyar el proyecto de la alianza con José Antonio Meade y Roberto Albores del PRI, y los partidos Chiapas Unido, Nueva Alianza y Podemos Mover a Chiapas”.
“La nuestra es sin duda una alianza ganadora -que nos va a dar muy buenos resultados-, por las estrategias que hemos estado instrumentando. La población en general y la militancia del PVEM está satisfecha con lo logrado y con el trabajo realizado por el gobernador Manuel Velasco Coello, quien acaba de presentar su informe de gobierno”, dijo.
Puntualizó que “sin duda a Manuel Velasco le tocó una época muy difícil, sobre todo porque en el plano financiero su gobierno ha tenido que pagar más de 9 mil millones de pesos tan sólo de intereses, por la enorme deuda que le dejara la administración de Juan Sabines Guerrero. En su informe el gobernador rindió cuentas muy claras; es un hombre que ha privilegiado el diálogo; tiene un gran corazón y siempre ha querido lo mejor para los chiapanecos”.
Zenteno Núñez manifestó que en los encuentros que ha sostenido con los candidatos del PVEM en Chiapas “les he dicho que hay que salir a la calle a trabajar. Que le den certeza a la gente para que sigan creyendo en el Partido Verde. Sabemos que la gente está cansada de los partidos y de los políticos, pero precisamente por ello tenemos que hacer las cosas bien y darles razones para que confíen en nosotros”…
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