Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
El año 2023 ha sido uno de los más difíciles para la humanidad, marcado por la pandemia del Covid 19, que ha causado más de 240 mil muertes en el mundo y medio millón de contagios en México, y por la crisis económica, social y política que ha generado. Sin embargo, también ha sido un año de aprendizajes, de solidaridad, de resiliencia y de esperanza.
La esperanza nos permite enfrentar las adversidades con confianza y optimismo, creyendo que podemos superarlas y que el futuro será mejor. La esperanza es una fuerza que nos impulsa a seguir adelante, a buscar soluciones, a colaborar con los demás y a cuidar de nosotros mismos y del planeta.
La esperanza también es una responsabilidad, pues implica comprometernos con nuestras metas y con nuestro entorno, asumiendo los desafíos que se presentan y participando activamente en la construcción de una sociedad más justa, democrática y sustentable.
En este sentido, el año 2024 representa una oportunidad para renovar nuestra esperanza y para ejercer nuestra ciudadanía, pues se celebrarán las elecciones más grandes de la historia de México, en las que se elegirán la presidencia de la República, las cámaras de diputados y senadores, ocho gubernaturas, la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, las 16 alcaldías y más de 20 mil cargos de elección popular.
Estas elecciones son de vital importancia para el destino del país, pues definirán el rumbo de las políticas públicas, el equilibrio de poderes, el respeto a los derechos humanos, el combate a la corrupción, la seguridad, el desarrollo económico, la protección del medio ambiente y la relación con el mundo.
Por ello, es fundamental que los ciudadanos nos informemos, analicemos, debatamos y decidamos con criterio propio, sin dejarnos influir por las falsas noticias, las campañas de desprestigio, las promesas vacías o los intereses particulares. Asimismo, es indispensable que exijamos a los candidatos y a las autoridades electorales que garanticen la transparencia, la equidad, la legalidad y la seguridad del proceso electoral, y que respeten la voluntad popular expresada en las urnas.
La democracia es el sistema político que mejor garantiza la libertad, la igualdad, la diversidad y la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones que les afectan. Sin embargo, la democracia no se reduce al voto, sino que implica una forma de vida que requiere de la convivencia pacífica, el diálogo, el respeto, la tolerancia, la inclusión, la rendición de cuentas y el control social, contrario a las prácticas de López Obrador que nos divide, es intolerante y se resiste a rendir cuentas.
Los organismos autónomos juegan un papel clave para preservar y fortalecer la democracia, pues son instituciones que tienen la facultad de regular, supervisar y sancionar el ejercicio del poder público, así como de proteger y promover los derechos e intereses de los ciudadanos, sin estar sujetos a la injerencia o la subordinación de otros poderes.
Entre los organismos autónomos más relevantes se encuentran el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Banco de México (Banxico), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).
Estos organismos son un contrapeso para frenar los abusos del poder y para garantizar el cumplimiento de la Constitución y de las leyes. Sin embargo, también enfrentan amenazas y presiones de López Obrador y sus corifeos que buscan debilitarlos, controlarlos o desaparecerlos, lo que pone en riesgo la estabilidad, el desarrollo y la democracia del país.
Por eso, es importante que los ciudadanos defendamos la autonomía, la independencia y la eficacia de estos organismos, que reconozcamos su labor y que exijamos su mejora continua, pues son instrumentos al servicio de la sociedad y no de los gobiernos o de los partidos.
El año 2024 nos plantea el desafío de superar la pandemia y sus consecuencias, de recuperar el crecimiento económico y el bienestar social, de fortalecer el Estado de derecho y la seguridad pública, de proteger la biodiversidad y el medio ambiente, y de consolidar la democracia y la participación ciudadana.
Para lograrlo, necesitamos de la esperanza, pero también de la acción. La esperanza nos motiva, nos inspira, nos da sentido. La acción nos transforma, nos empodera, nos hace protagonistas. La esperanza sin acción es ilusión. La acción sin esperanza es frustración. La esperanza con acción es revolución.
Vamos con nuestro voto a detener la destrucción de López Obrador y su partido para revolucionar en positivo a México. Construyamos juntos un feliz año nuevo.