La gran desaparición de León Krauze

09 de enero de 2025

9:43

Redacción/Quadratín Oaxaca

Si el fin último del arte es ser contemplado, qué pasa cuando las obras de arte dejan de ser vistas, es decir, realmente vistas.
Esta es la premisa de La gran desaparición de León Krauze, quien nos narra una actualidad donde las personas van a los museos a ver a través de las pantallas de sus celulares y donde tomarse una foto con las obras es más importante que realmente apreciarlas.
En el museo Louvre, donde trabaja André, nuestro joven protagonista, un día sucede un hecho inexplicable: los personajes de los cuadros empiezan a desaparecer comenzando por la Mona Lisa o Lisa (como André la llama de forma amistosa).
Las autoridades no encuentran una explicación lógica y tendrán que confiar en nuestro curioso y excepcional guardia para resolver el misterio y traer de vuelta a los grandes personajes de la historia del arte, ya que André es el único capaz de solucionar el enigmático caso.
Aprovechando la inusual y extravagante comunicación que mantiene con los ilustres protagonistas de la historia del arte y con ayuda de su vecina Anne —una joven periodista de la que está enamorado— y de Monique, la directora del museo de Louvre; André traza un plan para sumergirse en la fantástica dimensión pictórica donde habitan, por ejemplo, las meninas de Velázquez, la Venus de Botticelli e incluso se encuentra a su gran amiga:
«Allí, de pie frente a él, en todo su esplendor, sonriendo con gracia, estaba Lisa Gherardini. Lisa corrió hacia él y lo abrazó. André le devolvió el abrazo, con fuerza. Al final del abrazo, se miraron a los ojos. Lisa también olía a olivo y lavanda. Y un toque de miel».
Además de estos grandes personajes, se encuentra también a sus famosos autores: Rafael, Leonardo Da Vinci, Van Gogh, Caravaggio, Durero y Chagall.
André, quien es un gran conocedor del arte y sus secretos, no pierde la oportunidad de hablar con ellos y preguntarles por los motivos de sus obras, sus influencias, las constantes incógnitas que rodean sus trabajos e invitan a los historiadores a sesudas reflexiones y eternos desvelos.
Estas largas pláticas dan lugar a una tierna amistad basada en la admiración mutua entre los maestros y André.
Una vez que convence a los personajes de volver a sus escenarios él debe decidir entre quedarse con los grandes pintores y cumplir su sueño de dedicarse por completo a la pintura o regresar a la realidad en donde la joven Anne lo espera.
Acompaña a André en esta historia de fantasía y aventura mientras recorre el mundo del arte y nos muestra la importancia de apreciar la belleza de la vida y aprender a mirar, a mirar realmente.

CITAS:«La magia, como el amor o la amistad, llega de improviso. Nos agarra de sorpresa, cuando menos lo esperamos».
«La gente había estado ruidosa y desatenta, sin mostrar ningún respeto por el museo ni por los cuadros. Durante todo el día, los teléfonos móviles habían parpadeado, distrayendo con pantallas brillantes e intrusivas, tomando una fotografía tras otra».
«André se preguntó qué lugar tenía la belleza en un mundo en el que la gente simplemente había perdido la capacidad de levantar la cabeza y mirar a su alrededor».
«El arte no tiene razón de ser si nadie puede verlo. Pero verlo de verdad. La obra de arte en sí quiere ser vista».
«André buscó en su interior hasta encontrar esa última reserva de valentía que existe en todo ser humano: la voluntad de vivir, la voluntad de seguir adelante».
«La gente no está ahí para vernos. ya no. Están ahí para verse a sí mismos con nosotros.. argumentó Lisa, enfatizando sus palabras para dejar claro su punto de vista».
«La desaparición de las obras maestras parecía haber enseñado a la gente a mirar el arte de otra manera».