Economía en sentido contrario: Banamex
Hacia la paz y la serenidad
OAXACA, Oax., 10 de julio de 2016.- … al haber mirado algunos de estos defectos honradamente y sin pestañear, después de haberlos discutido con otra persona y al haber llegado a estar dispuestos a que nos sean eliminados, nuestras ideas referentes a la humildad empiezan a cobrar un sentido más amplio.
_— Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 71_
Cuando se presentan situaciones que destruyen mi serenidad, frecuentemente el dolor me motiva a pedirle a Dios claridad para ver mi papel en la situación.
Admitiendo mi impotencia, humildemente le pido aceptación.
Me esfuerzo por ver cómo mis defectos de carácter han contribuido a la situación.
¿Podría haber sido más paciente?
¿Era intolerante?
¿Insistí en salirme con la mía?
¿Tenía miedo?
Según se van revelando mis defectos, pongo a un lado mi independencia y humildemente le pido a Dios que me libre de mis defectos de carácter.
Puede que la situación no cambie, pero cuando practico la humildad, disfruto de paz y serenidad, que son los beneficios naturales de poner mi confianza en un poder superior a mí mismo.
Este es un mensaje de la comunidad AA