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Se llevó a cabo la quinta sesión del curso Los claroscuros de América. Lengua, historia y cultura, coordinado por Concepción Company Company, miembro de El Colegio Nacional.
Con el tema “Desarrollo cultural y alfabetización. La imprenta en América”, la lingüista aseguró que la imprenta ha representado una gran transformación “en nuestros modos de funcionar en la vida cotidiana”.
Para la especialista, la imprenta se convirtió en un poderoso mecanismo de igualación social, de nivelación de las desigualdades y de democratización de la sociedad.
Se sabe que hay una revolución cultural cuando se cambia el paradigma de modos de entender el mundo, de acuerdo con el filósofo de la ciencia Thomas Kuhn. Para la lingüista Concepción Company Company el desarrollo de la imprenta, sin duda, “es una revolución en el sentido del pensador: es un cambio cognitivo en nuestros modos de entender el mundo, en nuestros modos de funcionar en la vida cotidiana. Es un impacto gigante en la cultura, en la economía, en la política o en la ciencia”.
Al impartir la quinta sesión del curso Los claroscuros de América. Lengua, historia y cultura, con la lección “Desarrollo cultural y alfabetización. La imprenta en América”, la colegiada analizó la creación y el desarrollo de la imprenta, que ha significado una gran revolución cognitiva, la cual se refleja de diferentes maneras en la vida cotidiana.
“El debilitamiento de la cultura manuscrita a favor de la cultura impresa significó un gran impacto social: antes de la invención de la imprenta la cultura era de élite, de aristócratas, de realeza y de conventos; en una cultura de masas se inventan los periódicos, las revistas y otro tipo de libros, pero también géneros textuales que son de usar y tirar”, resaltó la colegiada durante su conferencia, celebrada de forma presencial en el Aula Mayor de la institución, y transmitida a través de sus plataformas digitales.
Durante su recorrido histórico, Company Company recordó que el concepto de autoría, por ejemplo, es reciente: no sabemos quiénes fueron los autores de las grandes obras de la literatura española; lo mismo cabe decir para la francesa o la inglesa, porque la mayoría de las grandes obras son anónimas.
“Tampoco sabemos el nombre del copista, porque si ponía su nombre, le costaba el puesto: no sabemos ni quién escribió La Celestina, porque Fernando de Rojas podría llamarse Juan Pérez o Roberto Domínguez; a veces, el anonimato tenía que ver con persecuciones por el tipo de libro, pero lo cierto es que la cultura manuscrita es una cultura que vive, que se elabora, se crea y se recrea en el anonimato. Con la imprenta pasamos a la identidad conocidísima del autor y del impresor”.
De ahí su certeza de que la imprenta sea uno de los enormes inventos de la humanidad, equivalente al descubrimiento de los antibióticos, “de las vacunas o de las energías limpias, y es una de las grandes invenciones de la humanidad, porque permitió apropiarse masivamente de la cultura y de la información”.
La imprenta se convirtió en un poderoso mecanismo de igualación social, de nivelación de las desigualdades y de democratización de la sociedad, “nada más y nada menos, porque hizo algo aparentemente muy sencillo: estandarizó los modos de escribir en unos pocos moldes”.
“No hubo que esforzarse para aprender a escribir y a leer, fijó la escritura, la hizo accesible, abarató los costos de producción y eso permitió poner la alfabetización al alcance de todos; de hecho, uno de los indicadores de progreso que ofrecen los gobiernos en el siglo XX, desde finales del 19, es el avance en alfabetización y hoy día muchos gobiernos no tienen ni siquiera que dar indicadores de analfabetismo”.
Gracias a la imprenta no sólo se dio una alfabetización masiva o la igualación social, en palabras de la investigadora, sino también permitió apropiarse de la información de manera individual para interpretarla y agilizar la comunicación, a diferencia de lo que sucedía, tan sólo, con la cultura manuscrita, entre cuyos principales problemas tuvo a la enorme variación y “requiere, por ello, muchísimo más esfuerzo”.
“De hecho, todavía dicen que tiene ‘letra de médico’, aunque no creo que los médicos hagan recetas manuscritas, pero todavía se dice así cuando es ilegible aquello; por lo tanto, la letra manuscrita requiere un entrenamiento hasta la fecha. La letra de molde está pensada en la facilidad de comprensión y de escrituración que dio la imprenta”.
Las formas previas a la imprenta
Entre los ejemplos que mostró la doctora Concepción Company Company durante su conferencia estaba desde el primer texto escrito íntegramente en castellano, un facsímil de dos folios de El cantar del Mío Cid, reproducido oralmente y fijado por un amanuense, hasta textos llenos de abreviaturas, porque los manuscritos debían hacerse rápidamente.
“Por eso, cuando en la actualidad me preguntan ‘oiga, la lengua de los jóvenes en WhatsApp está llena de abreviaturas, ¿corre peligro la lengua española?’, les digo que no han visto un manuscrito del siglo 16, donde se encontraban más abreviaturas que texto, probablemente porque les pagaban por folio y tenían que abreviar”.
Asimismo, existían textos procesales, un tipo de letra para notarios y para jueces, para el mundo legal, que debía ser muy rápida y los amanuenses no levantaban la pluma hasta que se secaba la tinta, por lo cual las palabras no están separadas; incluso se le conocía como procesal encadenada, “para el mundo administrativo se le llamaba endemoniada y tiene otra palabra que es encabronada”, aseveró la filóloga.
“‘Imprenta’ o ‘imprimir’, palabras nuevas que no existían antes de mediados del siglo 15, viene del latín imprimere, que es poner huella; de hecho, de ahí viene el inglés print. La imprenta fue originalmente de una madera dura como el pino y en las zonas de Centroeuropa donde se hace el invento hay mucho pino, aunque muy pronto fue sustituida por el metal, ello significó el abaratamiento, porque descubrieron que se podía hacer la misma técnica con tipos de plomo y de metal, son muy duraderos, mientras los de madera se desgastaban las puntas”.
Como un reflejo del avance de la imprenta, sobre todo en el continente americano, la documentación de la palabra en el siglo 16 refiere 65 casos en el Corpus histórico orden; en el siglo 17, 106; y en el 18, 384, con lo cual, se empieza a pensar en una cultura de masas, a decir de la investigadora, porque se reconoce la alfabetización masiva “nada más con la documentación de la palabra imprenta”.
“Algo que hace la imprenta es que vuelve lentos los cambios lingüísticos: no significa que la gente no esté cambiando la lengua en la banqueta o en el mercado, pues la lengua vive en su oralidad, pero entran palabras nuevas al léxico como publicar, editar, imprimir, impresora, edición crítica, etcétera. La imprenta es un poderosísimo estabilizador de la escritura”.
Antes del siglo 16, por ejemplo, había en multigrafismo enorme y la palabra mujer se podía escribir unas 10 maneras diferentes, con lo que la aparición de la imprenta supuso un estabilizador: el concepto de falta de ortografía no existía antes de la imprenta, lo que había antes eran muchos usos y costumbres.
“El concepto de falta ortografía es un invento del siglo 18 y, a partir de ahí, se estabiliza la escritura muchísimo, baja el nivel de error de reproducción del texto y sabemos que el instructivo del antibiótico es aquí igual que en Chile, en España o en Londres: la comprensión de la información es mucho más rápida, porque es más sencillo leer letra impresa con estas palabras”, destacó Concepción Company Company.
La lección “Desarrollo cultural y alfabetización. La imprenta en América”, forma parte del curso Los claroscuros de América. Lengua, historia y cultura, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.