Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de septiembre de 2019.- Casi se siente, en las palabras, el golpe fuerte para teclearlas. El coraje inmenso. Lo que sigue de la indignación. Que, obvio, el gobernador Carlos Joaquín debe haber expresado de viva voz al general Bucio, comandante de la Guardia Nacional, durante su encuentro del sábado pasado. Que para nada fue casual.
No es para menos, el asesinato, vil, cobarde, de un comandante de la policía estatal, con el agregado de la exhibición, tiene que provocar, no solamente en el gobernador sino en toda la sociedad, el mayor enojo.
El comandante José Antonio Archi Yama, que regresaba a su casa cuando fue secuestrado para posteriormente ser asesinado, no es responsable, en lo absoluto de una política que ordenó el gobernador, que ejecuta el secretario de seguridad pública Alberto Capella. No era su bronca, no era su decisión, no era personal.
Y esto es lo más importante, porque Archi Yama era un policía profesional al que mandaron a Playa del Carmen, a una posición que no solicitó. Lo victimaron, esto quedó absolutamente claro, por hacer su trabajo.
No hubo un elemento de relación con los criminales. A diferencia de otros crímenes de este tipo que hemos padecido en todo el país, no se trataba de una “traición” a un grupo criminal, a una vinculación delictiva, simplemente lo mataron por hacer su trabajo. Que es, justamente, lo que todas las autoridades, municipales, estatales, federales deben hacer.
A cualquiera que vea las imágenes, que atestigüé los últimos minutos de vida del comandante, se le debe partir el corazón, literalmente.
La indignación del gobernador, expresada en sus redes sociales, va acompañada de una acusación grave a la colusión de anteriores gobiernos, sus autoridades, con el crimen organizado que, seguramente, debe haber hecho personalmente al general Bucio para que éste, a su vez, lo haga del conocimiento de sus jefes.
La primera lección de este asesinato tan brutal, es la necesidad de estar con el gobernador Joaquín en este esfuerzo para devolver la seguridad a los quintanarroenses, de estar con Alberto Capella independientemente de cualquier tema personal, de cualquier asunto de simpatía o contrario, no es juego. El comandante asesinado nos mostró que los intereses que se están tocando, en cualquier ámbito, son poderosísimos.
Ahora, obvio, sigue proteger a la familia del comandante Archi Yama. Dar el mayor apoyo oficial a los policías que hacen su trabajo y que, a partir de este crimen bestial, sabemos que están en peligro…
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