
Negociando con Príncipes; cómo trató mal a Merkel
Punto de quiebre
El pasado jueves 12 de junio, el estado de Puebla encendió las luces rojas de alerta: la mayoría legislativa aprobó por la vía fast track —sin análisis ni discusión— una reforma al Código Penal que incorpora diversas disposiciones en materia de ciberseguridad. Lo que se presenta como un avance legislativo en realidad representa un riesgo para la libertad de expresión en redes sociales.
La llamada “Ley de Ciberasedio” tipifica delitos como el espionaje digital, la usurpación de identidad, el hacking (acceso no autorizado a sistemas o equipos) y el grooming, que implica el establecimiento de una relación entre un adulto y un menor con fines de abuso. Si bien es necesario legislar sobre estos delitos, la redacción de esta ley ha sido criticada por su ambigüedad.
Organizaciones como Artículo 19 y la Red de Periodistas de Puebla han señalado que el texto carece de taxatividad, también conocido como principio de legalidad estricta o nullum crimen sine lege stricta es decir, que sus términos son tan amplios que permiten interpretaciones peligrosas por parte de las autoridades. Esta amplitud puede abrir la puerta a la persecución de periodistas, la censura de opiniones incómodas y el uso selectivo del aparato legal para acallar críticas.
Otro punto preocupante es la falta de legitimidad del proceso: no se consultó a asociaciones civiles, periodistas ni expertos en libertad de expresión. La opacidad en la aprobación de esta ley genera sospechas sobre sus verdaderas intenciones.
Sin duda, es necesario regular los ataques anónimos, las calumnias y los discursos de odio en redes. La desinformación y los contenidos dañinos representan un problema real. Sin embargo, utilizar esa necesidad como pretexto para establecer leyes amplias y punitivas nos acerca peligrosamente a un régimen autoritario.
La libertad de expresión no debe estar sujeta al humor del gobierno en turno. Regular sí, pero con precisión, consulta y respeto a los derechos fundamentales. Lo contrario, es abrirle la puerta a la censura y al totalitarismo.
Como dice Alejandro moreno !México no se rinde, a México nadie lo calla.”