Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de septiembre de 2018.- Cuando fue candidato a la Presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador llegó cuatro horas después de lo programado a su evento en Tepic, capital de Nayarit el 19 de junio. Venía de La Paz en Baja California Sur en avioneta y por el clima tuvo que aterrizar en Mazatlán, Sinaloa, y desde allí proseguir su ruta por tierra; al terminar ese acto (donde todavía muchos lo esperaron) prometió que su primera gira como presidente electo sería en Tepic, y lo cumplió este 16 de septiembre.
La cita fue a las 9:00am hora del pacífico, minutos antes el que será superdelegado Manuel Peraza desayunaba en un hotel cercano, mientras que uno de los líderes visibles del partido en el estado simulaba llamadas telefónicas mientras caminaba en el escenario principal para dejarse ver y retratar.
La música mexicana sonaba no sólo por la fecha especial sino por ser la primera gira del presidente electo de los mexicanos. Alternaban las canciones con la voz de los animadores quienes empezaron a enlistar los logros que ya se han hecho en la llamada cuarta transformación: Quitar la pensión a los expresidentes, quitar un bono a los diputados.
La música seguía y entre el público se podían leer pancartas donde exigían asuntos diversos: Aparición de familiares, Revocación de reformas, Petición de mayor seguridad. Anuncian que no tarda en llegar el personaje esperado, al tiempo que los animadores señalan que a partir de diciembre ningún funcionario ganará más que el Presidente por ley.
En las afueras vendían productos alusivos a Morena: gorras, sombreros, los precios variaban, alguien dijo que hubo más gente cuando vino en campaña, pero el lugar se veía lleno. También estaban las figuras de AMLO en peluche. De pronto el Presidente Electo aparece en escena, antes de ellos las personalidades ocuparon sus lugares en el estrado, incluyendo al diputado Mario Delgado quien intentó pasos de baile con la también diputada federal Geraldine Ponce.
Un solo orador para fortuna de quienes llegaron desde las ocho y el reloj marca las 10:35 de la mañana. Tanta tecnología hace que el sonido del micrófono principal no se distinga bien, un drone sobrevuelan por encima de la gente. Seis personas intentaron sin éxito convencer a un habitante del municipio de Santiago Ixcuintla de que bajara una pancarta donde mandaba un mensaje al senador Navarro.
El ánimo era festivo, muy parecido a los llenos de eventos en campaña del PRI o del PRD o del PAN. El maestro de ceremonias lo presenta como el capitán de la Cuarta Transformación. Y con el puro saludo inicial Andrés Manuel López Obrador jala los aplausos y los gritos de los presentes.
Empezó con el recuerdo de aquel día que llegó tarde y que hizo el compromiso de volver aquí primero, luego reafirmó los compromisos que hizo en campaña. Un aplauso especial vino cuando anunció que bajarán los precios de las gasolinas. Lleva el ritmo de los latidos de los presentes, sabe hablar para quienes aplaudirán y para quienes les llegará el mensaje por otras vías.
El tema central sigue siendo el del dinero, reitera que no se va a pedir prestado ni se va a endeudar al país, “Vamos a invertir y a gastar sólo lo que ingrese a la hacienda pública”, subraya ataviado con una vestimenta sencilla acorde al clima, que le ayuda con la clásica foto con los niños vestidos con trajes típicos.
El discurso (mezcla de campaña con tintes de gobierno) sigue, es evento político a final de cuentas, un mensaje a los maestros: “Ya se está elaborando la reforma al artículo Tercero Constitucional y se va a cancelar al mal llamada reforma educativa”, pronto regresa a lo que jala la atención, la frase tantas veces escuchada cobra vida de nuevo: “No puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Hace un paréntesis para reconocer a los legisladores del movimiento de la transformación, y les advierte: “Nada de estar aprobando leyes en contra del pueblo. Eso se terminó”, quizá dio carpetazo pronto al tema del Gobernador del Partido Verde, pero eso no cabe en este momento pues siguió con lo que tantas veces dijo en campaña, no faltó la de vender (ahora también mencionó que se puede rentar) el avión presidencial, y de pronto la frase más celebrada: “Se va a acabar la corrupción. Me canso ganso”.
Sin embargo, siempre es bueno tener una red de protección, y aquí en Tepic lanzó una al señalar que “posiblemente por las circunstancias, porque el país está atravesando en una situación económica y social muy difícil, posiblemente por la situación de bancarrota en que se encuentra el país no podamos cumplir todo lo que se está demandando, pero sí vamos a cumplir, que quede claro, todo, todo lo que ofrecimos en campaña”.
Luego dio entrada al estadista, al hombre de Gobierno, habló de lo que se tiene proyectado en Nayarit: “Derecho al estudio y al trabajo de jóvenes de 18 a 29 años”, la cifra: 20 mil 547 becas de aprendices para jóvenes de Nayarit, cada uno recibirá un sueldo de 3 mil 600 pesos mensuales, “Queremos que el joven tenga opción. Vamos así poco a poco serenando a Nayarit y serenando a México”. Pero con las cifras pierde intensidad el aplauso. No es lo mismo la campaña electoral que ser gobierno.
Se le nota incómodo al leer las tarjetas para subrayar las cifras, los datos, las cantidades, para estudiante de preparatoria (43 mil aproximadamente en la entidad), “Todos van a recibir una beca mensual, 800 pesos mensuales durante los doce meses del año”. Y siguió: “88 mil 722 adultos mayores de 68 años van a recibir 1,274 pesos mensuales”, ya entrados anunció la creación de dos Universidades, una en Acaponeta y la otra en Compostela.
Más porras, más gritos, algunos de líderes que hace poco traían camisetas de otros partidos. El final con el aplauso, las frases sabidas, el Viva México patriótico. Acabando el evento se trasladó a Palacio de Gobierno para reunirse con el Gobernador Antonio Echevarría, y después seguir su camino a Mazatlán, Sinaloa (punto de donde venía aquél 19 de junio cuando llegó tarde a Nayarit).
@rvargaspasaye