Economía en sentido contrario: Banamex
Uno de los principales asuntos que abordaré como presidente municipal de Oaxaca de Juárez será, que no quepa la menor duda, el problema del agua.
Me he asesorado con los mejores expertos en la materia y tengo claro qué es lo que hay que hacer en lo inmediato para enfrentar la emergencia hídrica que padece la ciudad, además de lo que puede hacerse desde ahora para resolver de fondo el problema en el mediano y largo plazos.
Si bien es cierto que la administración del Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPA) es responsabilidad del gobierno estatal, también es cierto que ello no exime al gobierno municipal de su responsabilidad legal —tal como se estipula en los artículos 4o y 6o de la Ley de Agua Potable y Alcantarillado para el Estado de Oaxaca—, ni de su responsabilidad humana y de gobernanza para proveer de agua a los habitantes de la ciudad. Hay una labor muy importante de coordinación con el organismo operador, el gobernador del estado y el gobierno federal, pero al margen de esa gestión, el gobierno municipal tiene que plantear acciones concretas, directas. De inversión, por ejemplo para modernizar la red de distribución de agua y minimizar las fugas, pero también con esquemas organizativos de participación y colaboración ciudadana y con la identificación de áreas de oportunidad inmediata que contribuyan a mitigar, una a una, nuestra escasez crónica de agua.
Hay temas muy concretos. El auditorio de la Guelaguetza en el Cerro del Fortín, por poner un ejemplo entre muchos otros, tiene una superficie de 14,000 metros cuadrados, es decir poco más de una hectárea.
En esa hectárea se pueden captar arriba de 6,000,000 de litros de agua, lo que de hecho ocurre porque ahí está la velaria y, cada vez que llueve, el agua escurre hacia unas rejillas que están instaladas en los pasillos del auditorio y que desembocan en una tubería que baja las aguas pluviales.
Del otro lado del auditorio hay otra tubería, que baja con el agua de los sanitarios, es decir aguas grises. Las dos tuberías cruzan la carretera separadas, pero no más de 200 metros adelante se juntan en lo que es un grave problema técnico, de administración, de política pública y de responsabilidad.
No es posible que tengamos esas actitudes y esas negligencias, porque no se trata de otra cosa.
¿Qué es lo que hay que hacer? No es tan complicado: evitar que el agua pluvial se contamine, encauzándola para que no se junte con el agua proveniente de los sanitarios, y más abajo en su camino están las instalaciones de SOAPA, que tienen espacio en donde almacenar esa agua pluvial y en donde es posible tratarla para que tenga las condiciones bacteriológicas de sanidad y así poder ingresar a la red general de distribución de agua.
Seis millones de litros de agua potencialmente potable que no nos hemos cansado de tirar, literalmente, al drenaje.
En El Llano tenemos pozos de absorción que están sin utilizarse, una cisterna de 100,000 litros que está fracturada y un pozo al 75% de construcción que nunca se terminó de hacer.
Son cuestiones que parecieran elementales en una administración responsable, pero por lo visto no lo son y ahí están esas instalaciones inservibles como testigos del abandono institucional.
¿Y la captación de lluvia en las canchas de basquetbol que están junto a las oficinas administrativas de al menos 12 de las 13 agencias del municipio?
Todas tienen instaladas canaletas y bajantes, pero el agua captada, nuevamente, termina en el drenaje. Y así como estas, son múltiples las áreas de oportunidad en las que se pueden implementar acciones concretas y viables para el mejor aprovechamiento del agua, con una respuesta tangible en el corto plazo.
Pero, más allá de los tres años que dura la gestión de un presidente municipal, me interesa sentar un precedente encaminado a solucionar de manera definitiva la crisis hídrica de la ciudad de Oaxaca.
Con la participación, como digo, de grandes expertos en la materia, hemos venido desarrollando el modelo Reconexión Agua Xaca, para crear un Sistema Municipal para la Gestión Sostenible del Agua (SIMUGESA). Hay muchas oportunidades de tener agua pronto, en cantidad suficiente y de buena
calidad, pero hay que planteárselo como un proceso de transición hacia un nuevo modelo.
No podemos acostumbrarnos a estar sobreexplotando el acuífero, que de por sí está muy gastado, sino que debemos transitar hacia la captación de agua, su retención, su uso racional y la cercana interrelación con nuestro entorno natural, abrevando tanto de los conceptos contemporáneos más avanzados como del ejemplo indeleble de nuestros pueblos originarios, que idearon respuestas al problema del agua que siguen maravillándonos.
Durante mi gestión encabezaré el desarrollo de un plan maestro de gestión hídrica para el municipio de Oaxaca de Juárez y su zona conurbada, pensando en las tres escalas de tiempo: el corto, el mediano y el largo plazos.
Un plan maestro no como estandarte de una administración municipal sino como patrimonio de la ciudadanía, guía de su acción comunitaria y garante de su porvenir. ¡Cuidar, Curar, Sanar Oaxaca!