El episcopado ante el segundo piso de la 4T
OAXACA, Oax., 14 de junio de 2019.- La perspectiva de los derechos humanos reconoce prerrogativas o facultades tendientes al desarrollo de la dignidad humana en cada época.
En una era en la que el desarrollo tecnológico está a la vanguardia en países como Alemania, China y Estados Unidos, principalmente, las guerras frías actuales se tornan tecnológicas y comerciales.
Una de las problemáticas que preocupan para el bienestar de las futuras generaciones se refiere a la contaminación del medio ambiente y al cambio climático.
En efecto, la contaminación ambiental se produce, principalmente, por la emisión de residuos tóxicos durante el uso de carbón o energía eléctrica en el hogar, los desechos de las industrias y el aumento desmesurado del parque vehicular. Esto provoca el detrimento de la calidad del aire, ríos, lagos, mares, bosques, etcétera y, en consecuencia, el cambio climático: el aumento de la temperatura conocido como calentamiento global. Que está desapareciendo ecosistemas.
Para combatir dicha problemática, el tema se ha tratado desde el campo de las ciencias naturales y sociales. Por lo que jurídicamente, en el ámbito universal se han desarrollado diversas conferencias y acuerdos al respecto.
En específico la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su Declaración de Estocolmo de 1972, para establecer la obligación a los Estados o países de proteger y mejorar el medio ambiente. Esto logró que la preocupación sobre la preservación del medio ambiente se convirtiese en modelo de política pública para que el tema no solo fuera objeto de protestas desde las organizaciones civiles.
El marco jurídico mexicano legisló sobre dicha materia en la Ley General Sobre Desarrollo y Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, así como la Ley Federal de Responsabilidad Ambiental. Además el derecho humano a un medio ambiente sano se encuentra tutelado en el párrafo quinto del artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Esta normativa se complementa desde luego, con las recomendaciones que emite la ONU en materia de contaminación ambiental, así como por la emitida en el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos, en específico el Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 11, que reconoce el derecho al medio ambiente sano.
En este contexto, conforme a la Ley General de Desarrollo y Equilibrio Ecológico, se debe entender por ambiente: “El conjunto de elementos naturales y artificiales o inducidos por el hombre que hacen posible la existencia y desarrollo de los seres humanos y demás organismos vivos que interactúan en un espacio y tiempo determinados” (art. 3, fracción I). Es decir, la preservación de la vida depende de las condiciones óptimas del medio ambiente y esto incluye a todo el ecosistema.
Por lo anterior, el Estado mexicano debe intervenir frente a terceros que dañen el medio ambiente a través de sanciones, asimismo deberá emplear medidas para mejorar las condiciones, a través de la prevención y control de la contaminación y el desarrollo sostenible, lo que se traduce en la justicia ambiental. Para dar cumplimiento, en el ámbito federal se establecieron dichas atribuciones a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Dentro de las acciones concretas se creó, por ejemplo el Fondo para el cambio climático, que consiste en un fideicomiso integrado por recursos públicos, privados e internacionales para promover proyectos que tengan impacto en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Éste se dirige a las personas físicas o morales que tengan experiencia en dicho campo.
El estado de Oaxaca cuenta con una gran biodiversidad. Es una pena que desde el punto de vista de la emisión de contaminantes la conciencia es mínima en la zona metropolitana desde la sociedad civil y del gobierno para implementar políticas eficaces. Desde luego que la partición es tarea de todos los habitantes del estado.
Aun cuando ya se inició con el proyecto de separación de basura, en las calles, por ejemplo, no se ha normalizado dicha acción. Además, sobre la emisión de gases con efecto invernadero, el parque vehicular va en aumento, el transporte urbano hasta este momento no se ha actualizado para disminuir dichas emisiones. Subrayo que la Ley de Movilidad publicada en 19 de abril del 2019, destaca como uno de sus principios rectores la conservación del medio ambiente, por tanto es inminente que las políticas públicas sobre transporte tiendan a disminuir el uso de vehículos de motor y aumentar las ciclopistas, pero con la debida cultura vial.
Celebro que el estado es modelo a nivel internacional por la implementación del desarrollo sostenible (entendido como el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales) en las comunidades y pueblos originarios. En concreto me refiero al desarrollo de los pueblos de Capulalpan de Méndez, Guelatao, Pueblos Mancomunados (San Miguel Amatlán, Santa Catarina Lachatao y Santa María Yavesía); Santa Catarina Ixtepeji e Ixtlán de Juárez, que aprovechan la riqueza natural de su entorno propiciando su cuidado.
El beneficio es mutuo ya que esas acciones generan su desarrollo económico, convirtiéndose en los llamados pueblos mágicos. Este modelo gestiona el desarrollo del turismo ecológico para tomar conciencia de la importancia de los recursos naturales, además se benefician los grupos vulnerables, como mujeres, que participan en empresas de dichas comunidades.
En conclusión, el uso desmedido de recursos materiales ha propiciado la degeneración de nuestro entorno y en una era digital hemos olvidado que es gracias a estos recursos que tenemos acceso a dichas tecnologías.
El discurso del cambio climático sólo se manifiesta en épocas electorales, empero como ciudadanos informados debemos exigirle a nuestros gobernantes el cumplimento efectivo del derecho humano al medio ambiente sano.
Es inminente que provoquemos acciones cotidianas para normalizar el cuidado de nuestro entorno, porque de lo contrario nos seguiremos convirtiendo en seres irracionales que sólo buscan su beneficio propio y en el camino seguramente pereceremos.