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¿Un soldado en cada hijo?
Al justo lo injusto le repugna: Heródoto
OAXACA, Oax. 18 de marzo de 2017.- Si hoy fueran las elecciones en México -acorde con lo que señalan todas las encuestas- lo más probable es que ganaría el candidato del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Andrés Manuel López Obrador y, dicha victoria, sería tanto por el personaje mismo, como por su partido y, más aún, por las alianzas o coaliciones que genuinamente o en forma oportunista lo acompañarían al encuentro con la urnas.
Sin embargo, para estas fechas en 2006 y 2012 el mismo aspirante-candidato también se veía como virtual ganador de la Presidencia de la República, pero tal hecho no se concretó.
Andrés Manuel López Obrador lleva en la palestra nacional un cuarto de siglo y en campaña por la Presidencia de la República casi todos los años del actual siglo y milenio, lo que le ha dado la oportunidad de recorrer casi todos los municipios del país y enraizar lo que debe considerarse ya una realidad, su marca registrada, su nombre, incluyendo su sobrenombre (Peje) y su acrónimo (AMLO).
Ha podido el famoso Peje fijarse en la psique colectiva de muchos, pero sobre todo de los que menos tienen, bajo sus principios de que “Sólo el Pueblo puede salvar al pueblo” o “Primero los Pobres”, la mayoría de la población (algo así como 70 millones en nuestro territorio y otros 20 millones en los Estados Unidos).
Se ha posicionado como el candidato que puede sacarlos de su condición de pobreza y marginación, como el que puede defenderlos de la posible persecución y golpeteo permanente del villano favorito no sólo de los mexicanos sino de buena parte del mundo, del nunca mejor ponderado como presidente yanqui.
Para el tabasqueño la historia vuelve a repetirse y bajo la misma realidad socio-económica mexicana de pobreza, violencia, corrupción-impunidad, carestía, donde prima la incultura, subcultura política (la grilla), discriminación, racismo, deportaciones y un largo etcétera. Los números de México como marca país son francamente malos, a saber, se encuentra en el top 4 de naciones con Baja Paz, es decir 4º lugar mundial por homicidios y violencia por conflictos internos, sólo equiparado con países en guerra como Afganistán, Irak y Siria.
México ocupa el primer lugar en maltrato infantil; es el segundo país con mayor impunidad en el mundo, superado sólo por Filipinas; se encuentra en el top ten de feminicidios así como de entre aquellos con mayor deuda pública en relación con su PIB (52% o 7.5 billones de pesos). De entre 175 países México ocupa el lugar 103 en el índice de percepción de la corrupción, al nivel de Argentina y Bolivia, quizá la percepción extranjera es todavía menos benigna.
Ante tan triste y preocupante panorama un gran número de mexicanos coincide con AMLO que debe ser posible otro proyecto de nación, so pena de pasar al famoso Estado Fallido.
Sin embargo esos mismos seguidores le piden que sea más prudente si quiere cambiar su propia historia personal, dejar de ser propenso a la autocracia para ser más receptivo de otras voces, que recibir ayuda es también señal de fortaleza y no de debilidad.
Sin embargo, antes del proceso electoral que será concurrente de 2018, habrán de verificarse otros elecciones en este 2017, entre los que destacan los comicios para elegir gobernador o gobernadora en tres entidades federativas hoy gobernadas por el PRI, Coahuila, Nayarit y Estado de México, esta última entidad la joya de la corona, el más grande padrón electoral del país con casi 12 millones de votantes y tierra del Presidente Peña Nieto que, junto con Coahuila nunca ha conocido la alternancia en el poder ejecutivo local.
También habrán elecciones para ayuntamientos en Veracruz, estado sumido entre la deuda, la violencia y el cobro de facturas de todo tipo.
Para la mayoría de los analistas lo que suceda en el proceso electoral del Estado de México será la tónica de lo que pueda suceder en los comicios federales del próximo año 2018, que incluye la madre de todas las elecciones, la de Presidente de la República.
Por la importancia que reviste, en el Estado de México están ya casi todas las fuerzas políticas preparadas y con sus respectivas candidaturas, el PRI y sus aliados el PES, el PVEM, el PANAL y donde Antorcha representa una fuerza clave considerable, con Alfredo del Mazo Jr. busca retener la gubernatura en una entidad federativa de no buenos números en su ejercicio de gobierno.
El PAN tratará de revivir el voto azul cada vez más mermado de la mano de una vapuleada por acusaciones de corrupción Josefina Vásquez Mota, ex candidata presidencial.
Sin embargo, aún cuando el PRD no haya definido a su candidato (que seguramente postulará a algún político de la mancha amarilla de Nezahualcóyotl), será sin duda MORENA quien trate de arrebatarle al PRI la gubernatura, con su candidata ex presidenta municipal de Texcoco profesora Josefina Gómez Álvarez que, fiel al estilo de Andrés Manuel López Obrador, la ha postulado sin ninguna coalición ni alianza, bajo su estrategia de no contaminarla con “malos conocidos ni con buenos por conocer”, pero con todo el soporte de su trabajo político en la entidad, confiado en que una insurgencia cívica lleve a las y los mexiquenses a las urnas contra aquellos que según ha propagado AMLO son los integrantes de la “mafia del poder” en la entidad y el país, causantes de todos los males públicos y privados.
Quien gane el Estado de México este año 2017 habrá dado un gran paso rumbo a las elecciones por la Presidencia de la República en 2018.