Diferencias entre un estúpido y un idiota
Teresa Gil | Libros de ayer y hoy
OAXACA, Oax., 24 de noviembre de 2018.- Si Enrique Peña Nieto dice que puso un granito de arena para un país mejor, ni a eso llegaría AMLO si se decide a perseguir corruptos.
Su primera actitud, que después cambió para incluir en una consulta si los ex presidentes deben de ser juzgados, era la más acertada.
Pero si hace la consulta, será la más votada de la historia, a favor.
El cúmulo de corrupción que invade a este país, hace imposible buscar caso por caso para someterlo a proceso y le llevaría a AMLO todo el sexenio.
Por eso los priiístas mas conocedores del problema, puesto que ellos lo crearon, dieron con el chivo expiatorio bíblico, vehículo para calmar multitudes y sanar heridas.
Aquellos que cayeron víctimas, Félix Barra, Jorge Díaz Serrano ( desaforado), Eugenio Méndez Docurro entre otros, calmaron los ánimos.
En el caso actual de los ex presidentes, existe las maraña legal, las componendas, los arreglos cupulares, la destrucción de pruebas, etcétera.
En los casos claros de fraude público para robarse la presidencia, que es uno de los actos de corrupción más graves, Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón fueron aprobados por los órganos electorales a modo y nombrados formalmente presidentes.
Atrás estaban la medianía de Miguel de la Madrid y el odio enfermizo contra AMLO de Vicente Fox.
Las primeras boletas se quemaron y las de Felipe Calderón deben de haber seguido un trámite semejante. Nada se puede hacer. Solo queda la historia.
Muchas de las negociaciones que se hicieron en este sexenio, como las de los contratos petroleros, se ventilaron a nivel público como algo legítimo y así como construyeron la Casa blanca con contrataciones oficiales, con dinero que probablemente era nuestro, todo fue expuesto como legal; los fraudes y saqueos siempre buscaron el mecanismo del derecho para cubrirse.
Ante esa situación solo queda la exhibición pública, que es inútil igualmente; ellos están exhibidos desde hace tiempo y su cinismo se reproduce cada día. El ejemplo más crudo es Salinas, que se da el lujo público de amenazar usando como escudo a Maquiavelo.
LAS LEYES DE RESPONSABILIDADES DE FUNCIONARIOS, UN POZO OSCURO
Creadas para que funcionen para los opositores, las leyes de responsabilidades de los funcionarios públicos son como aquellas que se aplicaban en el pasado y que ameritaban un jurado popular con el que solo eran juzgados, ¡los carteros!.
Yo recuerdo haber sido seleccionada como jurado en Hermosillo y desde luego participé para dejar libre al pobre cartero en turno.
Los llamados juicios políticos, los desafueros -que les aplicaron a AMLO y a René Bejarano-, las investigaciones a funcionarios y empleados públicos se deslizan entre instituciones que se tiran la pelota y que después de un largo periodo le dan al inculpado la posibilidad defensa -legitima desde luego- que suele terminar en la nada.
Mientras el ciudadano común es llevado a proceso con solo una querella ante un ministerio público que la turnará ya con su veredicto ante un juez penal, la parafernalia de los juicios a funcionarios públicos, en los que intervienen varias instituciones, es como un laberinto al que pocos han sido sometidos sobre todo si eran priístas.
Meterse en esa maraña es perder un tiempo valioso para alguien que solo tiene seis años para tratar de recomponer al país.
Los acelerados que no recapacitan en ese tipo de cosas y se yerguen en busca de sangre y de venganza -lo estamos viendo en las redes-, deberían reflexionar en todos esos obstáculos creados por el sistema priísta y poner énfasis en la cura de una corrupción futura, que actualmente llega hasta las raíces.
LA VIDA INÚTIL DE PITO PÉREZ, DE UN PÍCARO JUZGADO POR LA LITERATURA
Los españoles se apoderaron de la picaresca, pero escritores mexicanos dieron un cambio a sus clasicismos y crearon, como José Rubén Romero, novelas que si bien tomaban algunas cosas de aquellas famosas aventuras de los picarillos, ofrecían aportes que eran bienvenidos en el cine -tres veces con el famoso Pito Pérez-, pero además era claro que Romero un alto diplomático y miembro de número de la academia de la lengua mexicana, había leído también a Pirandello.
En El difunto Matías Pascual, de hecho el premio Nobel italiano plantea un nuevo tipo de pícaro, mujeriego, sensible, culto -termina dedicándose de por vida a promover la lectura en su pueblo-, aunque el mexicano solo lo copió en lo mujeriego con características similares.
El Pito Pérez se reproduce en las obras de Romero por antecedentes que escribió y por la segunda parte que se desarrolla en Michoacán.
El pícaro es un desastre, borracho, raterillo, transa, vividor, truhán completo, que nunca encuentra su puerto moral.
Pero a diferencia de los pillos que han asolado y saqueado a México era germen de una niñez en plena etapa pre revolucionaria, de una sociedad miserable, explotadora y abusiva, como la que han creado los otros, los pícaros mayores.
Romero se sirvió de sus obras para exhibir lo que era desde entonces –La vida inútil de Pito Pérez se escribió en 1938, con publicaciones diversas, Porrúa 2008-, la sociedad y la política mexicanas.
Me gusta la película con Manuel Medel y Katy Jurado (1944). Aquí, parte de una de las canciones que ambos cantan en ese filme:
Como que te vas
como que te vas
como que te vienes,
pero vida mía
¡como te entretienes!
Como que te vienes
como que te vienes
como que te vas,
pero vida mía
¡qué borracho estás!