La virtuosa violinista Daniela Padrón emana pasión en su nuevo álbum Sola

Cuando Daniela Padrón dice Sola es sola. La virtuosa violinista, nominada al Latin Grammy en 2013 y 2022, ha decidido desnudar su instrumento y grabar un álbum unipersonal. No hay piano, guitarra, bajo ni percusión. Nada. Solo su violín que se multiplica y expande, que muestra toda su musculatura a través de un repertorio de cautivadores caprichos latinoamericanos, arreglados a su medida.

Bajo el prestigioso sello discográfico Oleta Music , este nuevo álbum cuenta con la impecable producción de Julio Bagué y Larry Coll , así como la grabación, mezcla y masterización de Alfonso Ordóñez. Sola es el quinto álbum en el impresionante catálogo de Daniela Padrón, el cual cierra y abre con creaciones propias. De esta manera, «Despertar» , la primera pieza, no solo sirve como introducción al álbum, es también el abreboca de un camino como compositora y arreglista en la carrera musical de la consagrada violinista.

« Sola es una expresión muy personal de una artista desbordante… un instante atrapado en el tiempo que me siento muy feliz de haber logrado captar junto a Larry Coll», comenta Julio Bagué.Cuatro naciones con una rica tradición musical están representadas en este disco. Argentina, en el «Tango Etude N° 3» de Astor Piazzolla. Brasil, en la inolvidable «Aquarela do Brasil» de Ary Barroso, que en esta versión de violín no necesita percusión ni orquesta para que el organismo se conecte con esa placentera melancolía de la samba. Venezuela suena a través del hermoso ”Valse N° 3″ , también titulado «Natalia» , del gran Antonio Lauro. Y de México, un fragmento del imponente y colorido «Huapango” de José Pablo Moncayo, una monumental obra sinfónica que Daniela presenta en un formato minimalista, como quien extrae la esencia de una montaña con una jeringa.

« Sola es la segunda oportunidad que hemos tenido Julio y yo para trabajar con Daniela y ha sido una experiencia completamente mágica», añade Larry Coll.

Por momentos, parece que se trata de un dúo o hasta un trío. Parece que se recurriera a la superposición de pistas, que es lo más habitual en un estudio de grabación desde hace más de medio siglo. Pero no, la artista llevó el concepto de solista a lo más extremo y elemental. Lo que suena en los siete números del álbum (salvo algunos cantos de pájaros y sonidos de la naturaleza que lo ambientan) podría ser recreado perfectamente por Daniela con su violín en un escenario.

«Este álbum surge de la necesidad de demostrarme a mí mismo que puedo crear un proyecto en el que el violín no depende de otros instrumentos», explica Daniela Padrón. «Logré burlar las limitaciones que la naturaleza del violín impone y eso se ve reflejado en este álbum».

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