Proteger al mensajero
OAXACA, Oax., 26 de febrero de 2018.- En medio de la vorágine del proceso electoral que padecemos, varias instituciones son campo de batallas políticas. Una es la Secretaría de Salud cuyo personal sigue movilizado después de haber derrotado un intento de revisión de los vicios sindicato-patrón, desde que Martín Vásquez arrancó la contratación anárquica de miles de empleados, como fue mostrado por el más reciente secretario de Salud que fue forzado a renunciar.
Queda claro el temor del gobierno a los poderosos sindicatos y sus dirigentes. Grupos que abrevaron de los métodos de la Sección 22 de obtener sus exigencias a partir de acciones de presión extremas, sin importar la magnitud del daño a la población de la entidad.
En Salud, ¿fuego amigo?
Los empleados de Salud cultivan esos métodos, con los que aún mantienen cerradas unidades médicas. Si ya el secretario General de Gobierno, Anuar Mafud, declaró que no hay aviadores y que todo quedó atrás, ¿acaso no podrían dar tregua a tanta gente que necesita atención y abrir todos los servicios? Sus demandas podrían tener hasta razones justas, pero perjudican demasiado a personas que necesitan servicios urgentes que no puede pagar.
Pero no les importa la salud de las personas, esencia del trabajo por el que les pagan. Si tuviéramos estadísticas al respecto, sin duda veríamos un ascenso en los indicadores de defunciones de oaxaqueños. En este campo de batalla, dentro del proceso electoral, fuego amigo habría fomentado la agitación.
Viene mayo magisterial
No tarda en estallar el típico conflicto anual de la Sección 22, en mayo, previo a las elecciones, lo que en temporada electoral adquiere dimensiones de peligro.
En las elecciones federales de 2006 vimos como la CNTE con su S22 y el SNTE de Elba Esther Gordillo, adversarios jurados, coincidieron en Oaxaca contra su enemigo común: el PRI de Roberto Madrazo. No fue casual que entonces la votación acá a favor de AMLO superara a la del PRI por un 14 por ciento. En 2012, sin agitación, el saldo favorable a los mismos bajó a 10 por ciento.
Paradójicamente, no son los beneficiarios de las convulsiones sociales quienes las inician, sino los perjudicados. En 2006 el principal operador político de Madrazo, Ulises Ruiz, mandó a la fuerza pública contra los profes. Ahora, en el conflicto de la Secretaría de Salud, no tan claro con aquella ocasión, pero se sabe que fuego amigo priista habría alimentado y radicalizado las protestas.
Batallas en la UABJO
La UABJO también acusa los trances del proceso electoral. Sus seis sindicatos la tienen en jaque como cada inicio de año. Ya se dio la huelga legal del STEUABJO, y hoy padece la ilegal de una de las tres facciones del STAUO. Donde el odontólogo Taurino Amilcar aliado al ex rector Martínez Neri enfrentan a la familia real por el control de su Alma Mater, o lo que queda de ella.
No les importa que la UABJO viva su peor crisis, que los recursos para formar profesionales se vaya en jubilaciones, con lo cual pierde la institución su cometido esencial que es educar, no jubilar. Pero ahora, como expresó en conferencia reciente el ex subsecretario de Educación Superior de la SEP, Salvador Jara Guerrero, las universidades gastan más en pensiones, en personal y en prestaciones, que en educar a sus alumnos.
Dijo el profesional que la responsabilidad de proveer a las Universidades ha pasado a ser casi exclusiva de la Federación, por la omisión de los gobiernos de los estados, donde la aportación estatal que recibe la UABJO es la más baja del país. Advirtió que sin la participación de los gobiernos no podrán las universidades remontar sus graves crisis.
Sin Estado de Derecho
La debilidad del Estado de derecho en Oaxaca es evidente. Para empezar, ninguno de estos sindicatos se ajusta a la legalidad, se van a huelgas ilegales, con el eufemismo de “paro de labores”. Pero son realmente huelgas que duran varios días. La debilidad gubernamental magnifica los riesgos de desestabilización en un proceso electoral que se avizora feroz.
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