Bloquean vecinos de la Gómez Sandoval por obra inconclusa
OAXACA, Oax. 1 de noviembre de 2016.- Dicen que las almas se guían por el aroma de una flor. Pero en una veintena de tumbas del Panteón Jardín, no encontrarán nada.
En Oaxaca, los días 1 y 2 de noviembre se cree que los espíritus de aquellos que fallecieron regresan.
Las almas, se dice, conviven con sus seres queridos a través de olores, por eso se elabora un altar en el que se ofrece pan, frutas, flores. El aroma los atrae y se llevan solo la esencia de lo que en vida degustaron.
La gente acude a los panteones, deposita sus ofrendas y hace la limpieza de sus tumbas.
Este 1 de noviembre el Panteón Jardín es uno de los más visitados. Pero muchas de las personas que ahí moran han sido olvidadas.
El paso del tiempo se nota en la hojarasca, la herrumbre y las lozas rotas. Ni siquiera se tiene la certeza de que aún haya ahí algunos restos.
Otros, con mejor suerte, conservan su identidad entre tierra y hierba que crece. Algunas de las tumbas dicen perpetuidad, lo que significa que alguien es dueño del espacio, pero no las conservan en buen estado.
¿Los habrán olvidado? O será que ya no tienen más familiares o amigos que vayan a visitarlos. Son tumbas tristes. Ajenas al trajín del Día de Muertos. O son los más muertos, enterrados ahí sin recibir más una flor.