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Nearshoring, gran oportunidad que MiPyMEs no deben perder
OAXACA, Oax., 2 de noviembre de 2018.- A pesar de los estragos de la batalla, las y los guerreros victoriosos entregaron a salvo la fraternidad y la alegría de las Comparsas de Oaxaca.
Desafiaron la lluvia, vencieron al alcohol y el cansancio, en la madrugada recibieron refuerzos; en el camino se quedaron las primeras bandas de música y los que llegaron al relevo traían adrenalina pura en el repertorio.
Cuando los primeros rayos del sol despejaron los restos de neblina en algunas zonas de los Valles Centrales supieron que habían ganado… pero se siguieron de largo.
Mujeres y hombres, adolescentes y hasta criaturas en brazos estaban agotados pero felices. A su paso los perros y los cohetes hacían un eco extraño a la banda y los gritos.
Los disfraces manchados de agua y lodo, el maquillaje escurrido y en algunos casos con un hilo de equilibrio por el alcohol pero todos juntos porque no abandonaban a nadie. Aunque sea cargando, pero llegaron todas y todos.
De los miles que salieron en la noche a las comparsas, en San Agustín, Nazareno, Soledad, Etla; en el barrio de Xochimilco, en San Martín Mexicapan y en 5 Señores, por mencionar algunas, muchos se fueron quedando en el camino, algunos resistieron heroicamente hasta el límite de sus fuerzas, pero los vencieron los excesos.
Solo unos cuantos guerreros y guerreras resistieron hasta el fin y lo hicieron con decoro.