
Recuerdo de un Cronopio
OAXACA, Oax., 3 de junio de 2018.- Por primera vez en nuestro territorio oaxaqueño tenemos elecciones concurrentes de presidente de la República, senadores, diputados federales, diputados locales y presidentes municipales de régimen de partidos, así como entra en vigor el régimen de reelección para los diputados locales y presidentes municipales, por estos dos hechos nuestras elecciones ya son diferentes, por lo tanto, no tenemos la experiencia de los posibles resultados.
Sin embargo, se puede prever que la elección presidencial puede ser un ventarrón que arrastre a las demás elecciones por un lado, por otro lado, el partido o coalición ganadora en la elección presidencial puede imponer su fuerza en el Estado y manifestarse como una nueva fuerza política e ideológica que comience una nueva etapa de dominio político.
Esta nueva etapa de dominio político del partido ganador, en este caso Morena, cambia la correlación de fuerzas e imponga una nueva manera de hacer política en nuestro Estado.
Para fines de este año tendremos una nueva relación entre el Poder Legislativo, con mayoría opositora al gobierno de Alejandro Murat, con el propio Poder Ejecutivo.
Asimismo, una nueva distribución del poder municipal posiblemente de mayoría opositora, empezando por la capital y en las principales ciudades de nuestro territorio.
Esta nueva relación de fuerzas obligará al gobernador una nueva dinámica en la conducción del gobierno, prevengo una mejor conducción porque el gobernador encontrará en la oposición morenista un nuevo estilo de hacer política lejos del manejo desmedido de ambiciones de los actuales sujetos políticos, puede ser que al gobernador le vaya mejor con sus adversarios que con sus ambiciosos colaboradores y amigos.
El gobernador, no dudo en ello, encontrará a mejores interlocutores, con principios y valores políticos.
En el horizonte no veo un partido que desplace al partido gobernante de un seguro segundo lugar en los resultados electorales, pero enormemente mermado en su fuerza.
Veo pues una nueva relación entre los partidos políticos, un partido hegemónico, Morena, un PRI mermado pero primero entre partidos medianos, un PAN en su mínima expresión, un PRD desfondado, un PT que se conserva y un conjunto de los pequeños partidos que se harán más pequeños, salvo los casos de Unidad Popular y del Partido de Mujeres Revolucionarias que serán los grandes entre la chiquillería.
La pulverización de los partidos y un partido hegemónico parece ser el horizonte del sistema de partidos en Oaxaca.
El problema radica en la falta de homogeneidad de Morena, pues la bancada se puede integrar con de chile, de manteca y de dulce, sin ninguna consistencia ideológica, estructura programática, principios sólidos y pocos cuidadosos con los principios éticos.
En este sentido, pueden ser cooptados por el gobierno y significar un gasto muy oneroso para los ciudadanos oaxaqueños.
Además Morena, el PT y PES tienen en sus liderazgos a personajes cuestionados en su desempeño en la política como lo son Salomón Jara y Benjamín Robles, así como la falta de visibilidad de liderazgo en el PES.
Estos personajes acordarán en lo específico con el gobierno del Estado mermando la unidad opositora que necesita nuestro régimen político para avanzar en la democratización y en la estabilización que tanto requerimos.
Por estas razones, parece ser que a los oaxaqueños nos costará mucho más, en términos monetarios, la nueva relación entre el gobernador y los señores diputados, porque no podemos esperar milagros en la llegada de diputados virtuosos en lo ético y en la moral.
Estimado lector, haga usted una simple revisión de los candidatos de mayoría y de representación proporcional que están compitiendo y se encontrará usted sorpresas muy desagradables en estas postulaciones de los partidos tradicionales, salvo excepciones, encontrará usted a personajes con antecedentes legislativos poco excelsos, en donde priva la mediocridad, se imponen los ambiciosos, los corruptos, los simuladores, los incapaces, los aduladores, los serviles, en donde algunos adoptan poses de verdaderos capos.
De verdad tenemos varios años de legislaturas voraces, improductivas, corruptas, barriles sin fondo para el manejo del presupuesto público, inmorales, serviles al Ejecutivo en turno, parece ser que en el horizonte se asoma una legislatura mucho peor, ojalá me equivoque lo deseo con todo mi ser por el bien de Oaxaca.
Ante esta perspectiva, lo único que podemos hacer es entre ponernos a llorar por la pobre suerte de Oaxaca o escoger bien a los candidatos, tanto de mayoría relativa como los de representación proporcional que están compitiendo, emitir un voto bien razonado, cuidando perfiles, virtudes, formación, capacidad, buen nombre, sin importar el partido que lo postula. El futuro de nuestro Estado está en nuestras manos, de eso no hay la menor duda.