Dante Delgado está libre de cáncer, fue extirpado en agosto
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 1 de marzo de 2020.- En los pasadizos del Centro de Justicia para Mujeres, deambulan por decenas las siluetas femeninas con historias similares a diario, son madres decaídas, atormentadas, dolidas por la violencia que las castigó en el sitio que pensaban más seguro, su hogar.
Muchas van encaminadas a recuperar sus vidas, para otras, como Alma, las cosas se complican más; su historia no te permite permanecer ajeno, duele, indigna y escuchar su narrativa da apenas una idea de la terrible realidad que ahora mismo viven cientos, quizá miles de mujeres en el país. Es una sobreviviente.
Las huellas del tormento no se han ido todavía, se aproximó a paso lento, jugando con una sonrisa tímida mientras daba las buenas tardes; ya más cerca, la fatiga de su rostro se apreciaba mejor, con solo 30 años de edad, había surcos en su frente que podían afirmar al menos un lustro más.
Al fondo de la conversación, la letra machista del reggaetón desencaja con todo aquello por lo que se lucha en aquel sitio; Alma habla, desahoga y comparte con todas sus vivencias, al tiempo que juega con un papel entre sus dedos, estriados por el trabajo nocturno de intendente, con el que logra sostener su hogar ella sola.
“Para él yo era un objeto, como si fuera parte de sus cosas, no tenía libertad de vestirme, maquillarme o peinarme como decidiera, sino como él me permitía… sus frases siempre eran: ‘Seguro andas de puta’, me insultaba muy feo delante de quien fuera”.
Primero a solas, después frente a sus hijos, luego frente a su madre y después los testigos eran lo de menos, la adicción a las drogas perdía a aquel hombre y ya no era ni la sombra del joven amoroso que la convenció de compartir su vida, las flores dejaron de llegar, para dar paso a la amargura.
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Quadratín San Luis Potosí