Los fantasmas de Toño Malpica llegan a la FILO
Conoce en el siguiente relato el pasado de la asistencia de parto en México, una práctica médica milenaria que se ha venido desarrollando y perfeccionando con el tiempo por las mujeres y que ha salvado incontables vidas.
La partería es una actividad que durante siglos fue practicada y estudiada por el género femenino debido, en gran medida, a las antiguas restricciones o tabús que la sociedad patriarcal impuso al estudio y atención de la fisiología y las patologías del cuerpo femenino, como el cáncer de mama, la menstruación, el embarazo y el parto.
También conocidas en algunas culturas como grandes sanadoras, las parteras contaban, y cuentan pues es un oficio que ha tomado fuerza en nuestros días, con vasta experiencia y conocimiento sobre el embarazo, el trabajo de parto, el puerperio y los cuidados del recién nacido, incluso también intervenían en situaciones que ponían en riesgo la vida tanto del recién nacido como de la madre, informó el Archivo General de la Nación en un documento difundido en su web.
Los conocimientos de las primeras parteras pasaron de generación en generación, ya que quienes asistían los procesos de parto solían ser las abuelas, hermanas y amigas, aunque después sus labores se extendieron a más de una familia.
En el caso de México, los primeros registros de parteras datan de la época prehispánica. En aquel periodo llegaron a gozar de gran prestigio dentro de los pueblos indígenas, pues su práctica se relacionaba con cuestiones religiosas vinculadas a la fertilidad. Con el proceso de la conquista, la partería se occidentalizó y se prohibieron algunas prácticas y conocimientos de la antigua medicina mexica, lo que provocó que las parteras indígenas perdieran su prestigio debido a que en la religión católica el parto se consideraba como un estado sucio o de enfermedad,[1] recordemos que en el Antiguo Testamento, Dios castigó a la mujer con el aumento de los malestares y dolores durante su embarazo y parto a causa del pecado original.
Las mujeres que se dedicaron a la partería pertenecieron a las clases sociales bajas, así que muchas eran indígenas, afrodescendientes y mestizas; ellas conservaron parte de sus antiguas creencias o prácticas para reducir el dolor y el tiempo del parto e ignoraron las ideas impuestas por las autoridades occidentales, como la de considerar el sufrimiento e incluso la muerte de la embarazada o del bebé como algo natural y designado por mandato divino para la purificación de las mujeres.
Al conservar sus antiguas creencias y supersticiones, algunas parteras también se dedicaron a realizar trabajos de hechicería y brujería para aumentar su clientela, aunque estas prácticas fueran castigadas por la Inquisición. Tal fue el caso de la partera Ana Morada, quien le ofreció una raíz a Juana de Castillo para poder calmar la ira de su esposo y para que tuviera buena suerte en el juego de naipes. Al final, la mujer que había solicitado los servicios de Ana confesó todo lo ocurrido a las autoridades para descargar su conciencia (imagen 1).
Imagen 1. Declaración en la que se señalan las recomendaciones de la partera mulata Ana Morada, San Luis Potosí, 1626
La relación que ciertas parteras tuvieron con la hechicería, la brujería y la superstición ocasionó que las autoridades médicas del virreinato, como el Tribunal del Protomedicato de la Nueva España, demeritaran esta tradicional profesión y consideraran que las parteras carecían de total conocimiento, estudio y salubridad. Sin embargo, sabían que aquellas mujeres eran necesarias, pues no existía una red de salud pública que pudiera cubrir todos los nacimientos que se presentaban a lo largo del territorio novohispano, incluso en 1794, ante la falta de médicos y cirujanos, fueron autorizadas para prestar auxilio a las personas heridas gravemente, sin la necesidad de contar con la autorización de un juez (imagen 2).
Imagen 2. Aviso de que se ha remitido el bando del 23 de abril de 1794, el cual trata sobre el permiso que tienen las parteras de prestar auxilio en casos urgentes, México, 21 de mayo de 1794.
Dentro del campo jurídico novohispano, las parteras tuvieron un papel fundamental, por ejemplo, podían ser el principal testigo para declarar el nacimiento, muerte o aborto de un bebé e informar el estado de salud de una embarazada en situaciones jurídicas. Además, en Las Siete Partidas se señalaba que las parteras estaban obligadas a contribuir en los casos judiciales para aseverar la filiación de un menor en el caso de un padre finado (imagen 3).
Imagen 3. Documento que autoriza que se aplique el cobro media anata en la aplicación de pruebas a parteras, México, 1709
Con el paso del tiempo, los sectores de salud pública y privada se fueron ampliando a partir de la creación de nuevas instituciones médicas, mismas que contemplaron la obstetricia como una especialidad fundamental en sus servicios. No obstante, es una realidad que la partería siguió presente dentro de la sociedad mexicana, en especial en los sectores poblacionales más remotos del país, así como en algunas comunidades que prefieren conservar sus tradicionales servicios de salud, ante la desconfianza que la modernidad de la medicina o el médico de oficio llega a representar.
Referencias de imágenes:
Imagen 1. Denuncia que hizo Juana de Castillo contra la partera Ana Morada por hechizos, San Luis Potosí, 1626 en AGN, Instituciones Coloniales, Inquisición, vol. 356, exp. 88, f. 326f.
Imagen 2. Acuse de remisión del bando del 23 de abril de 1794 para que médicos, cirujanos, boticarios y parteras presten auxilio a los heridos gravemente, México, 21 de mayo de 1794 en AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 574, exp. 2, f. 3.
Imagen 3. El Tribunal del Protomedicato pide la puntual obligación del cobro de Interés de la Media Anata, México, 1709 en AGN, Instituciones Coloniales, Indiferente Virreinal, caja 5481, exp. 81, f. 1.
Referencia bibliográfica:
Rey don Alfonso el Sabio, “Partida Sexta, titulo VI, Ley XVII”, Las siete partidas del Rey Don Alfonso el Sabio, cotejadas con varios códices antiguos por la Real Academia de la Historia, tomo III, Madrid, España, Imprenta Real. [Consulta: 10 de febrero de 2023]
[1] Ortiz Coss, Brenda, “Partería en la Nueva España del siglo XVI al XVIII: influencias de la práctica europea”, tesis doctoral, Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas, 2018. [Consulta: 10 de febrero de 2023]