Dos meses de huelga, miles de asuntos pendientes
¿López Obrador es un mentiroso? Sin lugar a dudas lo es pero del tipo populista que miente con la intención descarada de hacer propaganda política.
Nos dice Joaquín Müller-Thyssen, “Cuando, a finales del 2016, el diccionario Oxford eligió post-truth como palabra del año, su alternativa en español, posverdad, se incorporó rápidamente a nuestra lengua para nombrar a un fenómeno que muchos contemplábamos perplejos”
El fenómeno de la posverdad se refiere a que en nuestros días la verdad ha pasado a considerarse irrelevante o carente de importancia para muchos políticos, particularmente a los populistas, que apelan “directamente y sin cortapisas a las filias y las fobias del destinatario del mensaje, al que los datos le aburren, las estadísticas le confunden y hasta agradece un relato de la realidad que convierta la verdad de los hechos en una manipulada verdad de las pasiones”
Eso es lo que ha hecho López Obrador todos los días desde el inicio de su mandato. Primero dividió al país entre “el pueblo” (sus seguidores) y “los adversarios, neoliberales, conservadores o fifís”, estos últimos culpables por antonomasia de todo lo malo que le ha sucedido al país y al pueblo, generando el enojo que provoca que verdad o mentira en el mensaje sea irrelevante al venir del propio pueblo, representado en este caso por el presidente.
Ahora bien, generar las emociones derivadas de la simpatía del pueblo para con su líder, es una característica que se puede construir a base de tener carisma, un foro y un medio adecuados y la ambición por el poder suficientes para perder el miedo a mentir si eso sirve para mantenerlo. Con el pago de los días el miedo desaparece y la mentira como herramienta de propaganda se vuelve costumbre.
López Obrador, Donald Trump o Bolsonaro coinciden en el tipo de político al que no le importa mentir y utilizan su magnetismo para lograr sus objetivos.
No pasa lo mismo con las corcholatas. Ningún taparrosca tiene ni la aceptación de AMLO ni la capacidad de transmitir emociones siquiera como para transformar la desastrosa realidad cotidiana que vive el país con el mundo de ilusiones en el que pretende sumergirnos desde sus mañaneras.
Eso lo percibe López Obrador y por eso se ha convertido, desde ya, en el jefe de campaña de quien resulte el candidato presidencial de MORENA y sus rémoras, el PVEM y el PT. López cree firmemente en que él puede heredarle la aprobación personal a su sucesor y trata por todos los medios de transmitir legitimidad como continuador de la supuesta cuarta transformación al próximo candidato de MORENA.
López apuesta a que el PRIAN arrastrará al lodo en el que esos partidos están hundidos a quien resulte candidato del frente amplio opositor y no está equivocado. Salvo que ocurra un milagro, alito y Marko se encargarán, con el resto de candidaturas, de aplastar la posibilidad de un candidato presidencial triunfador.
Eso no sucederá con candidatos independientes que no tienen ni respaldo ni compromiso con el maltrecho PRIAN, que no han logrado sacudirse el rechazo mayoritario de los mexicanos, ganado a pulso en los últimos 30 años, pero que tienen en cambio la aprobación y el respaldo de sus conciudadanos en sus municipios, en sus regiones, en sus estados y aún en el país.
El INE ya emitió la convocatoria para quienes tengan la intención de participar en las elecciones del 2024 por la presidencia de la República, lo que deberán manifestarlo así antes del 4 de septiembre próximo. Yo estoy listo y más que nunca convencido de que si, en su momento, se registran candidatos independientes a todos los cargos que estarán en juego el próximo año, lograremos conformar un gran frente que le presente a los mexicanos una alternativa viable y confiable a la que les ofrece el PRIAN, aunque se disfrace de frente amplio opositor. No olvidemos que la mona, aunque se vista de seda, mona se queda.
Seguiré recorriendo el país para convocar a los mejores hombres y mujeres a unirse al frente nacional de candidatos independientes que vencerá a López Obrador y a cualquier corcholata para rescatar a México y llevarlo a ser la potencia mundial a la que está llamado.