Llora, el país amado…
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de septiembre de 2017.- Los que defienden a López Obrador de “ataques” por su “supuesta” cercanía con los regímenes de Venezuela y Corea del Norte debería tener una respuesta a la defensa de Morena del régimen dictatorial y sanguinario de Kim Jong-un.
Si no tiene vinculación ideológica y simpatía política por esas dictaduras impresentables, ¿por qué salen a defenderlas cuando el gobierno mexicano las toca?
En Estados Unidos López Obrador declaró a Excélsior que haber expulsado al embajador de Corea del Norte, Kim Hyong Gil, fue una medida que “sólo busca congraciarse” con la administración Trump.
“México debe mantenerse al margen de cualquier enfrentamiento, no meternos en lo que no debemos”, puntualizó el presidente de Morena.
¿Qué hizo la dictadura norcoreana, y que “no debemos meternos” según López Obrador?
El 28 de agosto lanzó un misil sobre Japón, sobrevoló la isla de Hokkaido, la segunda más poblada del país, y se estrelló en el Océano Pacífico.
Un par de días después hizo estallar una bomba H, nuclear.
¿No debemos meternos ni decir nada?
Es cierto que otros países también realizan ensayos atómicos, pero esta fue una acción intimidatoria de carácter bélico, contra aliados de nuestro país.
Aquí en la Ciudad de México, una representación de Morena acudió a la embajada de Corea del Norte a solidarizarse con el embajador de ese país, que “se atrevió a romper la hegemonía de poder”, lo que disgustó a Estados Unidos y sus aliados, quienes “asumieron una actitud hostil” hacia el régimen de Kim Jong-un.
O sea, según Morena, la víctima es la que lanzó el misil y la bomba H, y no las naciones (aliadas de México) que vieron pasar por encima de su espacio aéreo el proyectil norcoreano.
Están con Kim Jon-un. No lo ocultan, aunque algunos empresarios que cortejan a AMLO quieran hacerlo ver como un asunto menor.
La coordinadora de los diputados de Morena, Rocío Nahle, condenó la acción del gobierno mexicano por “precipitada y reaccionaria”.
¿No queda clara la tendencia ideológica de López Obrador y su partido?
El único partido aliado de Morena, el Partido del Trabajo (PT), es un promotor de la dictadura sanguinaria de Kim Jon-un, de su padre y sus ancestros, que constituyen la dictadura dinástica más cruel del mundo.
Alberto Anaya, el aliado de AMLO, es visitante frecuente a los eventos oficiales del dictador norcoreano. Lo mismo que el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), otro aliado del candidato presidencial.
Por eso, dice López Obrador, “no hay que meternos donde no debemos”. Claro que no, ahí están sus amigos y serán los nuevos amigos de México en caso de que él gane las elecciones presidenciales.
La dictadura dinástica de Corea del Norte, comunista, es de una crueldad incomparable. Recientemente fusilaron a un general que dormitó en un discurso de Kim.
Hace poco mandó matar a su medio hermano, en un aeropuerto de Malasia, con una inyección que le inoculó una agente suya. A su tío lo echó vivo a una jauría de perros, que lo devoró.
En ese país la dictadura comunista tiene prohibido internet y las películas extranjeras. Libertades no existen, ninguna.
Hay campos de concentración con 50 mil prisioneros políticos, según Amnistía Internacional.
De acuerdo con el Programa Mundial de Alimentación de la ONU, 37 por ciento de los niños padece desnutrición crónica.
En la hambruna de 1990, nos dice el estudio que coordinó el difunto líder checo Vaclav Havel, murió un millón de personas.
Pero, eso sí, tiene el quinto ejército del mundo con un millón 500 mil miembros y cuatro millones de reservistas, y cuenta con once mil bases de lanzamiento de misiles.
No digo que México se vaya a convertir en Corea del Norte si gana López Obrador. No. Pero esa es su inclinación ideológica y esos son sus amigos.