Diferencias entre un estúpido y un idiota
Café para Todos
* AMLO define su plan 2018, pero su terquedad, falta de visión de futuro y sobre todo su dogmatismo, lo convierten desde ahora en el gran perdedor
* Se suma la CROC al rescate de proyectos productivos en Chiapas y la Riviera Maya
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de junio de 2017.- Andrés Manuel López Obrador trazó este fin de semana la hoja de ruta que seguirá Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuyo nombre supuestamente está inspirado en los anarquistas Jesús, Ricardo y Enrique Flores Magón, que sufrieron persecución y cárcel por oponerse al dictador Porfirio Díaz. Empero, algunos aseguran que el tabasqueño hace referencia subliminal a la Virgen de Guadalupe, en un amañado programa de asociación de ideas.
Si fuese lo primero, habría que decir sin embargo, que los hermanos Flores Magón nunca disfrutaron las mieles del poder como lo ha hecho López Obrador, quien ha sido presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en Tabasco, líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD) a nivel nacional, jefe de gobierno de la capital mexicana y hoy encabeza Morena, partido que obtuvo su registro hace apenas un par de años, con asambleas a modo, organizadas por el PT y otros partidos comparsas.
Por eso digo que ya hubieran querido los hermanos oaxaqueños Flores Magón haber gozado de los privilegios que ha tenido el hombre que ahora lucha a brazo partido contra la “mafia del poder”.
En realidad, López Obrador por supuesto no se ha inspirado en estos heroicos combatientes contra la dictadura para estructurar su plan de trabajo destinado a conquistar la presidencia el año próximo.
Él ha decidido comunicar a sus partidarios -quienes lo enaltecieron como un excelso paladín de la democracia durante el Congreso Extraordinario de Morena efectuado en la Ciudad de México el pasado fin de semana-, que pretende escalar la cima sin otras alianzas.
Lo hizo como si creyera que su sola fuerza es suficiente para obtener el triunfo, y ha anunciado que no abrirá las puertas a un acuerdo electoral con el PRD, partido al que acusa de ser corrupto y cómplice del presidente Enrique Peña Nieto.
“Un partido conformado por dirigentes y gobiernos corruptos, que compra votos, que reparte migajas, que trafica con la pobreza de la gente, que sólo es movido por el interés personal de sus dirigentes y no lucha sinceramente por la transformación de México, no puede ser considerado un partido de izquierda”, dijo.
Dijo López Obrador, que por “congruencia” Morena y el PRD no pueden marchar juntos, como tampoco lo hará con el PRI, el PAN, el Verde, el Movimiento Ciudadano, Encuentro Social y Nueva Alianza.
De su maniqueísta selección, sólo quedó libre de culpas el Partido del Trabajo, pero sabe muy bien -aunque se guarda el exteriorizarlo-, que aliado sólo con esta minúscula y oportunista organización no llegará a ningún lado.
En este sentido, la decisión del jefe máximo de Morena dibuja desde ahora la formación de 3 grandes polos que disputarían el poder en 2018: por un lado Morena y el PT, por otro PAN y PRD y finalmente el PRI aliado al PVEM, Nueva Alianza y los que se sumen.
López Obrador podría haber alentado un frente amplio o una coalición que le garantizara un margen suficiente para vencer en el 2018, pero su terquedad, su cerrazón, su falta de visión de futuro y sobre todo su dogmatismo, lo convierten desde ahora en el gran perdedor.
Vanidoso y pagado de sí mismo -como realmente es-, cree que le basta su sola capacidad de convocatoria para atraer el voto de la mayoría silenciosa, pero ya ha tenido dolorosas pruebas que no es así.
Ciertamente, desde hace varios meses López Obrador lidera muchas encuestas, y que por sí solos ni Margarita Zavala, del PAN, ni Miguel Ángel Osorio Chong del PRI -en el hipotético caso de que surgieran como candidatos en los próximos meses-, podrían tener la fuerza electoral suficiente para enfrentarlo exitosamente.
No obstante, en ese período que se avecina, muchas cosas pueden pasar y el margen de ventaja de que goza el político de Macuspana podría reducirse drásticamente. De hecho, los sondeos revelan que todavía la elección se reparte en tercios.
La realidad de la pasada contienda; AMLO cree equivocadamente que los votos se mantendrán
Envalentonado por haber casi vencido al PRI en el Estado de México (que ganó a su candidata Delfina Gómez con apenas 3 puntos de diferencia) y porque en los sondeos de la capital también va adelante, López Obrador se olvida que la gente vota no sólo a favor, sino también en contra, es decir, mediante el denominado “voto útil”, que suele ser muy volátil y cambia de color constantemente.
Por ejemplo, Morena capitalizó a su favor buena parte del voto útil panista en municipios como Tlalnepantla, Atizapán y Naucalpan y del voto útil perredista en Ciudad Neza o Chimalhuacán, pero también capitalizó el voto útil priista en Ecatepec.
Por ejemplo, el “votante duro” del PAN consideró que su sufragio se desperdiciaría si apoyaban a una perdedora habitual como Josefina Vázquez Mota.
Por su parte, el núcleo férreo del PRD estimó que en vez de votar por Juan Zepeda, un sufragio por Delfina Gómez, con mayores posibilidades de triunfo, podría evitar que llegara el PRI. Y, por supuesto, algunos priistas desafectos a Alfredo del Mazo -capitaneados por el desleal Isidro Pastor-, le dieron la espalda a su partido, apoyando a Morena.
Esa es la realidad de la pasada contienda.
Desafortunadamente para quienes confían ciegamente en el líder de Morena, en la mente binaria de López Obrador estos avances se interpretan como conversiones religiosas. “Antes estaba en pecado y ahora he nacido de nuevo, porque estoy con el Mesías López Obrador”.
La política no es como la religión. En las elecciones se puede votar de una forma una vez, y en la siguiente, cambiar el sufragio sin necesidad de mudar la camiseta.
Por ello es un grave error de López Obrador considerar que los votos obtenidos esta vez por Morena se quedarán para siempre y ello quizá lo llevó a anunciar que no se asociará con ningún otro partido excepto con el PT.
La artificial euforia contagió hasta a la maestra Delfina Gómez, quien presumió locuazmente que estuvo a punto de derrotar al tricolor, como si ella realmente hubiera encabezado la campaña en el estado de México y no hubiera sido un mero elemento decorativo, como la “juanita” de AMLO, quien la arropaba, acaparaba el micrófono y atraía sobre él todos los reflectores. Él fue el verdadero candidato al gobierno.
Humorísticamente la candidata aseguró: “Pusimos a temblar a la maquinaria del PRI en la propia casa del presidente Enrique Peña Nieto.
El pasado cónclave de Morena llamó también a impulsar y fortalecer el trabajo territorial, principalmente en los estados del norte del país, donde se sabe que la izquierda no pinta.
“Está demostrado que la mayoría de los ciudadanos nos apoya. En las encuestas estamos arriba. Encabezamos las preferencias electorales con miras al año próximo, al 2018”, afirmó López Obrador.
El caudillo perredista pronosticó que Morena triunfará en el 2008 “anclados en nuestros principios, sin caer en la promiscuidad política, que forma parte de la actual decadencia de nuestro país”.
De paso, López Obrador volvió a rechazar ser populista y dijo que no le gusta ser comparado con Hugo Chávez o sucesor Nicolás Maduro, y mucho menos con el “monstruo de piel de merthiolate”, Donald Trump.
Ya no les funcionan las calumnias, es fácil decir y demostrar que no somos seguidores de ningún gobierno extranjero, ni de Maduro ni de Trump. No somos populistas, como de manera despectiva nos tachan, sin saber lo que significa la palabra, no somos autoritarios ni mesiánicos”, dijo, y apremió a los militantes de Morena a intensificar la defensa del voto y la entrega, casa por casa, del periódico “Regeneración”.
Lo cierto es que López Obrador parece estar echando mano de la estrategia equivocada. En vez de sumar para atraer a su causa a todo aquel que esté cansado de la partidocracia tradicional, del PRI y de la denominada “mafia del poder”, apuesta por la división, por las no alianzas con los “impuros” y aplana de esta manera el camino para que triunfen los de siempre.
Se olvida que él perteneció al partido al que ahora repudia con tanta vehemencia, que asumió parte de sus usos y costumbres y que se benefició de la pugna de sus tribus, ya que muchos de sus activos se han pasado a su bando.
Sin esos experredistas López Obrador no sería nada, y tampoco admite que con lo que tiene no le alcanza para llegar al poder.
Su egolatría y mesianismo es desproporcionado y será muy difícil que a casi un año de las elecciones federales, en su camino hacia la presidencia -más allá de creyentes y fanáticos-, escuche realmente las opiniones y voces de consejeros y colaboradores, quienes por lo bajo comentan que sin alianzas de peso, Morena no podrá ganar la presidencia. Aseguran que López Obrador debe bajar del cielo y escucharlos.
Sin embargo, predican en el desierto. El político tabasqueño desde hace muchos años, no escucha más que su propia voz.
Granos de Café
La debacle del agro que enfrenta el sureste mexicano -principalmente en la zona chiapaneca-, hace prioritario el trabajo conjunto de organizaciones sociales como la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), para impulsar mediante diversas acciones el desarrollo sustentable y sostenible en las Regiones de Puerto Chiapas, Sierra y Soconusco.
Con este propósito -y para cumplir los acuerdos de la Quinta Reunión del Comité Nacional de Productividad que encabeza el Presidente Enrique Peña Nieto-, el secretario general de la organización sindical, Isaías González Cuevas, suscribirá este miércoles un Acuerdo de Colaboración y Alianza Estratégica con la Red Maya de Organizaciones Orgánicas afiliadas al Centro de Agroecología (CASFA AC).
En relación a la firma del acuerdo que ratificará con Jorge Ausencio Aguilar Reyna, de CASFA, González Cuevas manifestó que es una tarea inaplazable poner en marcha proyectos concretos que permitan activar en forma prioritaria el desarrollo de proveedores locales para los sectores agroindustrial, gastronómico y turístico de Chiapas y las localidades que conforman la Rivera Maya, en Quintana Roo.
Dijo que en beneficio de la economía del país, ello permitirá substituir importaciones innecesarias, al apoyar a los productores orgánicos de la zona y facilitarles la introducción de sus productos procesados, en el gran mercado que representan más de 900 hoteles y restaurantes de la Rivera Maya.
Paralelamente, dijo el dirigente de la CROC, se da respuesta inmediata a los proyectos en la Zona Económica Especial de Puerto Chiapas-Tapachula…Sus comentarios envíelos al correo [email protected]