El pleito eterno: política vs brevedad
CIUDAD MÉXICO, 24 de enero de 2020.- ¿Para qué quiere, el gobierno de López Obrador, tener en su poder los datos del Padrón Electoral de casi cien millones de mexicanos?
La respuesta parece una broma. No lo es.
Lo cierto es que el gobierno de Obrador requiere toda la información biométrica de los votantes porque el partido Morena ya prepara el fraude en las elecciones federales y estatales del 2021.
¿Preparan el fraude?
En efecto. Resulta que los genios del gobierno de López Obrador saben que para la contienda electoral de julio del 2021, la popularidad del presidente rondará entre múltiplos del 30 por ciento de los potenciales electores.
Con esa escasa popularidad y ante la eventualidad de que los partidos opositores logren un consenso de unidad en la elección de julio del 2021, se reducen de manera considerable las posibilidades de que el Partido Morena mantenga la mayoría de curules en la Cámara de Diputados.
Es decir, que la caída constante de la aceptación del presidente y de su gobierno, además del rechazo ciudadano por las graves fallas y errores de la administración federal, abren la posibilidad de que los partidos opositores logren mayoría en San Lázaro, lo que se traduciría en el regreso de la división de poderes y de los contrapesos.
¿Y eso a quien le importa?
Resulta que millones de mexicanos víctimas del mal gobierno de López ven, en las elecciones intermedias del 2021, la única y última posibilidad de rescatar la democracia mexicana y de impedir la destrucción del país que, sin contrapeso alguno, lleva a cabo el gobierno de AMLO.
También por esa razón ha tenido un éxito impensable la construcción de un nuevo partidos político, como México Libre, que construyen Margarita Zavala y Felipe Calderón y que se podría convertir en el eje aglutinador de los afanes opositores.
Sin embargo, en el otro extremo; en Palacio, en el gobierno federal y en Morena están dispuestos, precisamente, a hacer todo lo necesario para impedir que el voto popular les arrebate la mayoría de curules en la Cámara de Diputados. Saben que si los ciudadanos recuperan la mayoría en dicha Cámara, el Congreso recuperaría su papel de contrapeso.
Y para impedir el regreso de ese contrapeso fundamental, el propio presidente Obrador prepara el fraude electoral para el 2021.
Y para ello ordenó la destrucción del INE, como hoy lo conocemos y, como alternativa perversa, en la Secretaría de Gobernación ya trabajan en la manipulación del Padrón Electoral, para hacer de la contienda electoral del 2021 una jornada fraudulenta.
Pero vamos por partes.
Para nadie es nuevo que el partido Morena tiene listo un paquete de iniciativas para destruir al Instituto Nacional Electoral. Las modificaciones acabarían con la independencia del INE y, de prosperar como está previsto, volveríamos al esquema de la Comisión Federal Electoral (CFE) que era manejada por el mismísimo presidente, a través de su secretario de Gobernación.
Como recuerdan, la antigua CFE estuvo en manos de Manuel Bartlett –titular de Gobernación en la presidencia de Miguel de la Madrid–, quien operó el fraude electoral de 1988, con su caída del sistema y la imposición de Carlos Salinas.
Dicho de otro modo, López Obrador pretende destruir al INE para volver a la CFE que sería manejada desde la oficina presidencial.
Y en esa misma dirección –de impedir que el voto popular regrese los contrapesos a la sociedad–, apunta la iniciativa de López Obrador y de Morena, de reducir las prerrogativas a los partidos políticos. Y es que un partido político sin dinero es un partido sin votos.
Por esa misma razón, López Obrador no es el presidente de los mexicanos sino el candidato eterno de Morena; por esa razón sus giras por todo el país no son para resolver los grandes problemas de cada una de las regiones más deprimidas, sino para hacer campaña permanente.
Por esa razón hace todo lo necesario para destruir al neonato partido México Libre, del matrimonio de los Zavala-Calderón, que está a punto de reunir los requisitos para obtener su registro.
Y por esa razón el presidente Obrador ordenó que, violando la ley, el INE le entregue a la secretaría de Gobernación toda la información biométrica de los casi cien millones de votantes.
Si, por instrucción presidencial se prepara el fraude para la elección del 2021. ¿Lo dudan?
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