Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de abril de 2020.- Para el presidente mexicano no hay más prioridad que su paso a la historia; no hay más interés que la gloria junto a los próceres patrios de su preferencia; no hay más que su popularidad.
Por eso, no trabaja para resolver los grandes problemas nacionales, tampoco para garantizar la salud y menos la vida y la seguridad de los que menos tienen.
Lo cierto es que el presidente Obrador sólo trabaja para garantizar lo que él supone su paso a la historia.
Sí, igual que criminales reconocidos por la historia, como Hitler, Mussolini y Stalin, entre muchos otros, a López Obrador le importa más un pedestal en la historia, que la vida de los ciudadanos a los que dice gobernar.
Más aún, el presidente mexicano cree que por destruir una obra como el NAIM, ocupará un lugar privilegiado en la historia, cree que construir Santa Lucía y la Refinería Dos Bocas, salvará al mundo y hasta imagina inaugurar el Tren Maya, para relanzar el sureste del país.
Pero también cree que si debe sacrificar empleo, el bienestar, el futuro y hasta la vida de miles o millones de mexicanos, para garantizar ese paso a la historia –y para hacer realidad esos tres “elefantes blancos”–, está dispuesto a llevar a la ruina a esos millones de personas, a sacrificar vidas y hasta olvidar a los pobres.
Y si aún existen ingenuos capaces de poner en duda que López Obrador comete crímenes de lesa humanidad y que pone en riesgo la vida de miles de mexicanos, basta echar una mirada a los ejemplos siguientes.
1.- Apenas el pasado lunes, el presidente Obrador anunció –con bombo y platillo–, un acuerdo con hospitales privados para que esas instituciones pongan a disposición del sector público camas de hospital, para urgencias que no tengan que ver con el Covid-19. Se busca quitar presión al sector público.
López Obrador presentó la iniciativa como novedad en su gobierno. Lo que no dijo, sin embargo, es que el acuerdo es una mentira y una mala copia del esquema del Seguro Popular, el mismo que López Obrador desapareció para crear ese bodrio llamado Insabi.
2.- Sin embargo, no es novedad que en todo el país, médicos del sector público viven un verdadero infierno ya que el gobierno federal abandonó a los trabajadores del sector salud, al dejarlos sin los insumos indispensables para atender enfermos del Covid-19, sin poner en riesgo su vida.
Es decir, que en todo el país, el gobierno federal y los gobiernos estatales abandonaron a los trabajadores de los hospitales del IMSS, del sector público federal y de los hospitales estatales, al grado que un médico jubilado, amigo del comediante Eugenio Derbez, debió hacer pública la tragedia que viven los pacientes, los médicos, las enfermeras y enfermeros de Tijuana
El comediante replicó la denuncia y… ¡horror!!!, el gobierno federal gastó millones de pesos en bots para desacreditar no sólo a Derbez sino a los críticos de la estulticia presidencial.
Y entonces apareció el video de una supuesta directora del IMSS en Baja California, de nombre Desirée Sagarnaga, quien pretendió desmentir a Derbez. Al final, el propio gobernador, Jaime Bonilla le dio la razón a Derbez y dijo que los médicos del IMSS “están cayendo como moscas”.
3.- Apenas ayer lunes, el propio presidente Obrador alardeó que sus prioridades no son la salud de los ciudadanos y tampoco los pobres y menos los desempleados. Lo suyo son el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucia.
4.- ¿Y los pobres? ¿Y los desempleados? ¿Y los contagiados de Covid-19? ¿Y la vida de los médicos y las enfermeras? Nada le importa al presidente Obrador, salvo sus proyectos prioritarios.
5.- Todo ello en medio del abandono de los mexicanos pobres. Y es que según los programas sociales de López Obrador, hoy por lo menos 50% menos de mexicanos desposeídos reciben algún tipo de atención del gobierno federal si se compara con los mexicanos pobres atendidos en el gobierno de Peña Nieto. Es decir, Peña atendía más pobres que López Obrador.
6.- Pero si aún algún ingenuo duda del daño causado por el gobierno de López Obrador a los mexicanos todos y, sobre todo, a los que viven de su trabajo, basta ver los niveles de desempleo de los primeros 17 meses del gobierno de López Obrador.
Resulta que, en los meses de febrero, marzo y lo que va de abril, del 2020, suman casi 17 meses de caída libre del empleo en México. Es decir, no sólo se han perdido los empleos creados en 2019 sino que se perderán millones de puestos de trabajo que llevarán a la ruina y la desesperación a igual número de mexicanos; millones de desempleados.
Y todo porque López Obrador prioriza su gloria, su popularidad y su fama, antes que la vida humana.
Sí, López Obrador es un criminal de Estado que debe ser llevado ya a juicio político.
Al tiempo.