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La fermentación de los alimentos es una práctica milenaria que asegura la conservación de los alimentos como leche, cereales y carne. Esta técnica ha dado origen a alimentos que, además de ser deliciosos, también ofrecen múltiples beneficios para la salud.
Alimentos como el yogur, kombucha, kéfir, kimchi y tejuino son ejemplos de productos fermentados que han cobrado gran popularidad en la alimentación diaria de las personas, compartió la UAG en un comunicado.
Uno de los principales beneficios de los alimentos fermentados es su efecto positivo en la salud digestiva. Estos productos contienen probióticos, que son microorganismos vivos que ayudan a equilibrar la microbiota intestinal, ya que dentro del intestino compiten con las bacterias nocivas e impiden su crecimiento. El equilibrio de las bacterias que conforman la microbiota intestinal es esencial para lograr una adecuada digestión, pero su desequilibrio puede ocasionar problemas gastrointestinales, como el síndrome de intestino irritable, estreñimiento o intolerancia a ciertos alimentos.
El sistema inmunológico también se beneficia del consumo de estos alimentos, ya que puede incrementar la producción de anticuerpos y mejorar la respuesta inmunitaria, lo que ayuda a prevenir infecciones y combatir enfermedades.
Otro de los beneficios de la fermentación es que aumenta la absorción de nutrimentos. Algunos alimentos contienen sustancias que dificultan la absorción de vitaminas y minerales en el intestino. La fermentación ayuda a descomponer estos «antinutrimentos», mejorando la disponibilidad y absorción de los nutrimentos de manera más efectiva.
La ingestión de productos fermentados se ha asociado con la disminución de marcadores inflamatorios en el cuerpo, lo que contribuye a mejorar la salud y prevenir enfermedades crónicas como las del corazón, diabetes, colitis ulcerosa, cáncer, entre otras.
La salud intestinal y la salud mental están interrelacionadas a través del eje intestino-cerebro, que es una conexión bidireccional entre ambos órganos. Por lo tanto, el bienestar del intestino puede influir en el estado de ánimo y la salud emocional. Los probióticos que se encuentran en los alimentos fermentados pueden ayudar a regular la secreción de neurotransmisores como la serotonina, hormona relacionada con la felicidad y el bienestar. Así, el consumo de fermentados puede reducir o prevenir cuadros de estrés y depresión.
Para comenzar a incrementar el consumo de estos alimentos, se recomienda iniciar con pequeñas cantidades; por ejemplo, incluye yogur o kombucha al menos una vez por día e integra éstos u otros fermentados en las preparaciones de los platillos que habitualmente elabores en casa. También puedes experimentar con recetas sencillas, como hacer tu propio yogur o kéfir, lo que te permitirá personalizar sabores y texturas a tu gusto.
Incorporar alimentos fermentados en nuestra dieta es una estrategia eficaz para mejorar la salud integral. Lo mejor es que puedes prepararlos en casa de manera sencilla y económica. Hacer fermentados en tu propia cocina, como por ejemplo yogur, te permite experimentar con sabores mientras disfrutas de los beneficios de los probióticos. Al involucrarte en el proceso de fermentación, enriqueces tu dieta con alimentos nutritivos. Anímate a explorar el mundo de los fermentados en casa y descubre cómo estos deliciosos productos pueden transformar tu alimentación y tu salud.
Adoptar el consumo de estos productos puede marcar una diferencia significativa en nuestro bienestar general, haciéndonos sentir mejor tanto física como emocionalmente. ¡No esperes más para empezar a disfrutar de sus beneficios!
* La Mtra. Monserrat Rodríguez León es directora de la carrera de Ciencias de la Nutrición de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG). [email protected]