Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Uso de Razón
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de agosto de 2016.- Algo importante del futuro de México se juega en estos días: o capitulamos ante una minoría violenta o damos un paso firme hacia ser un país de leyes.
La reforma educativa no es privatizadora ni pone en riesgo la estabilidad laboral de los que no pasen la evaluación.
Sobre esas mentiras -privatización e inestabilidad en el empleo- han fincado un discurso que tiene a maestros y organizaciones afines en la calle causando destrozos y daños a la economía de las personas.
Ha entrado en acción, otra vez, una legión de manipuladores que nos dice que los violentos son los empresarios y las víctimas son los miembros de la CNTE.
López Obrador, Cuauhtémoc Cárdenas, Alejandro Encinas y otros dirigentes de esa izquierda exigen a medios de comunicación y a empresarios cesar de hacer llamados a la violencia.
El punto es exactamente al revés: los violentos son los miembros de la Coordinadora y sus acciones están a la vista de todos.
Actúan de manera violenta porque durante años López Obrador y grupos radicales les han dicho que su pobreza es culpa de los empresarios mafiosos.
La reforma educativa no importa. Viva la lucha de clases.
Ahí están en Morelia en una marcha con machetes y cohetones. Incineran camiones en plena carretera. Eso es violencia.
En las entradas de Oaxaca hay retenes para evitar el paso de camiones que transportan bienes, porque le han declarado la guerra a las “transnacionales”. Es un atropello.
Lo mismo sucede en Chiapas, donde grupos de choque de la CNTE toman escuelas privadas e intimidan a los profesores que sí quieren dar clases. Eso es violencia.
Ya han bloqueado las vías del ferrocarril del puerto de Lázaro Cárdenas, incendiado autobuses y secuestrado a funcionarios. ¿Qué es eso, si no violencia?
Mataron de dos balazos en la cara a un reportero gráfico porque tomó fotos de los vándalos que saqueaban un Oxxo en el Istmo. Nadie de la izquierda ha dicho nada, porque los asesinos eran del “bando de los buenos”.
Ayer tomaron la caseta de Cuernavaca, lo que es un asalto.
¿Qué ha hecho el sector privado para que lo amonesten de esa manera? ¿Cuál acción violenta ha tomado contra sus agresores?
Lo que ha hecho el sector privado es pedir al Estado la aplicación de la ley, como se debe hacer en cualquier conflicto.
Entonces le caen encima López Obrador, Morena, Cuauhtémoc Cárdenas, el PRD y organizaciones que piden capitular ante los violentos.
En lugar de llamar a la CNTE a la cordura, le dan alas y se ponen de su lado.
Así va a ser si algún día llegan a gobernar el país: los adoctrinados en la ideología de la lucha de clases tomarán fábricas y empresas, y la autoridad estará de su lado.
Pedir la aplicación de la ley será una provocación criminal.
Los violentos serán los poseedores de “la razón histórica”, y los condenados a sufrir las vejaciones a su patrimonio estarán en el banquillo de los acusados.
Por eso es importante en estos días que voces sensatas -como hizo ayer el rector de la UNAM-, pidan a la CNTE “dejar sus posiciones radicales y fundamentalistas”.
El llamado a la CNTE debería ser un clamor nacional para evitar muertes, pero hay grupos políticos que de manera perversa la apoyan.
Y aunque suene obvio, el Estado debe ponerse del lado de la legalidad y no de los violentos.