Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Analizar con rigor metodológico los escenarios que tiene Xóchitl Gálvez ganar la postulación dentro del Frente Amplio por México es una tarea necesaria para las personas que nos dedicamos de manera profesional a la consultoría política, pero se convierte en una actividad obligatoria cuando se trata de evaluar las probabilidades reales de ganar la Presidencia de la República.
Hasta el momento, existe un beneplácito y buen recibimiento en redes sociales, medios de comunicación y por parte de la gente inconforme con el oficialismo y por aquellas personas que perdieron la esperanza e ilusión con la cuarta transformación.
Ese enojo se ha reflejado en el terreno de la percepción y lo constatan los muchos análisis de la opinión pública.
Sin embargo, habrá que preguntarse si este efecto tiene la consistencia real y necesaria como para hablar de un piso electoral con la solidez suficiente que pudiera traducirse en votos.
De ser así, como aseguran varios analistas y prospectólogos, estaríamos a la espera que en los próximos días tuvieran lugar las declinaciones de las y los aspirantes que siguen en la contienda por parte del PRI, PAN y PRD.
Con la renuncia -de los que hasta ahora mantienen vigentes sus postulaciones- no solo aumentaría la preferencia electoral de Gálvez, sino que también le daría ese blindaje partidista y apoyo ciudadano como para hacer frente no solo al inquilino de Palacio Nacional sino también superar a la aspirante oficialista.
Pensar en un escenario de candidata de unidad del Frente, tampoco le garantizaría a Gálvez que no tengan lugar las concertacesiones, la no traición y la certeza de que los partidos y dirigentes pondrán a su disposición un gran ejército electoral, estructuras robustas y financiadas al servicio de la hoy senadora.
Las probabilidades de que ocurra ello, no solo son mínimas y lejanas, sino que también implica modificar en gran porcentaje las negociaciones, los pesos y contrapesos con todas las fuerzas políticas y organismos de la sociedad civil para la conformación del Congreso de la Unión y las gubernaturas que también están en juego.
Difícil también será abandonar la tentación de negociar la nominación para la CDMX cuando existen altas posibilidades de recuperarla para cualquier partido de oposición. Quien gana la CDMX, aspira por regla a ocupar Palacio Nacional.
La simpatía ciudadana está presente y es irrefutable, pero no es suficiente aliciente como para que políticamente las cúpulas partidistas se decanten por Gálvez y al mismo tiempo contemplen la ocurrencia del segundo escenario: la ruptura y división en Morena.
Los resultados de la encuesta de Morena serán evaluados y hechos públicos hasta finales de septiembre lo cual les permite tener el tiempo suficiente para hacer control de daños y aumentar conocimiento, aceptación e intención de voto de su aspirante y mantener la unidad y paliar un rompimiento posible del excanciller. Por lo que apostar por Gálvez y esperar la ruptura de Morena suena complejo.
Sin embargo, ninguna posibilidad es nula en el terreno electoral. Nadie está fuera de la boleta hasta que se imprime y quizá ahora que Xóchitl Gálvez estará de visita en Oaxaca de Juárez y Huajuapan el 23 y 24 de julio anuncia la declinación a su favor de sus compañeras y compañeros.
Todo es posible, es tiempo de estrategia. Es tiempo de campañas.
@javoesquivel