La Constitución de 1854 y la crisis de México
Signos y Señales
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de enero de 2017.- Los municipios son un orden de Gobierno como los estados y el Gobierno Federal, son los únicos que realmente cuentan con territorio, son el orden más cercano a la gente, cuando los presidentes municipales terminan su gestión, generalmente sigue viviendo en el municipio, contrario a lo que sucede con los gobernadores que en su gran mayoría se alejan del estado que gobernaron, ya sea porque tienen aspiraciones de seguir en la política o porque aspiran a una posición en el Gobierno Federal. Hoy hay una nueva categoría, los que se esconden como Duarte el de Veracruz o están en la cárcel como el penúltimo de Michoacán y el ex gobernador de Tabasco.
En algún momento y no estaba mal, aspiraban a ser gobernadores los presidentes municipales, no existía la figura de la reelección inmediata, y a partir de que cobraron fuerza las organizaciones de presidentes municipales, empezaron a lograr su objetivo, tan ese así que durante el gobierno del Presidente Vicente Fox, más de veinte gobernadores habían sido antes presidentes municipales, desplazando a los senadores o diputados. La gente los conoció como gobernantes, atendiendo los problemas más cercanos a la vida cotidiana de los ciudadanos, como es el caso del suministro de agua, el manejo de la basura, el transporte urbano y rural, la policía preventiva y el manejo del tránsito y el alumbrado público, aunque padeciendo el centralismo estatal.
Ellos han manejo, particularmente desde el Programa Nacional de Solidaridad durante el gobierno de Carlos Salinas, uno de los programas de desarrollo social más participativo exitoso que hemos conocido, como fue el Ramo 26 del PEF primero y después el FAIS del Ramo 33, adonde fueron a parar los recursos etiquetados al primer fondo, que durante el gobierno de Ernesto Zedillo cambiaron de nombre por programas de desarrollo regional, aún en el mismo Ramo presupuestario, que desde 1996 se empezaron a distribuir a través de fórmulas. Antes de finalizar ese gobierno se integraron con otros fondos que ya existían en el PEF, en el Ramo 33, siendo uno de ellos, aunque no el más importante por el monto de los recursos, el Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social -el FAIS-, fondos que se integraron como Capítulo V de la Ley de Coordinación Fiscal. Al FAIS, con dos vertientes, una municipal y otra estatal, se le destinó como referencia, un 2.5 por ciento de la recaudación federal participable, esto es 2.5 veces el Fondo de Fomento Municipal, con la diferencia adicional que él FAIS es condicionado y sus recursos nunca pierden su naturaleza de federales, mientras que el otro fondo es de participaciones, esto es de recursos de libre disposición. Adicionalmente se crea después de un intenso proceso de negociación, el Fondo de Fortalecimiento de Fortalecimiento de los Municipios y del D.F, con un porcentaje parecido, son embargo la política excluye en algún momento incorrectamente al D.F, aunque después lo vuelve a incluir.
Su ejercicio no ha sido eficiente, en primer lugar porque la normativa federal no considera la realidad social del país, ni las diferencias que existen en el ejercicio de los recursos en un municipio urbano de Nuevo León o en otro de Chiapas, por ejemplo. La normativa se tiene que revisar, escuchando al municipio, directamente o a través de las tres organizaciones agrupadas en la CONAM, esto es la Conferencia Nacional de Municipios de México.
Los estados deben respetar a los municipios, pagándoles a tiempo y completas sus participaciones, como lo dice la Ley de Coordinación Fiscal. Que no vuelva a pasar lo de Veracruz.
Claro el municipio debe actuar con responsabilidad fiscal.